El Mallorca hace historia ante la Real y jugar¨¢ la final de la Copa del Rey
Oyarzabal, el especialista donostiarra, fall¨® su lanzamiento en los penaltis y los hombres de Aguirre llegan a la m¨¢xima cita por cuarta vez desde su fundaci¨®n
Los penaltis son crueles. Irse a la tanda de lanzamientos es la manera establecida de desequilibrar una eliminatoria pareja, pero siempre hay un equipo que acaba sufriendo y el otro, en la gloria. Le toc¨® esta vez al Mallorca subir al cielo y a la Real arder en el infierno de la eliminaci¨®n. El equipo de Javier Aguirre hizo historia y estar¨¢ en la final de Copa frente al ganador del duelo entre Athletic y Atl¨¦tico, que se juega ma?ana. Ser¨¢ su cuarta vez. El temporal dio una tregua a la hora del partido, como si supiera de su importancia, y no quisiera que los condicionantes meteorol¨®gicos, m¨¢s all¨¢ del fr¨ªo de una noche de invierno, deslucieran el espect¨¢culo de una semifinal de Copa. Pero lo que no estropearon los fen¨®menos clim¨¢ticos durante la primera parte, lo fastidiaron los dos equipos, porque, tal vez por los nervios, puede que por aquello de nadar y guardar la ropa, se empe?aron en un f¨²tbol insustancial.
La Real quer¨ªa proponer, que para eso jugaba en casa, apoyado por el ¨¢nimo de unas gradas casi llenas, pero anda con el ¨¢nimo bajo de los ¨²ltimos partidos en el Reale, en los que le ha faltado el remangue que le sobr¨® la temporada anterior. Le faltan elementos b¨¢sicos y alg¨²n que otro complemento que siempre sumaba. Sin esa chispa, al equipo donostiarra le cuesta un potos¨ª crear peligro. Para el Mallorca, empe?ado en cazar alguna contra o aprovecharse de un posible error en la conducci¨®n de la Real, el escenario, si no ideal, le favorec¨ªa bastante. Jugaban m¨¢s tranquilos los isle?os, porque no pasaba nada, y eso contra el equipo de Imanol es bastante. En alg¨²n momento le fall¨® la salida del bal¨®n a la Real, y el equipo de Aguirre, adelantado, se hac¨ªa a ratos con el dominio. Si no, le bastaba con lanzar en largo desde atr¨¢s, buscando la cabeza de Abd¨®n o la de Larin, con la esperanza de pillar alguna contra. Hasta casi el descanso, el ¨²nico disparo a puerta de la Real, que Greif detuvo sin problemas, lo realiz¨® Zakharyan desde muy lejos. El Mallorca ni eso, porque solo en un robo en medio campo pudo enganchar Abdon un lanzamiento que sali¨® desviado.
Discurr¨ªa aburrida la primera parte hasta que, casi en el l¨ªmite, Zubimendi levant¨® una pelota hacia el punto de penalti y se meti¨® por medio Ra¨ªllo, que sac¨® el brazo izquierdo e intercept¨® el env¨ªo. Fue un penalti de los que no tienen discusi¨®n, de los que en el VAR solo pueden decir am¨¦n. Pero en el campo no estaba Oyarzabal, el especialista, as¨ª que fue Brais M¨¦ndez quien tom¨® la responsabilidad, pero lanz¨® mal, flojo y por el medio. Greif lo rechaz¨® con los pies. Es la tercera pena m¨¢xima que el centrocampista gallego falla esta temporada. Se fueron cabizbajos los donostiarras a la tregua, pero regresaron revitalizados y en los primeros minutos encajonaron al Mallorca. Sin embargo, enseguida se percataron de que una semifinal de Copa no es una pel¨ªcula de Disney, cuando en su primera llegada, el equipo visitante se adelant¨® despu¨¦s de un centro desde la izquierda de Jaume Costa, que Gonz¨¢lez, sin nadie que le vigilara, coloc¨® con la cabeza donde Remiro no pod¨ªa llegar.
Fue un golpe en la l¨ªnea de flotaci¨®n de la Real, que reaccion¨® como un animal herido. El acoso que inici¨® en ese instante fue brutal, feroz, aunque sin demasiadas ideas cuando la pelota rondaba el ¨¢rea. No ten¨ªa otro remedio el equipo blanquiazul que buscar como fuera el empate, cambiando el bal¨®n de lado a lado. Apareci¨® Kubo, aunque las vigilancias eran extremas, y el bombardeo sobre el ¨¢rea comenz¨® a ser una constante. Todo cambi¨®, sin embargo, cuando salt¨® al campo Oyarzabal. Se activ¨® la Real y tambi¨¦n la grada, que ve¨ªa otra vez en el c¨¦sped a su referencia moral. Tambi¨¦n a su delantero preferido, claro. Y enseguida le demostr¨® a la afici¨®n para que estaba sobre el c¨¦sped, cuando recibi¨® un buen pase de Brais, dentro del ¨¢rea, para rematar cruzado con la derecha y hacer el empate. Porfi¨® desde entonces la Real hasta que se agot¨® el tiempo, pero no consigui¨® nada m¨¢s. Al menos, el gol de Oyarzabal forzaba la pr¨®rroga, que comenz¨® con el Mallorca en vilo por una acci¨®n en la que pudo haber mano o gol de Sam¨² Costa en el mismo lote. El VAR no apreci¨® nada.
Luego el tiempo extra, mucho miedo de los dos equipos, y los penaltis. Oyarzabal fall¨® el suyo, todos los dem¨¢s entraron y el Mallorca estar¨¢ en La Cartuja.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.