El Mundial 2030 prepara sus relatos
La elecci¨®n por la FIFA de Espa?a, Portugal y Marruecos, tres pa¨ªses fronterizos mal relacionados hist¨®ricamente, podr¨ªa ayudar a resolver problemas de relaci¨®n enquistados desde tiempo inmemorial
Cada elecci¨®n de la sede del Mundial, o de una miscel¨¢nea de sedes en el caso de la edici¨®n que se disputar¨¢ en 2030, responde a intereses pol¨ªticos de la FIFA, m¨¢s o menos encubiertos y en ocasiones con imprevistas lecturas finales. En 1964, durante la presidencia del ingl¨¦s Stanley Rous, se estableci¨® un modelo transatl¨¢ntico de alternancia, con una secuencia fijada a largo plazo: M¨¦xico 70, Alemania 74, Argentina 78 y Espa?a 82. Esta exclusiva relaci¨®n Europa-Am¨¦rica no se abandon¨® hasta el a?o 2002, en plena ebullici¨®n del f¨²tbol como industria global del entretenimiento, favorecida por los incesantes avances tecnol¨®gicos ¡ªsat¨¦lites de comunicaci¨®n, computadores personales, telefon¨ªa m¨®vil, internet¡¡ª y los profundos cambios en los ciclos pol¨ªticos y econ¨®micos: ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, desmembramiento de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, consolidaci¨®n del gigante chino en la escena mundial y el reguero de petrod¨®lares procedente de los pa¨ªses del Golfo P¨¦rsico y Arab¨ªa Saud¨ª.
El Mundial 82 perteneci¨® a la vieja mentalidad parroquial del f¨²tbol. A los intereses geopol¨ªticos actuales se suscribe el de 2030, organizado al alim¨®n por Espa?a, Portugal y Marruecos, despu¨¦s de despegar en Uruguay, Argentina y Paraguay. No son pocos qui¨¦nes interpretan esta elecci¨®n como un simple apeadero en direcci¨®n a Arabia Saud¨ª, que dif¨ªcilmente encontrar¨¢ competencia para organizar el Mundial de 2034 y confirmar el papel de actor principal que el r¨¦gimen saudita se ha reservado en la escena del f¨²tbol. Tan s¨®lo 12 a?os despu¨¦s de la edici¨®n de Qatar, otro pa¨ªs sobrado de recursos energ¨¦ticos y de ambiciones geoestrat¨¦gicas, regresar¨¢ a esa misma ¨¢rea el mayor acontecimiento del deporte.
Quedan siete a?os por delante y empieza a construirse el relato de 2030, que pasa por la elecci¨®n de tres pa¨ªses fronterizos, dos de ellos europeos y uno africano, vecinos mal relacionados hist¨®ricamente. El reproche casi siempre ha pesado m¨¢s que la confianza entre Espa?a y Portugal, empujado a la conexi¨®n atl¨¢ntica con Europa, y muy especialmente con el Reino Unido, por razones de tradici¨®n y por la presi¨®n geogr¨¢fica del pa¨ªs que le incomunica del resto de Europa. En un tiempo donde la rapidez en las comunicaciones es crucial, algo quiere decir la ausencia de una conexi¨®n ferroviaria de alta velocidad entre Portugal y Francia, cuando la red interna funciona en Espa?a desde 1992.
Espa?a, Portugal y Marruecos est¨¢n dispuestos a aparcar diferencias
Quiz¨¢ el Mundial 2030 ayude a resolver problemas de relaci¨®n enquistados desde tiempo inmemorial. No habr¨¢ un laboratorio mejor para el buen entendimiento y la colaboraci¨®n de los pa¨ªses ib¨¦ricos. En el cap¨ªtulo futbol¨ªstico tanto Espa?a como Portugal disfrutan de un merecido prestigio. Les caracteriza el fervor masivo, grandes equipos, magn¨ªficos jugadores y ¨¦xitos de sus selecciones en todas las categor¨ªas. La rivalidad est¨¢ garantizada. En 2010, Espa?a gan¨® la Copa del Mundo y Portugal se llev¨® la Eurocopa de 2016. Figurar¨¢n por derecho entre las favoritas. Varios de sus mejores j¨®venes futbolistas ¡ªPedri, Gavi, Lamine Yamaal, Balde, Nico Williams¡¡ª no habr¨¢n alcanzado la treintena en 2030. Portugal estar¨¢ pendiente de la transici¨®n post Cristiano Ronaldo, pero su incesante producci¨®n de talentos no se detiene.
Despu¨¦s de Sud¨¢frica en 2010, Marruecos ser¨¢ el segundo pa¨ªs africano que albergar¨¢ partidos del Mundial. Marruecos mira a Europa a trav¨¦s del estrecho de Gibraltar, que en su distancia m¨¢s corta le separa de Espa?a por solo 14 kil¨®metros. Un leve trecho en t¨¦rminos de proximidad, una brecha gigantesca en cuestiones pol¨ªticas, sociales, econ¨®micas y religiosas. De alguna manera, el estrecho es el epicentro simb¨®lico de dos mundos fraccionados por las consecuencias de la colonizaci¨®n europea en ?frica, trasladadas en estos a?os a la inestabilidad del continente, que en buena parte se impregna de tropas rusas y de dinero chino, mientras se acent¨²a una presi¨®n migratoria sobre Europa que no se detiene, flujo que los sectores antidemocr¨¢ticos de la derecha aprovechan para ganar terreno en el escenario pol¨ªtico.
