Morata y Oblak doman a un gran Feyenoord
El Atl¨¦tico remonta por dos veces al atrevido campe¨®n neerland¨¦s con dos tantos del goleador espa?ol y uno de Griezmann. El meta esloveno, salvador, en el tramo final del duelo
Obligado a remontar por dos veces, el Atl¨¦tico dom¨® al impetuoso Feyenoord a lomos del oportunismo de Morata, autor de dos goles de jornalero del ¨¢rea y las paradas salvadoras de turno de Oblak. Tuvo que lidiar el equipo de Simeone con un partido volc¨¢nico, incendiado por un rival que nunca dej¨® de amenazarle, ni cuando se puso por delante y menos a¨²n cuando se vio en la necesidad de buscar el empate a tres que no encontr¨® por poco. La primera victoria del Atl¨¦tico en Europa este curso se dio en un partido cargado de electricidad.
Indic¨® el colegiado el inicio del encuentro y el Atl¨¦tico se vio en medio de un avispero. El osado Feyenoord decidido a convertir el partido en una centrifugadora. Se encontraron los futbolistas de Simeone con una raci¨®n paradigm¨¢tica de ese f¨²tbol moderno donde la velocidad es una apuesta para todo. Para robar la pelota, para tapar espacios o para engarzar transiciones. Eran dos deportes distintos lo que se apreci¨® en ese ambicioso y revolucionado arranque del campe¨®n neerland¨¦s. El Feyenoord a tumba abierta por todo el campo, el Atl¨¦tico, con dos marchas de menos. Sorprendido porque estaban ante un equipo que no estaba dispuesto a dejarle masticar la pelota, a pensar. Todo un desaf¨ªo a la capacidad de los rojiblancos para hacer circular la pelota con precisi¨®n, a una velocidad vertiginosa para tratar de esquivar cada emboscada del Feyenoord para el quite.
El plan del atrevido Slot tambi¨¦n ten¨ªa un objetivo, explotar la debilidad de Witsel en el uno contra uno contra el delantero centro del rival. No estaba el letal Santiago Gim¨¦nez, sancionado, pero el japon¨¦s Ueda ya le hab¨ªa hecho saltar las costuras al belga antes de ganarle la espalda en un pase filtrado de Paixao. El disparo lo repeli¨® Oblak, pero el rebote golpe¨® en Mario Hermoso y acab¨® en la red. El tanto fue un premio a esos cinco minutos de alto voltaje del Feyenoord, coreados por su ruidosa hinchada. Ganador de la Copa de Europa en 1970, antes que el Ajax de Cruyff, los casi 4.000 hinchas que se desplazaron a Madrid representan el linaje de un hist¨®rico. No pintaba bien el partido para el Atl¨¦tico. La sensaci¨®n era que solo pod¨ªa abr¨ªrsele si emerg¨ªa su debilidad defensiva. La fortaleza en la presi¨®n y la lucidez con la que maneja la pelota es proporcional a la endeblez de su zaga. Un pegador con mand¨ªbula de cristal que hizo su primera concesi¨®n en un pase en diagonal de De Paul que buscaba romper l¨ªnea hacia Sa¨²l, escorado en el pico del ¨¢rea y en posici¨®n adelantada. La intercepci¨®n de Tauner dej¨® la pelota muerta en el punto de penalti y Morata la incrust¨® junto al palo derecho de Wellenreuther.
El atacante madrile?o disputaba la titularidad con el estelar Correa que lider¨® la remontada ante el C¨¢diz. El argentino acab¨® con el ligamento tocado tras forzar su reaparici¨®n el domingo despu¨¦s de la dura entrada que le propin¨® Bellingham en el derbi. Tambi¨¦n la orden de tratar de forzar el error presionando la salida de bal¨®n del Feyenoord jug¨® a favor de Morata. Se hab¨ªa rehecho el Atl¨¦tico en apenas cinco minutos para alivio de Simeone, que hab¨ªa contemplado la impotencia de sus jugadores ante el endiablado ritmo impuesto por el Feyenoord. La crecida por el empate le dio a los rojiblancos para un par de fogonazos. El m¨¢s claro, una aparici¨®n de Molina para pisar ¨¢rea. Generoso, prefiri¨® asistir a Morata antes que probar un disparo cruzado. Un defensor del Feyenoord impidi¨® el gol.
Rebajado el envalentonamiento del Atl¨¦tico, el visitante recuper¨® el control del juego. Esta vez m¨¢s pausado, con circulaciones m¨¢s precavidas a la espera de un resquicio por el que perforar a su rival. Este lleg¨® en una falta lejana en la que Hancko le gan¨® la espalda a Azpilicueta y en su segundo disparo remach¨® a Oblak. El desconcierto volvi¨® a apoderarse de los futbolistas de Simeone, que se encontraron con el empate al borde del descanso en un barullo en el ¨¢rea mal defendido por el Feyenoord. Griezmann emboc¨® con una tijera de oportunista. Como el partido ped¨ªa piernas, Simeone dej¨® a De Paul en la caseta para dar entrada a Llorente. De nuevo, como en el derbi, el Atl¨¦tico ejecut¨® un arranque de segundo tiempo espasm¨®dico. A un centro curvo de Nahuel Molina se anticip¨® Morata para concretar la remontada.
No se vino abajo el Feyenoord, que oblig¨® a Oblak a recuperar su papel de portero milagrero ganando sendos mano a mano a Stengs y a Minteh. Todav¨ªa tuvo que pasar el Atl¨¦tico por el mal trago de ver como Wellenreuther sub¨ªa a rematar dos saques de esquina. Un episodio como el del primer partido ante el Lazio en Roma, con el gol del meta Provedel hubiera sido el colmo. Con todo, Oblak, tuvo que meter la manopla a un derechazo envenenado de Minteh para evitar el empate.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.