Rudi Garc¨ªa, el hijo de Jos¨¦ ¡®El franc¨¦s¡¯, entra en el volc¨¢n

Miguelico El Mudo, Domingo Pichino y Pedro Rajao conocen de toda la vida al nuevo entrenador del N¨¢poles, Rudi Garc¨ªa (Nemours, Francia; 59 a?os). Lo llevan viendo desde que era un cr¨ªo en Garrucha, una localidad de la costa almeriense de unos 10.000 habitantes. De all¨ª era su abuelo paterno, conocido como el T¨ªo Diegote, que tuvo que emigrar a Francia durante el franquismo, igual que muchos de la zona. All¨ª le llevaba luego su padre a veranear cuando era peque?o, y ahora, entre temporada y temporada, todav¨ªa se deja caer por el pueblo, donde tiene casa.

¡°Mantiene e...

Miguelico El Mudo, Domingo Pichino y Pedro Rajao conocen de toda la vida al nuevo entrenador del N¨¢poles, Rudi Garc¨ªa (Nemours, Francia; 59 a?os). Lo llevan viendo desde que era un cr¨ªo en Garrucha, una localidad de la costa almeriense de unos 10.000 habitantes. De all¨ª era su abuelo paterno, conocido como el T¨ªo Diegote, que tuvo que emigrar a Francia durante el franquismo, igual que muchos de la zona. All¨ª le llevaba luego su padre a veranear cuando era peque?o, y ahora, entre temporada y temporada, todav¨ªa se deja caer por el pueblo, donde tiene casa.

¡°Mantiene el tipo liberti, como decimos aqu¨ª; as¨ª delgado¡±, suelta El Mudo sentado en el bar El Califa, una especie de sede para todos ellos. ¡°Como jugador, no era muy all¨¢, su padre era mejor¡±, asegura este alba?il, de 68 a?os, sobre Jos¨¦ Garc¨ªa, que hizo carrera vestido de corto en Francia, y que en los veranos que pasaba en Garrucha se llevaba al Rudi ni?o a las pachangas con sus amigos del pueblo. ¡°Un chaval espigado y espabilado¡±, recuerda Pichino a Rudi. All¨ª casi todos tienen un mote. El del t¨¦cnico de N¨¢poles no llega a esa categor¨ªa: el hijo de Jos¨¦, El franc¨¦s.

Rudi Garc¨ªa es franc¨¦s, naci¨® a 80 kil¨®metros de Par¨ªs, pero siempre ha sacado pecho de sus or¨ªgenes espa?oles. Hasta se grab¨® cantando El Porompompero, de Manolo Escobar. Su abuela materna era de Moj¨¢car y all¨ª estaba hace un a?o, comi¨¦ndose un arroz con Miguelico El Mudo, cuando le llamaron para entrenar al Al-Nassr saud¨ª, de Cristiano Ronaldo.

Aquella experiencia apenas le dur¨® nueve meses. Este verano, su carrera en los banquillos, de clase media dentro de la ¨¦lite (ocho victorias en 33 partidos con el Lille, Roma y Lyon), no anunciaba grandes acontecimientos hasta que el singular presidente del N¨¢poles, Aurelio de Laurentiis, lo eligi¨® para suceder al exitoso Luciano Spalletti, que devolvi¨® el Scudetto a la ciudad 33 a?os despu¨¦s. Las conversaciones que mantuvo durante 10 d¨ªas con el m¨¢ximo dirigente resultaron muy fruct¨ªferas. Una oportunidad de reivindicarse en la frontera de los 60 y, al mismo tiempo, una de las situaciones m¨¢s espinosas para la imagen de un t¨¦cnico: continuar la obra de un triunfador.

¡°No es s¨²per sutil en la t¨¢ctica. ?l construye equipos competitivos, s¨®lidos, intensos y con mucho ritmo. Se siente m¨¢s c¨®modo con espacios¡±, analiza Andoni Zubizarreta, que lo tuvo m¨¢s de dos a?os y medio en el Marsella cuando el exportero era el director deportivo.

Un car¨¢cter fuerte

Sus inicios en N¨¢poles han sido tan volc¨¢nicos como la ciudad, aunque dos goleadas en la ¨²ltima semana (4-1 al Udinese y 0-4 al Lecce) han amainado el ruido (tercero en la Serie A, a cuatro puntos del Milan). Hasta hace dos semanas, ni el juego, ni los resultados, ni las estrellas (el delantero nigeriano Victor Osimhen y el extremo georgiano Khvicha Kvaratskhelia) le ofrec¨ªan calma.

El primero le discuti¨® delante de todos en Bologna, hace 10 d¨ªas, mientras era sustituido, por no jugar con dos delanteros. El incendio fue sal en la herida de los entonces pobres resultados. Todo apareci¨® apaciguarse con la disculpa posterior, pero tres d¨ªas despu¨¦s, sobrevino la gran crisis, y no por el t¨¦cnico. El perfil de Tik Tok del N¨¢poles public¨®, y luego borr¨®, un v¨ªdeo en el que, seg¨²n Osimhen, se burlaba de ¨¦l por una pena m¨¢xima errada en Bologna. La indignaci¨®n alcanz¨® tal grado que su agente, Roberto Calenda, anunci¨® que estudiar¨ªan medidas legales, y la entidad tuvo que sacar un comunicado de disculpa. ¡°Las redes siempre han usado un lenguaje alegre y creativo¡±, trat¨® de justificarse. Este domingo, con la mejor¨ªa de los resultados, el nigeriano, cuyo contrato expira en 2015, intent¨® zanjar la cuesti¨®n con otra nota: ¡°La pasi¨®n de N¨¢poles alimenta mi fuego¡±, proclam¨® a media hora del Vesubio.

Con Kvaratskhelia, la cosa no lleg¨® a tanto, aunque tambi¨¦n se ha producido alg¨²n episodio de falta de sinton¨ªa con Rudi Garc¨ªa -tambi¨¦n a la vista de todos- cuando lo ha relevado. Su repunte de la ¨²ltima semana, a la espera del test del Madrid, ha rebajado el runr¨²n. ¡°No marcar desde marzo le pesaba¡±, admiti¨® este lunes el t¨¦cnico.

Pese a su manifiesto inter¨¦s por entrenar en la Liga espa?ola, toda la carrera de Rudi Garc¨ªa ha discurrido entre Francia y Italia, con el a?adido saud¨ª. ¡°Entiende r¨¢pido c¨®mo funciona un vestuario y se apoya bien en la gente con experiencia¡±, destaca Zubi sobre este entrenador con fama de car¨¢cter fuerte y un castellano que en Marsella lo mezclaba con el italiano. El exmeta internacional no lo eligi¨® para el banquillo del Olympique (el propietario los nombr¨® casi a la vez), pero la convivencia se prolong¨®. ¡°La primera vez que vi a un jugador tumbado detr¨¢s de la barrera fue con ¨¦l. Pens¨¦ que era una locura, pero ya ves¡­¡±, recuerda.

Garc¨ªa, excentrocampista con fama de t¨ªmido que debi¨® retirarse antes de los 30 por una lesi¨®n, trata de gestionar el gran ¨¦xito de Spalletti. Adquiri¨® fama en el Lille que vio despegar a Eden Hazard, y luego conoci¨® lugares tan excesivos como Marsella y Roma. Ahora intenta administrar un legado triunfal que se encuentra a cada paso en las calles y balcones de N¨¢poles. Al otro lado del Mediterr¨¢neo, en el bar El Califa de Garrucha, le esperan para tomarse una cerveza. Este verano falt¨® a su cita por su inesperada llegada al Diego Armando Maradona.

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