El jeque se compra un Mundial de f¨²tbol
Qatar impone un modelo despilfarrador: construir¨¢ 12 estadios cercanos entre s¨ª, de los que nueve ser¨¢n desmontados despu¨¦s - Cr¨ªticas por la falta de libertades y de condiciones para el f¨²tbol
Una corriente de aire a 17 grados refrescar¨¢ los tobillos de los espectadores mientras otro flujo circula por la parte posterior de cada butaca para ventilar la parte del cuello a la misma temperatura. No se puede pedir mayor comodidad para combatir el calor durante la visi¨®n de un partido de f¨²tbol cuando en el exterior del estadio el sol abrase la superficie a una temperatura promedio de 45 grados. Claro est¨¢ que para los futbolistas, el sufrimiento tambi¨¦n ser¨¢ reducido: el terreno de juego estar¨¢ a 27 grados. Lo mismo suceder¨¢ en el campo de entrenamiento. Estas y otras novedades (uno de los estadios ser¨¢ edificado en medio de una peque?a isla a la que se podr¨¢ acceder mediante taxi acu¨¢tico o en moderno tranv¨ªa) se anuncian para la futura Copa del Mundo de f¨²tbol de 2022 en Qatar. Los petrod¨®lares han obrado el milagro y han llevado al m¨¢ximo acontecimiento futbol¨ªstico poco menos que al desierto. Veremos un Mundial con aroma a parque tem¨¢tico envuelto en una burbuja de aire acondicionado.
Este peque?o pa¨ªs derrot¨® a EE UU por un contundente 14 a 8 en la votaci¨®n
Las temperaturas superar¨¢n los 40 grados en la fecha del campeonato
Hubo sospechas de corrupci¨®n por la compra de votos en la elecci¨®n
En tiempos de crisis, la solvencia de los petrod¨®lares ha sido imbatible
La gran sorpresa estall¨® el pasado 2 de diciembre cuando los miembros del comit¨¦ ejecutivo de la FIFA eligieron a Qatar como sede del Mundial de 2022 tras superar en diferentes votaciones a pa¨ªses del rango de Estados Unidos, Australia, Jap¨®n y Corea. Uno por uno, Qatar fue eliminando con amplitud a todos sus rivales en las tres rondas de votaci¨®n hasta que se lleg¨® a la cuarta, en la que derrot¨® a Estados Unidos por un contundente 14 a 8. De nada le sirvi¨® a la candidatura estadounidense el denodado apoyo del ex presidente Bill Clinton. El proyecto qatar¨ª era muy representativo de los lujos y excesos que suelen rodear las actividades de los jeques que se ba?an en petrod¨®lares. M¨¢s parec¨ªa un capricho que una candidatura. Pues bien: el jeque Hamad Bin Califa Al Tani se va a poder dar el gustazo.
A la vista de los comentarios difundidos por la prensa occidental, afirmar que Qatar ser¨¢ el anfitri¨®n m¨¢s ex¨®tico de un Mundial de f¨²tbol es lo m¨¢s suave que se ha escrito en las ¨²ltimas semanas. Un editorial de la prensa alemana hizo un juego de palabras y titul¨® la designaci¨®n como "Qatarstrofe para el f¨²tbol", mientras que en un peri¨®dico sueco, el articulista se hac¨ªa la siguiente pregunta: "?Qu¨¦ tienen en com¨²n Rusia (ganadora del Mundial 2018) y Qatar? Petr¨®leo y corrupci¨®n". El Mundial de 2022 se celebrar¨¢ en un pa¨ªs tan peque?o que ni siquiera sus habitantes podr¨ªan llenar los estadios que se van a construir para el evento y tan caluroso en verano que los jugadores tendr¨ªan que soportar temperaturas superiores a los 40 grados en la fecha prevista para el campeonato. Sin embargo, ninguna de estas y otras dificultades previstas ha sido un obst¨¢culo para que Qatar saliera elegido por una amplia mayor¨ªa. No se puede olvidar que la elecci¨®n se celebr¨® en un ambiente previo de sospechas de corrupci¨®n por compra de votos. En tiempo de crisis, la solvencia de los petrod¨®lares ha supuesto una ventaja imbatible.
