El estratega silencioso
Toni Kroos domina, armoniza y distribuye el juego haciendo que el equipo se parezca a un equipo y no a jugadores sueltos. Qu¨¦ gusto da ver la inteligencia haci¨¦ndose due?a de los partidos al trotecito, sin mostrar m¨²sculo y sin ninguna prisa
?Rabia? Solo de vez en cuando
La rabia suele tener su momento de gloria en los ¨²ltimos minutos de los partidos, cuando la desesperaci¨®n se olvida de la t¨¢ctica y se propone arrollar. Pero se trata de un estado de excepci¨®n del ¨¢nimo. No se puede jugar un partido entero rabioso. La historia del f¨²tbol nos ha demostrado que la paciencia, de peor fama, es mucho m¨¢s eficaz que la rabia en el desarrollo de un partido. Cuando al f¨²tbol espa?ol le confund¨ªan con la ¡°furia¡± no logr¨® nada significativo, mucho menos respeto internacional. Cuando el estilo se expres¨® con pases sosegados que dominaban el partido para ganarlos despu¨¦s con aceleraciones inteligentes, Espa?a fue referente mundial. Para acelerar al Real Madrid le sobran recursos. Tiene los pies apurados de Vinicius, la delicada carrera en patinete de Rodrygo, a esa fiera exquisita que es el espectacular Bellingham y, como ¨²ltimo aporte, la agilidad mental y f¨ªsica de Brahim.
La paciencia como valor
En el medio del campo al equipo le sobra energ¨ªa. La presencia dominante de Tchouameni, que explotar¨¢; el brioso Valverde; el ultra din¨¢mico Camavinga; el emocionante Modric¡ Pero si hablamos de paciencia, quien la fabrica es Toni Kroos. Roberto Perfumo, c¨¦lebre defensa central argentino de los a?os 70, dec¨ªa que ¡°el f¨²tbol es un pensamiento corporal¡±. Si eso es cierto, Kroos tiene una red neuronal incomparable que baja del cerebro a los pies para dar c¨¢tedra. De alem¨¢n tiene la seguridad y una altaner¨ªa elegante que no ofende. Se mueve por el campo como si le perteneciera, como si viviera ah¨ª desde tiempos inmemoriales. Conoce lo que pide cada zona, los espacios libres de intrusos, los agujeros en los que cabe una pelota. Pierde pocos balones y siempre elige bien el destino, la velocidad, la intenci¨®n. Como si su f¨²tbol refinado brotara de una t¨¦cnica elegante y precisa.
Invisible para todos, menos para el bal¨®n
Supongo que a esta altura del art¨ªculo ya habr¨¢n interpretado que me encanta Kroos. Ese golpe de vista que abarca el campo entero, a veces para tocar en corto, otras para cambiar el frente de la jugada con pases medidos de cuarenta metros, lo convierten en el centro neur¨¢lgico del equipo. Est¨¦ donde est¨¦. Tan grande es su influencia que es capaz de hacer girar el juego a su alrededor parado de lateral izquierdo. Su f¨²tbol es silencioso, hasta el punto de que hay gente que no lo ve, incluso adversarios que parecen ignorar su peso en el juego. Al final del partido es, siempre, el que suma m¨¢s n¨²mero de intervenciones y uno se pregunta: ?c¨®mo puede ser que no lo vean, que no aprecien su relevancia, su influencia en el juego? Esta semana fue Isco el que lo hizo visible pidi¨¦ndole que no deje el f¨²tbol, que por lo menos siga dos o tres a?os m¨¢s para que podamos disfrutarlo.
Placer y necesidad
Pero antes que una cuesti¨®n de placer, su presencia es una necesidad imperiosa. Porque el Madrid est¨¢ lleno de jugadores de calidad y, seguramente, a final de temporada llegar¨¢n m¨¢s cracks seductores que atraer¨¢n la mirada por su espectacularidad. Pero cuidado, porque en esa plantilla estelar, estratega hay uno solo y se llama Toni Kroos. ?l domina, armoniza y distribuye el juego haciendo que el equipo se parezca a un equipo y no a jugadores sueltos. En este f¨²tbol cada vez m¨¢s f¨ªsico, qu¨¦ gusto da ver la inteligencia haci¨¦ndose due?a de los partidos al trotecito, sin mostrar m¨²sculo y sin ninguna prisa. Ese es el estilo del invisible m¨¢s productivo del f¨²tbol mundial. No se lo pierdan, quedan pocos ejemplares de esta categor¨ªa y son de primera necesidad.
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