El Barcelona no espabila en Vallecas
Los azulgrana no responden a los cambios de Xavi y ceden un empate despu¨¦s de un mal primer tiempo y una mejora insuficiente ante un esforzado Rayo
El f¨²tbol avanza de manera tan incierta y pesarosa como la econom¨ªa en el Bar?a. Los azulgrana cedieron dos puntos despu¨¦s de flirtear mucho rato con la derrota y apuntar a la victoria en unos minutos finales en que el ¨¢rbitro no vio penalti en una entrada de Espino a Raphinha. Al equipo de Xavi le falta mucho juego para no dejar los partidos en manos de los detalles, de las decisiones de los colegiados y de la suerte, esquiva en el cuadril¨¢tero de Vallecas. El empate sanciona precisamente el inmovilismo de los barcelonistas, que no encuentran el punto de inflexi¨®n, todav¨ªa demasiado ins¨ªpidos y apocados, y sobre todo poco finos, para doblegar a rivales complicados como el Rayo.
El Barcelona no supo resolver un partido dif¨ªcil de jugar por el rival y de afrontar por el cat¨¢logo de condicionantes que se daban en Vallecas. No es f¨¢cil reconocer al equipo sin Ter Stegen y Gavi -lesionados- ni Gundogan; tampoco la hora (14.00) y el momento parec¨ªan los mejores por las secuelas del virus FIFA y la amenaza de un calendario endemoniado (Oporto, Atl¨¦tico, Girona y Valencia). Y los ¨²ltimos resultados eran especialmente negativos y lo siguen siendo: Koeman fue despedido despu¨¦s de perder por 1-0, Xavi suma dos derrotas y dos empates y Tata Martino supo que se hab¨ªa equivocado de club cuando fue acusado de perder la posesi¨®n con un marcador a favor de 0-4.
Xavi no solo fue sensible a las circunstancias, sino tambi¨¦n a la necesidad de recuperar el f¨²tbol despu¨¦s de tres partidos reprobables: Real Sociedad, Shakhtar y Alav¨¦s. El t¨¦cnico agit¨® la alineaci¨®n con seis cambios y un plan que evocaba a los or¨ªgenes: dos laterales, un mediocentro y dos extremos; 4-3-3. La mayor novedad era el regreso despu¨¦s de dos meses y 10 partidos ausente de Frenkie De Jong. El centrocampista asumi¨® la capitan¨ªa sin querer ¡ªpareci¨® que ni siquiera sab¨ªa que ten¨ªa que acudir al sorteo de campo¡ª y se ofreci¨® para construir el juego desde el ¨¢rea de I?aki Pe?a, un meta con s¨®lo cinco partidos disputados en el Bar?a.
La salida de bal¨®n es uno de los mayores d¨¦ficits del plantel de Xavi. Tampoco mejor¨® de inicio con De Jong porque la l¨ªnea de pase quedaba interrumpida por las p¨¦rdidas de sus volantes y por la excelente presi¨®n de los muchachos de Francisco. Lo peor del Barcelona contra lo mejor del Rayo. Aunque ten¨ªan m¨¢s la pelota, los barcelonistas no estaban precisos ni eran r¨¢pidos en un partido gobernado por un equipo local tan sincronizado como poco afinado ante el expectante Pe?a. Las llegadas al arco azulgrana eran frecuentes, aunque no picantes, menos intensas y sin la superioridad num¨¦rica de costumbre, igual de jaleadas en cualquier caso por la hinchada de Vallecas.
La ¨²nica amenaza del Bar?a era Yamal. El extremo atacaba y regateaba, tan h¨¢bil como individualista, demasiado tibio por lo dem¨¢s en el remate contra Dimitriesvski. Al Rayo, siempre intenso, le faltaba ?lvaro Garc¨ªa para ser m¨¢s agresivo por la izquierda, demasiado dependiente de Isi, aturdido por I?igo Mart¨ªnez. La falta, sin embargo, gener¨® el gol del Rayo despu¨¦s de un segundo rechazo embocado desde fuera del ¨¢rea por Unai L¨®pez. El ¨¢rbitro concedi¨® el tanto por entender que ?scar Valent¨ªn, en fuera de juego, no interfer¨ªa en la acci¨®n previa y por tanto anterior a la tard¨ªa estirada de Pe?a.
El 2-0 no lleg¨® porque Balde se anticip¨® al portero despu¨¦s de un centro de De Frutos. El exterior del Rayo no paraba de superar a un descolocado Cancelo. El marcador oblig¨® en cualquier caso a los azulgrana a adelantar l¨ªneas y dejar de remolonear por m¨¢s que sus dificultades en el repliegue les expusieran a las contras del Rayo. El juego de los azulgrana se aceler¨®, la circulaci¨®n mejor¨® as¨ª como la profundidad, y los muchachos de Xavi alcanzaron posiciones de remate mientras se suced¨ªan las faltas t¨¢cticas y las p¨¦rdidas de tiempo del Rayo.
Aunque las ocasiones se suced¨ªan ¡ªFerran y Pedri no atinaron antes de que Raphinha chutara al poste¡ª el empate no lleg¨® hasta que Lejeune remat¨® en su propia porter¨ªa despu¨¦s de ser acosado por un in¨¦dito Lewandowski. El polaco reapareci¨® para disputar el centro de un buen Balde habilitado por una excelente apertura de I?igo Mart¨ªnez. La jugada ilumin¨® un partido sin buen juego, demasiado espectador y discontinuo, peleado con el gol y clavado en el empate, un resultado que explica d¨®nde est¨¢ el Bar?a.
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