A estas alturas, no resulta una sorpresa que un organismo opaco como la FIFA reparta prebendas sin entrar en valoraciones pol¨ªticas. Qatar no es precisamente un pa¨ªs que cumpla los est¨¢ndares democr¨¢ticos, aunque no sea el m¨¢s duro de Oriente Medio y se tenga por un pa¨ªs seguro y tranquilo, sin fricciones pol¨ªticas o religiosas. Ya en su d¨ªa, la FIFA le concedi¨® un Mundial a la dictadura argentina (1978). Que cientos de miles de trabajadores inmigrantes vivan en condiciones de semi exclavitud, que haya restricciones en el consumo de bebidas alcoh¨®licas, que est¨¦n perseguidos los homosexuales, que los aficionados puedan sufrir ciertas incomodidades seg¨²n como vistan o se comporten, debe considerarse una insignificancia seg¨²n la escala de valores de los ejecutivos de la FIFA. Para mayor ejemplo, su presidente, el alem¨¢n Sepp Blatter, se permiti¨® el lujo de bromear en una conferencia de prensa a una pregunta sobre los problemas que podr¨ªan tener los gais y lesbianas en Qatar. Blatter se limit¨® a recomendarles que durante el Mundial "se abstengan de tener relaciones". Y se qued¨® tan tranquilo.
Llegado el d¨ªa de la votaci¨®n, el informe de evaluaci¨®n de los t¨¦cnicos enviados por la FIFA para estudiar todas las candidaturas aspirantes para organizar los Mundiales de 2018 y 2022, era concluyente: Qatar era la candidatura con peor valoraci¨®n atendiendo a un an¨¢lisis de riesgos. En 17 apartados examinados, Qatar ten¨ªa la calificaci¨®n de alto riesgo en 2 (uno de ellos, el general) y de riesgo medio en otros 8. Por establecer comparaciones, la candidatura inglesa y la ib¨¦rica (Espa?a y Portugal) solo ten¨ªan riesgo medio en dos cap¨ªtulos. En los pron¨®sticos previos a la votaci¨®n, Qatar no figuraba ni de lejos entre los favoritos.
Pero no solo gan¨® sino que Qatar fue decisiva para la designaci¨®n de Rusia en detrimento de la candidatura ib¨¦rica. Horas despu¨¦s de las votaciones, entre la alegr¨ªa de unos y la decepci¨®n de la mayor¨ªa, se fueron aclarando algunos detalles del proceso. Y ah¨ª fue donde Qatar demostr¨® que no era la cenicienta del grupo de aspirantes por mucho que su tradici¨®n futbol¨ªstica sea insignificante y su proyecto resultara "ex¨®tico". Independientemente de informaciones, difundidas por la prensa brit¨¢nica, que situaban a Qatar en el centro de las sospechas por compra de votos, su peculiar forma de hacer diplomacia parec¨ªa haber tenido excelentes resultados.
Qatar se ha prodigado durante los ¨²ltimos a?os en repartir generosos fondos para actividades deportivas en terceros pa¨ªses, lo cual le ha permitido ir ganando influencia en algunas instituciones deportivas de car¨¢cter internacional. Por ejemplo, el emir Al Tani fue condecorado por Fidel Castro en el a?o 2000 con la orden de Jos¨¦ Mart¨ª.
Su diplomacia estaba muy segura de sus posibilidades antes de la votaci¨®n. Qatar, en negociaciones previas con otras candidaturas, hizo saber que ten¨ªa garantizados los votos de los representantes africanos y asi¨¢ticos. Espa?a, por ejemplo, estaba convencida de tener el apoyo de los delegados de Latinoam¨¦rica y algunos europeos. Cuando Espa?a quiso cambiar cromos con Qatar (yo te apoyo si tu me das tus votos en mi elecci¨®n) se encontr¨® con una sorpresa: los qatar¨ªs no se fiaban de dos de los votos "seguros" de Espa?a, el de Argentina y el de Paraguay. Horas despu¨¦s de la votaci¨®n, la delegaci¨®n espa?ola descubri¨® que Qatar termin¨® negociando con Rusia y eso signific¨® que, en la segunda vuelta, Rusia obtuviera 13 votos por 7 de Espa?a y Portugal y 2 de la candidatura de Holanda y B¨¦lgica. As¨ª que los votos de Qatar terminaron decidiendo las dos elecciones. Para que no existan dudas sobre c¨®mo se las gastan los ejecutivos de la FIFA, la candidatura de Inglaterra (la mejor, seg¨²n el informe de evaluaci¨®n) cay¨® en la primera vuelta al obtener solamente dos votos. Qued¨® manifiestamente claro que aquello fue venganza por las publicaciones de la prensa brit¨¢nica.