Muchos interpretan la decisi¨®n de la FIFA como un paso hacia Arabia 2034
A Gianni Infantino, presidente de la FIFA, no le cuesta nada utilizar la crisis migratoria para favorecer sus populistas argumentos. ¡°Necesitamos encontrar la manera de brindar esperanzas a los africanos, de modo que no tengan que cruzar el Mediterr¨¢neo para conseguir una mejor vida¡±, declar¨® Infantino el pasado a?o ante la Asamblea del Consejo de Europa. ?Su poci¨®n m¨¢gica? Mundiales cada dos a?os. Por descabellado y codicioso que suene este mensaje, ilustra la atenci¨®n que la FIFA presta a los problemas mundiales m¨¢s candentes y su voluntad de meter la cuchara por alg¨²n lado.
Es indiscutible que el Mundial 2030 se celebrar¨¢ bajo el sol del verano en una zona caliente del mundo, donde tres pa¨ªses parecen dispuestos a aparcar diferencias y entrar en una sensata etapa de colaboraci¨®n, bajo el control de la FIFA, que se arrogar¨¢ un exhaustivo poder decisorio en casi todos los ¨¢mbitos de la organizaci¨®n. Dir¨ªa Gardel que siete a?os son nada y que Espa?a est¨¢ en buenas condiciones para mejorar estructuras deportivas y de comunicaci¨®n, acelerar la transici¨®n digital y repensar la pol¨ªtica de turismo, pero ning¨²n periodo es suficientemente corto para garantizar la estabilidad en momentos de incertidumbre y tensi¨®n. Basta observar el caso espa?ol.
Cuando en 1966 se confirm¨® a Espa?a como sede del Mundial 82, el pa¨ªs estaba gobernado por una dictadura con 27 a?os de vida en el poder. Durar¨ªa nueve a?os m¨¢s, hasta la muerte de Franco en 1975. Despu¨¦s de la II Guerra Mundial, fue el ¨²nico de los dictadores que sobrevivi¨® a la abierta colaboraci¨®n con el nazismo. La FIFA no tuvo el menor escr¨²pulo en conceder el Mundial, probablemente porque aplic¨® una m¨¢xima interna que Jerome Valcke, secretario general de la instituci¨®n, destap¨® en 2013. ¡°Cuanta menos democracia y mayor sea el autoritarismo, es mejor para organizar un Mundial de f¨²tbol¡±.
Cada campeonato en la historia ha respondido a intereses pol¨ªticos
El mismo a?o que design¨® a Espa?a como sede del Mundial 82, Argentina recibi¨® el encargo de organizar el de 1978. Aunque expuesta a graves riesgos, Argentina se reg¨ªa por el sistema democr¨¢tico. Los acontecimientos giraron en sentido contrario en los dos pa¨ªses. En 1978, el Mundial se jug¨® bajo el control de la mort¨ªfera dictadura militar. La FIFA, con el brasile?o Jo?o Havelange en el primero de sus numerosos mandatos, comenz¨® a trazar all¨ª la estrategia que convertir¨ªa al f¨²tbol en un fen¨®meno comercial masivo.
A la Espa?a franquista se le concedi¨® el Mundial 82, pero la narrativa fue contraria a la argentina. El dictador hab¨ªa muerto siete a?os atr¨¢s y la democracia caminaba entre quebrantos. En 1981, fracas¨® un golpe de estado, ETA asesin¨® a 32 personas, el aceite de colza adulterado caus¨® 5.000 muertes y produjo importantes secuelas en 20.000 personas, Quini, delantero centro del Bar?a, fue secuestrado y el IPC (¨ªndice de precios al consumo) se instal¨® en el 14,5%. Fue un a?o de p¨¦simas noticias. Tampoco eran mejores en el f¨²tbol, donde los equipos espa?oles pintaban cada vez menos. La ¨²ltima victoria en la Copa de Europa se hab¨ªa producido en 1966. La selecci¨®n invitaba a un des¨¢nimo profundo, barnizado por un fervor patri¨®tico que no impidi¨® su colosal fracaso de 1982.
Sin embargo, aquel Mundial, concedido a un r¨¦gimen dictatorial y precedido por un a?o de desgracias, se interpret¨® despu¨¦s como una oportunidad bien aprovechada en un momento transformador de Espa?a. Se aprob¨® la ley del divorcio, se configur¨® el primer gobierno socialista de la nueva democracia, el Mundial aceler¨® el turismo y el ¨¦xito alcanz¨® a una nueva generaci¨®n de cineastas. Almod¨®var estren¨® Laberinto de Pasiones y Jos¨¦ Luis Garc¨ª present¨® Volver a empezar. Gan¨® el Oscar en 1983. Algo se mov¨ªa hacia adelante en Espa?a y aquel Mundial ayud¨®. Veremos hasta qu¨¦ punto ayuda el de 2030.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.