Espa?a en modo Kill Bill
Este era el partido que se perd¨ªa en los 90. Este es el partido que se gana despu¨¦s de 2008, incluso en el ¨²ltimo minuto, con la crueldad con que nos trataban
Es famosa (es famosa: es viral, pero en realidad no es lo mismo, a veces es incluso antit¨¦tico) la historia de Kobe Bryant y Pau Gasol en los Juegos de 2008. Bryant, ¨ªntimo de Gasol, dos tipos que se consideraban hermanos, dijo a sus compa?eros en el vestuario que al empezar el partido Espa?a se iba a enterar de qu¨¦ iba Estados Unidos y de qu¨¦ iba ¨¦l, Kobe Bryant, en los Juegos Ol¨ªmpicos. Y en la primera jugada le peg¨® una hostia (bloqueo en el argot) a Gasol que lo tir¨® tres metros por el suelo. ?Pens¨® algo parecido Kroos minutos antes del partido contra Espa?a? Si lo hizo, no le sali¨® bien. En lugar de pegarle tremendo viaje a Carvajal, le peg¨® dos a dos barcelonistas, Lamine Yamal y Pedri; lesion¨® al ¨²ltimo, que se fue del partido, y Kroos no recibi¨® ninguna tarjeta amarilla a pesar de merecer dos. ?Expulsada la estrella alemana, despedido entre llantos, a los cinco minutos de partido en la Eurocopa organizada por su pa¨ªs? Bastante que no expulsaron a Pedri. Kobe Bryant lo hizo para demostrar a su equipo que estaba con ellos por encima de cualquier circunstancia ¨ªntima; Kroos tambi¨¦n, pero para su exequipo. Motivaci¨®n para Alemania la justa.
¡°Kroos juega cada partido sin saber si ser¨¢ el ¨²ltimo¡±, dijo el locutor. Pues como nosotros con el sexo, y no nos ponemos a dar patadas. El 8 alem¨¢n, leyenda del f¨²tbol, jug¨® efectivamente su ¨²ltimo partido. Se enfrent¨® no a una generaci¨®n anterior, sino a dos. Se las vio contra el futuro. No fue un partido del presente. Fue un partido gobernado por un f¨²tbol que se jugar¨¢ mejor dentro de muchos a?os, pero que ya se ensaya ahora con ¨¦xito entre el asombro y el desconcierto de los rivales.
Y eso, durante muchos minutos a pesar del ¨¢rbitro, que recordaba en su mejor versi¨®n a aquel ¨¢rbitro del Mundial de Corea que acab¨® el partido con los ojos rasgados. Pero ah¨ª estuvo Espa?a, la Joven; ah¨ª estuvo poni¨¦ndole un cascabel al bal¨®n y d¨¢ndose el lujo de guardarlo en un estadio alem¨¢n delante de su selecci¨®n, mandando a paseo de una vez (ya lo hizo en Sud¨¢frica) el dicho ese de Lineker de que el f¨²tbol es un juego de once contra once que siempre gana Alemania; hombre, c¨®mo no van a ser once si no hay rojas para ellos. Y ni as¨ª.
Siempre que Espa?a juega de maravilla en un gran torneo los nacidos a finales de los 70 (y los nacidos a finales de alguna d¨¦cada parecida) pensamos que el idilio acabar¨¢ traum¨¢ticamente y sobrevendr¨¢ alguna desgracia, a veces natural. Este era el partido que se perd¨ªa en los 90. Este es el partido que se gana despu¨¦s de 2008, incluso con crueldad. Kill Bill, la pel¨ªcula de Tarantino en que Uma Thurman cobra deudas hist¨®ricas. Contra un gigante y en su pa¨ªs, pint¨¢ndole la cara de varias maneras, retir¨¢ndole el bal¨®n las suficientes veces como para poner nervioso al estadio; hay que hablar alg¨²n d¨ªa de ese placer discreto y sutil de robar el juguete en casa de otro, ponerse a hacer malabares con ¨¦l, dejar que pase el tiempo mientras la pelota corre y corre por su pasillo de siempre controlada por unos visitantes descorteses con ese punto esnob que da la indiferencia por los dem¨¢s.
A esta Espa?a no le importa lo que diga nadie ni nada, aunque sea en el 89. Aqu¨ª hay una selecci¨®n desacomplejada y feliz que se dedica a hacer mejor algo que sabe hacer bien, jugar y ganar, y le dan igual que salgan los viejos fantasmas del armario: los quema en el 120.
Marc¨® Alemania, y quien empata al final del partido tiene derecho a poner la ¨²ltima canci¨®n (pero eso no significa que vaya a bailarla). Y Espa?a baila como Carolina, bailei si se?or. Ya no era tan joven, ni tan fresquita: cambios sospechosos de Luis de la Fuente retiraron del campo a Nico Williams y Lamine Yamal, los dos mejores jugadores de la Eurocopa, porque hay una teor¨ªa siniestra muy bien establecida de que es mejor ganar 1-0 que 4-1. Y as¨ª, en el momento en que se abr¨ªa Alemania para atacar con todo y aparec¨ªan metros y m¨¢s metros de campo para los extremos maravilla, los extremos maravilla se fueron del campo.
Pero y qu¨¦. Hay sangre asesina en este equipo. El f¨²tbol es un deporte fascinante, no recuerdo qui¨¦n lo dijo y que me perdone (quiz¨¢ Valdano, el Churchill de las frases de f¨²tbol) porque uno escribe del partido durante 90 minutos, marca el otro un gol y esa cr¨®nica no vale para nada. ?C¨®mo para nada? Vale para todo; ?cambia un gol el pasado? ?Lo hicimos todo mal porque al final, en el ¨²ltimo minuto, lo hicimos mal? ?Lo hicimos todo bien porque en el ¨²ltimo minuto, despu¨¦s de hacerlo todo mal, hicimos al menos algo bien? S¨ª, definitivamente s¨ª. A veces de los 120 minutos se juegan unos pocos segundos decisivos y ah¨ª no aparece nadie o aparecemos todos. A veces de 80 a?os de vida hay unos minutos en los que hay que desnivelarla y la desnivelamos para mal. Lo de que el resultado es lo de menos es para los que ganan, que no lo sufren. Pero el resultado es, cuanto menos, interesante. Espa?a gan¨® porque tiene el colmillo un poco m¨¢s afilado, un poco m¨¢s dispuesto, un poco m¨¢s hambriento. Y sin sus dos estrellas en el campo. Con otra en defensa regal¨¢ndose la roja en el ¨²ltimo segundo para contrarrestar un ataque alem¨¢n. Se sufre y se gana. Se gana y se deja de sufrir.
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