Dos arrebatos de Brahim dan al Madrid el pase a octavos ante la Arandina
El malague?o destraba con el regate la eliminatoria de Copa en la noche del brillante debut de Arda G¨¹ler casi seis meses despu¨¦s de su presentaci¨®n
En la noche de Arda G¨¹ler, fue otra vez Brahim el que despej¨® el camino. El malague?o se agarra a cada oportunidad como un desesperado. En el fr¨ªo de Aranda de Duero, despu¨¦s de casi una hora de resistencia de un equipo del cuarto pelda?o del f¨²tbol espa?ol, Brahim decidi¨® hacerse cargo con su regate y termin¨® derribado en cuanto puso un pie en el ¨¢rea. Joselu emboc¨® por fin el primer penalti del curso del Madrid, despu¨¦s de cuatro fallos, y acab¨® ya con la esperanza de la Arandina. El equipo volar¨¢ ma?ana a Riad clasificado para los octavos de la Copa del Rey.
Estas primeras rondas de la Copa suelen funcionar como el escenario de futbolistas que hasta este punto han vivido en la retaguardia, o de canteranos que vienen empujando. Algo de eso hubo en la visita del Madrid a Aranda de Duero, claro. Carrillo, el capit¨¢n del Castilla, debut¨® en el primer equipo como pareja de Nacho en el centro de la defensa, muy atento al corte, seguro y limpio en la salida. Tambi¨¦n se estren¨® en un partido oficial el brasile?o Tobias, en el lateral derecho. Y volvi¨® a aparecer en el centro Nico Paz, que ya ha tenido algunos ratos este curso.
Pero en este Madrid asolado por las lesiones desde el comienzo del curso, la Copa de enero serv¨ªa tambi¨¦n para pruebas con mucha m¨¢s miga. Regresaba Camavinga dos meses despu¨¦s de su lesi¨®n de rodilla, y se le vio con la presencia de antes, contundente en el corte, vivo en los movimientos, ligero de pies.
Aunque era sobre todo la noche en la que todos los ojos se hab¨ªan preparado para descifrar al esquivo Arda G¨¹ler, por fin en un partido con el Madrid, solo un d¨ªa antes de que se cumplieran seis meses de su presentaci¨®n el 7 de julio en Valdebebas. El turco llevaba 201 d¨ªas sin jugar, lesi¨®n tras lesi¨®n, desde el Turqu¨ªa-Gales del 19 de junio, en el que marc¨®.
Acababa de llegar, pero parec¨ªa que siempre hab¨ªa estado all¨ª. Flotaba libre por todo el ataque, con ganas permanentes de pelota. Apoyaba, dirig¨ªa ataques, sacaba los c¨®rners. Esa personalidad le llev¨® hasta a discutir jerarqu¨ªas en su primera faena. Cuando derribaron a Ceballos al borde del ¨¢rea, en una zona propicia para un diestro, G¨¹ler se fue enseguida a por el bal¨®n, y se agarr¨® a ¨¦l. Cuando se acerc¨® Ceballos, el turco se gir¨® para que no pudiera alcanzarlo, y le hizo alg¨²n gesto como de s¨²plica. Se sali¨® con la suya. Se prepar¨® el lanzamiento y peg¨® un zurdazo al palo, cerca de la escuadra. Era su segunda gran ocasi¨®n. La primera la hab¨ªa echado a c¨®rner Adri¨¢n ?lvarez. Todo el picante lo pon¨ªa el turco, que corr¨ªa al espacio y que tambi¨¦n amenazaba buscando el pase a la espalda. G¨¹ler emiti¨® se?ales muy prometedoras en el tiempo que le aguant¨® el combustible. Ven¨ªa con mucha hambre atrasada, suya y de los madridistas. Ambos se quedaron con ganas de m¨¢s.
Su aparici¨®n era la m¨¢s estimulante de un encuentro controlado por el Madrid a trav¨¦s del monopolio de la pelota. La Arandina se ve¨ªa siempre un instante por detr¨¢s de ese movimiento, muy fluido desde el principio. El mayor peligro de los locales eran los saques de banda de Pesca, env¨ªos con p¨¦rtiga que alcanzaban el punto de penalti y abr¨ªan paso al desconcierto.
La Arandina aguant¨® a cero hasta el descanso. Hasta que Brahim regres¨® del vestuario y provoc¨® un penalti con su primer arranque. Ah¨ª se venci¨® la fe de los locales. En la siguiente jugada, el malague?o se volvi¨® a lanzar en un eslalom de regates, la perdi¨®, le cay¨® un rebote y marc¨®. El tercero lo anot¨® Rodrygo, mientras el partido se deslizaba hacia el final, todav¨ªa con alg¨²n ramalazo de la Arandina. Pesca avanz¨® desde la defensa, abri¨® a la derecha a Cabral, que puso un centro que Nacho envi¨® a la red. Su desdicha fue la alegr¨ªa de Aranda, en una noche de ilusi¨®n en la que celebraron la visita del ¨²ltimo campe¨®n, que regres¨® a casa con la misi¨®n cumplida de avanzar a octavos.
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