Maradona, Bellingham y la dimensi¨®n mundial del f¨²tbol
La FIFA tom¨® una decisi¨®n pol¨ªtica inteligente repartiendo en tres continentes el campeonato de 2030 en su leg¨ªtimo af¨¢n de que el balompi¨¦ abrace al mundo
A¨²n no lo saben. Hay jugadores capaces de expresar a un pueblo. Diego no necesit¨® del misterio: desde la condici¨®n de genio hasta su atroz final, lo sabemos todo de ¨¦l. Por sus fortalezas fue admirado, por sus debilidades fue amado. M¨¢s de treinta a?os despu¨¦s de sus gestas y a poco menos de tres desde su muerte, N¨¢poles lo sigue idolatrando con fervor religioso: la gente se persigna cuando lo nombra. Idolatrado en los murales que adornan la ciudad, comercializado en los negocios que explotan su figura, invocado por las multitudes en el estadio. Las emociones tienen mucha memoria. Los que lo vieron jugar a¨²n no se lo pueden creer y los que no hab¨ªan nacido repiten el relato que escucharon tantas veces. C¨®mo extra?arnos de aquel grafiti que alguien escribi¨® en el cementerio de la ciudad cuando Diego los hizo campeones: ¡°No sab¨¦is lo que os hab¨¦is perdido¡±.
El vagacampista. En el Diego Armando Maradona, Bellingham maradone¨® durante 45 maravillosos minutos. A partido grande, jugador grande. Fue hermoso ver pasear ese talento con su desparpajo veintea?ero y la suficiencia dominante impl¨ªcita hasta en sus gestos. Estamos ante uno de esos jugadores de un nivel superior que no necesitar¨ªa entrenador, porque su inteligencia sabe responder a todos los problemas de un modo espont¨¢neo. Como es poderoso, puede permitirse jugar en un campo de acci¨®n ampl¨ªsimo; como es t¨¦cnicamente bueno, es dif¨ªcil verle perder alg¨²n bal¨®n; como es sacrificado, tambi¨¦n resulta importante para ocupar un espacio cuando toca defender; como sabe los secretos del juego, es en las inmediaciones del ¨¢rea cuando se le ocurren cosas sorprendentes. Saber qu¨¦ pide el juego en cada zona del campo y en cada momento del partido, es lo que distingue a los cracs. Al Madrid lleg¨® uno que junta eficacia y belleza.
S¨¦ lo que me digo. Mientras Bellingham maradoneaba, el comisario Villarejo Villarejeaba. En un medio de comunicaci¨®n, como si se tratara de un referente de algo decente, y tan suelto de cuerpo como siempre, acus¨® a Florentino P¨¦rez de haber ¡°ama?ado partidos antes de que lo hiciera el Barcelona¡±. Florentino no demor¨® ni cinco minutos en llevar las declaraciones ante un juzgado, lo que tiene cierta desproporci¨®n: es como si Jesucristo llevara a juicio a los ladrones. El ¡°desprestigia que algo queda¡± ya se convirti¨® en un deporte m¨¢s en el que las redes sociales hacen un aporte diario. Trabaj¨¦ en el Real Madrid bajo la presidencia de Florentino en distintas responsabilidades durante seis a?os. En un club como el Madrid, siempre exagerado por la fuerza de la pasi¨®n, es f¨¢cil entender que me tocara lidiar con episodios buenos, regulares y malos. Pero en cuestiones arbitrales pongo las dos manos en el fuego por Florentino P¨¦rez.
El pr¨®ximo en Marte. Hemos pasado de jugar un Mundial de f¨²tbol (2022) en una ciudad, Doha, a disputarlo (2026) en una dimensi¨®n continental: EEUU, M¨¦xico y Canad¨¢. Puestos a abarcar, el de 2030 se jugar¨¢ en tres continentes: Sudam¨¦rica (Uruguay, Argentina y Paraguay albergar¨¢n un partido), Europa (Espa?a y Portugal recibir¨¢n el grueso de la competici¨®n) y Marruecos. Sudam¨¦rica representar¨¢ la parte hist¨®rica, con el estadio Centenario abriendo sus puertas cien a?os despu¨¦s. Un gui?o rom¨¢ntico porque el sentimiento no da para m¨¢s. Europa le dar¨¢ al campeonato brillo organizativo y posibilidades comerciales, que es el quid de la cuesti¨®n. Y ?frica sirvi¨® para que Arabia Saud¨ª perdiera votos y servir¨¢ para darle al campeonato lustre popular. El gesto, el dinero y la universalidad. Una decisi¨®n pol¨ªtica inteligente que alarga la mirada de la FIFA en su leg¨ªtimo af¨¢n de que el f¨²tbol abrace al mundo. En definitiva, lo de siempre, pero con vaselina.
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