Resueltas las peculiaridades de la designaci¨®n, la atenci¨®n se centr¨® en los detalles de la candidatura de Qatar. Y en ese punto no deja indiferente a nadie porque todo parece envuelto en un halo de lujo y despilfarro. Todos los estadios (hasta 12) estar¨¢n situados en un entorno de 60 kil¨®metros, de tal manera que un mismo aficionado podr¨¢ presenciar varios partidos el mismo d¨ªa apenas utilizando un taxi para desplazarse. Lo curioso es que 9 de los 12 estadios no solo ser¨¢n de nueva planta sino que adem¨¢s ser¨¢n desmontables. Una vez terminado el campeonato, Qatar ofrece trasladarlos a otros pa¨ªses con mayores necesidades, aunque no ha especificado a qu¨¦ pa¨ªses hacerlo. Para evitar m¨¢s cr¨ªticas de las debidas, la candidatura ha explicado que todo el sistema dise?ado para enfriar estadios e instalaciones tomar¨¢ la energ¨ªa de una red de placas solares que garantiza el entorno ecol¨®gico en el que se mover¨¢ este acontecimiento. Estos datos, que obran exclusivamente en el papel, no han sido contestados hasta el momento por las organizaciones ecologistas, posiblemente a la espera de mayores explicaciones t¨¦cnicas.
Las im¨¢genes de unos estadios vanguardistas circulan ya entre los medios especializados en arquitectura y dise?o porque un Mundial de estas caracter¨ªsticas, con un propietario de bolsillo f¨¢cil, es un aut¨¦ntico fest¨ªn para las grandes firmas de arquitectos. No pod¨ªa faltar a la cita Norman Foster, responsable del dise?o del estadio central (Lusail) con capacidad para m¨¢s de 80.000 espectadores. La firma alemana presidida por Albert Speer dise?ar¨¢ cinco de los estadios: a los medios brit¨¢nicos les ha faltado tiempo para recordar que Speer es hijo del conocido arquitecto de Hitler, si bien r¨¢pidamente matizan que no es sospechoso de afinidad con el nazismo y su empresa lleva a?os trabajando en varios proyectos en Qatar.
La escasa tradici¨®n deportiva de Qatar tampoco va a resultar un obst¨¢culo. Si nadie es capaz de recordar el nombre de alg¨²n futbolista qatar¨ª o alg¨²n ¨¦xito de cierto calibre de su selecci¨®n (en la que terminaron nacionalizando para la ocasi¨®n a jugadores nacidos en otros pa¨ªses a falta de futbolistas locales), el gobierno se va a encargar de que el mercado relacione cada vez m¨¢s el f¨²tbol con Qatar. No parece casual que apenas un par de semanas despu¨¦s de la designaci¨®n, una fundaci¨®n qatar¨ª firme un contrato r¨¦cord con el Barcelona para patrocinar su camiseta. Tampoco hay que dudar por improbables de algunas noticias sobre el inter¨¦s de Qatar por adquirir alg¨²n club de la Liga inglesa: el M¨¢laga ya est¨¢ en manos de un qatar¨ª desde el pasado verano.
La estrategia de Qatar ha surtido efecto: necesitaba del poderoso influjo del f¨²tbol para hacerse visible en el mapa internacional y lo ha conseguido. Lo que no ha quedado claro, una vez m¨¢s, es cu¨¢l es el verdadero juego que practican la FIFA y sus dirigentes.
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