El valor de una sonrisa
Como ya sabemos lo r¨¢pido que suele viajar la felicidad, no estar¨ªa mal disfrutar del momento y ser felices con ellas
El ¨¢rbitro pita el final de la pr¨®rroga en el Reale Arena y los jugadores del Real Mallorca se juntan en una pi?a para decidir esos asuntos de los penaltis: qui¨¦n los tira, cu¨¢l es el orden, si hay alguno que no se sienta bien para lanzarlo. Y para que el portero reciba la informaci¨®n en cuanto a lanzadores del rival, los abrazos y frases de apoyo de los suyos que buscan no se sabe si incrementar la confianza del portero o ahuyentar los temores del resto. O, tal vez, es algo vinculado con lo supersticioso que reunir¨ªa los dos conceptos en uno solo.
Y por all¨ª apareci¨® Javier Aguirre, entrenador del Real Mallorca, para lanzar con una enorme sonrisa una de esas frases ingeniosas que le distinguen en sus ruedas de prensa. Tal vez algo as¨ª como aquel recordado ¡°salid y disfrutad¡± de Johan antes de la final de Wembley 92. No s¨¦ lo que el entrenador mallorquinista les dijo, pero el grupo reaccion¨® con una carcajada y apret¨¢ndose m¨¢s, haci¨¦ndose m¨¢s fuertes, m¨¢s pi?a.
Como la historia finaliz¨® con el Mallorca clasificado para la final de la Copa del Rey, esa imagen qued¨® como reflejo de la buena relaci¨®n del entrenador y su plantilla, como uno de esos ejemplos que se suelen utilizar para trasladar del mundo del f¨²tbol, el del deporte en general, al mundo de la empresa. Con el lema de que una sonrisa es necesaria, tambi¨¦n, en los momentos m¨¢s tensos y que ofrece luz, calor y descarga el ambiente aportando confianza. Vamos, que ser¨ªa ideal para imprimir en miles de camisetas bermellonas y que fuera el uniforme ¡°oficial¡± de los seguidores mallorquinistas en la final de Sevilla. Siempre que la frase sea imprimible, que ya conocemos la habilidad de vocabulario y las expresiones de Aguirre.
Tambi¨¦n se le habr¨¢ ocurrido a usted amable lector, amable lectora, que si la tanda de penaltis hubiera acabado con los realistas abrazados y celebrando con su p¨²blico la clasificaci¨®n tendr¨ªamos en bucle la imagen riendo de Aguirre y los suyos como ejemplo de falta de concentraci¨®n, de no entender la importancia del momento, de frivolizar con la pasi¨®n de los mallorquinistas. Vamos, de no tom¨¢rselo en serio. Y ya les digo yo que si lo de Wembley hubiera acabado mal para el Bar?a no hubi¨¦ramos disfrutado ni en el campo, el que disfrut¨®, ni luego fuera de ¨¦l. Y los millones que todav¨ªa hoy dir¨ªan que en vez de hablar de disfrutar hab¨ªa que hablar de f¨²tbol, de t¨¢ctica, de cosas serias.
Tan en serio como se lo toman las jugadoras de la Selecci¨®n Espa?ola de f¨²tbol, que se pidieron el bal¨®n para ellas al comenzar el partido de La Cartuja y no lo devolvieron hasta que se lo cambiaron por el trofeo de la Nations League demostrando c¨®mo el juego de asociaci¨®n, de posici¨®n, de velocidad de bal¨®n sigue siendo una excelente herramienta para jugar y ganar, para disfrutar y para sonre¨ªr, para marcar, celebrarlo en el campo e irse a abrazarse con dos de las jugadoras suplentes, Oihane y Eva Navarro, que hab¨ªan quedado fuera del once, como lo hizo Aitana. Esos peque?os detalles.
En algo de todo eso pienso cuando camino hacia San Mam¨¦s, en medio del fr¨ªo y la lluvia, como debe de ser, pensando, tal vez por reflexi¨®n, tal vez por superstici¨®n, en los est¨ªmulos positivos necesarios para afrontar estas citas decisivas y la diferencia entre las m¨¢gicas lecturas adivinatorias previas a aquellas contundentes y definitivas que se dan cuando ya conocemos el resultado final y leemos el partido hacia atr¨¢s.
Si les vale el ejemplo, esa conclusi¨®n mundial (y, por tanto, tambi¨¦n nuestra) de que la Selecci¨®n Espa?ola femenina es el mejor equipo del mundo. Como ya tenemos experiencia sobre este asunto en la parte masculina y sabemos lo r¨¢pido que suele viajar la felicidad no estar¨ªa mal disfrutar del momento y ser felices con ellas.
Se lo merecen, se lo han ganado.
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