Un gol por toda la escuadra a la FIFA y la UEFA
La sentencia sobre la Superliga confirma que los privilegios exclusivos que se atribuyen las federaciones internacionales tienen los d¨ªas contados y que clubes y futbolistas tienen derecho a autorregularse sin pasar por instancias con oscuros derechos exclusivos.
La sentencia se ha hecho rogar, pero la espera ha valido la pena. El Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea (TJUE), a instancias de un juzgado de lo mercantil espa?ol que se hab¨ªa dirigido a ¨¦l recabando su opini¨®n como instancia jurisdiccional m¨¢xima de la Uni¨®n Europea, se acaba de pronunciar en un texto especialmente detallado y con un tono muy pedag¨®gico, sobre si la FIFA y la UEFA pueden seguir parapet¨¢ndose tras el car¨¢cter espec¨ªfico del deporte (que nadie niega) para impedir la organizaci¨®n de eventos, ligas y campeonatos de f¨²tbol internacionales por parte de empresas competidoras no sujetas a la disciplina (y a los intereses) de dichas federaciones. Y la sentencia es un devastador gol en plena escuadra del Alto Tribunal Europeo en el hasta ahora imbatible marco de la FIFA y la UEFA.
El Tribunal las considera, con raz¨®n, empresas que comercializan en r¨¦gimen hasta hoy monopol¨ªstico y con jugosos y exclusivos beneficios, competiciones deportivas y los derechos derivados de las mismas, y que, como empresas que ejercen una actividad puramente econ¨®mica, no pueden esconderse detr¨¢s de la importancia social y educativa de la actividad deportiva (que nadie disputa) para impedir que otras empresas compitan en r¨¦gimen de igualdad con ellas, escapando as¨ª a la aplicaci¨®n de las disposiciones del derecho europeo de la competencia que garantizan la libre prestaci¨®n de las libertades de circulaci¨®n, de establecimiento, prestaci¨®n de servicios y movimiento de capitales.
Habr¨¢ tiempo para efectuar sesudos an¨¢lisis jur¨ªdicos y econ¨®micos de las (potencialmente enormes) implicaciones de esta sentencia para la configuraci¨®n y organizaci¨®n futura de un deporte de masas como es el f¨²tbol, pero el juez comunitario deja claro que FIFA y UEFA no gozan de un derecho exclusivo al respecto como se hab¨ªan arrogado hasta ahora y que, dados sus obvios conflictos de intereses, pues organizan y a su vez explotan los ping¨¹es beneficios que generan las competiciones que patrocinan (la Champions League sin ir m¨¢s lejos), no tienen derecho alguno a someter a autorizaci¨®n previa (y, menos a¨²n, a sanciones financieras y disciplinarias) a aquellos clubes y deportistas que decidan competir en campeonatos alternativos organizados por empresas o entidades terceras. Lo dicho, si esto no es un gol por la escuadra y de chilena se le parece mucho.
Con esta sentencia y con las que, simult¨¢neamente, adopt¨® ayer el mismo TJUE en otros dos asuntos (el primero en una disputa entre un club de f¨²tbol belga y la UEFA y el segundo en relaci¨®n con las restricciones impuestas a patinadores por la Federaci¨®n Internacional de Patinaje, impidi¨¦ndoles participar en campeonatos no organizados por esta, lo que la Comisi¨®n Europea ya hab¨ªa considerado abusivo), el juez comunitario confirma que los privilegios exclusivos que se atribuyen las federaciones internacionales tienen los d¨ªas contados y que clubes, futbolistas y dem¨¢s deportistas (que son los que alimentan la m¨¢quina de ilusiones que, al fin y al cabo, es el deporte para millones de ciudadanos) tienen derecho a autorregularse sin pasar por instancias con pretendidos y frecuentemente oscuros derechos exclusivos.
Una anotaci¨®n final para concluir. Bien har¨ªan algunos grandes clubes de f¨²tbol en manos de entidades y empresas que disponen de una cantidad ingente de dinero p¨²blico para financiarse y competir, en echar un vistazo al art¨ªculo 107 del Tratado de Funcionamiento de la Uni¨®n Europea, que declara incompatibles aquellas ayudas de Estado que distorsionen la competencia en un determinado mercado (el futbol¨ªstico en el caso que nos ocupa). El sonoro recordatorio mandado por el TJUE a la FIFA y la UEFA, ma?ana podr¨ªa ir dirigido a los llamados Clubes Estado.
El partido acaba de comenzar y se adivina apasionante.
Cecilio Madero Villarejo es abogado. Durante 34 a?os y hasta su jubilaci¨®n trabaj¨® para la Direcci¨®n General de Competencia de la Comisi¨®n Europea.
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