Ganar o abdicar, no hay m¨¢s salida para Southgate con Inglaterra
La solidez y equilibrio de Suiza amenazan a una selecci¨®n inglesa desapasionada
Hay un pelot¨®n de analistas que explica a diario la manera c¨®mo deber¨ªa jugar Inglaterra. El problema es que el ¨²nico que no se ha enterado es el seleccionador Gareth Southgate. El t¨¦cnico se ha convertido en el saco de todos los golpes de los aficionados y de la cr¨ªtica porque no sabe hacer jugar bien a un equipo sobrado de figuras que cada semana son admiradas por sus excelentes partidos en la Premier. Incluso se dir¨ªa que juegan mal o rematadamente mal en la Eurocopa. El f¨²tbol de la selecci¨®n nada tiene que ver con el del Manchester City, el Arsenal o el Liverpool. Los internacionales ingleses han sido irreconocibles hasta ahora en sus cuatro partidos disputados en Alemania. El equipo deber¨ªa jugar solo, con el piloto autom¨¢tico puesto, o incluso conectado a la inteligencia artificial, imbatible supuestamente sin Southgate.
El nudo del conflicto radica en la l¨ªnea de centrocampistas que inicialmente forman Rice, Bellingham y Foden. La duda no est¨¢ en ninguno de los tres, que parecen intocables, sino en el cuarto volante o tercer delantero, un puesto por el que han desfilado Alexander Arnold, Gallagher y ¨²ltimamente Mainoo. La f¨®rmula no acaba de funcionar, ni siquiera cuando han comparecido futbolistas aclamados como Palmer. El juego es muy centrifugado y la pelota no para de dar vueltas sin encontrar la porter¨ªa, como si Inglaterra fuera una lavadora en manos del pulcro Southgate. Ya tuvo que trampear la fase de clasificaci¨®n con dos goles y en octavos necesit¨® del virtuosismo de Bellingham para alcanzar la pr¨®rroga en el tiempo a?adido y rematar despu¨¦s a Eslovaquia con el oportunismo de Kane.
El individualismo y recursos tan ingleses como un saque de banda y un par de testarazos mantuvieron al equipo en competici¨®n y alimentaron todav¨ªa m¨¢s el debate sobre Southgate. Los futbolistas, de todas maneras, advirtieron en los ¨²ltimos minutos del ¨²ltimo partido el punto de inflexi¨®n necesario para remontar el vuelo y afrontar con garant¨ªas el cruce de cuartos contra Suiza (D¨¹sseldorf, 18.00, La 1). Los suizos se sienten ante la oportunidad de su vida, despu¨¦s de participar en las distintas fases finales de los torneos de selecciones desde Brasil 2014. El empate con Alemania y la victoria en cuartos ante Italia han envalentonado a un equipo con muy buenos futbolistas, expertos y en plena forma ¡ªXhaka, Sch?r, Sommer, Freuler, Akanji¡ª despu¨¦s de sus ¨¦xitos con clubes en la cumbre como Bayer Leverkusen, Bolonia, Inter o Manchester City.
La solidez y el equilibrio convierten a la selecci¨®n de Murat Yakin en uno de los peores rivales para favoritos como Inglaterra. Southgate, adem¨¢s, tendr¨¢ que volver a intervenir por la sanci¨®n de Gu¨¦hi. La ausencia del central puede provocar un reajuste de l¨ªneas y un cambio en el lateral izquierdo, puesto que ha ocupado el diestro Trippier, pendiente de recuperar a Shaw. El seleccionador, en cualquier caso, pasa por ser un personaje previsible, nada espont¨¢neo, muy pragm¨¢tico y pol¨ªticamente correcto, tanto que a menudo no parece ingl¨¦s, al menos durante la Eurocopa. El car¨¢cter de Southgate ha contagiado a una selecci¨®n que sorprendentemente juega sin pasi¨®n, m¨¢s pasiva que activa, como si no le apeteciera el riesgo ni ser favorita en Alemania.
Aunque ni siquiera en tiempos de Bobby Charlton consigui¨® ganar la Eurocopa, a Inglaterra no le est¨¢ permitido perder, un desaf¨ªo que asumi¨® el propio Southgate, dispuesto a dejar el cargo si no sale campe¨®n en Alemania. Los candidatos al cargo suceder¨ªan entonces a los analistas que hoy apuntan a Southgate. Inglaterra necesita un h¨¦roe despu¨¦s de que su historia est¨¦ llena de villanos desde el Mundial de 1966.
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