Ernesto Valverde, el entrenador discreto
El t¨¦cnico del Athletic celebr¨® con moderaci¨®n la clasificaci¨®n de su equipo para la final de la Copa del Rey, y se volvi¨® a centrar en la Liga, donde este domingo recibe al Barcelona
La afici¨®n del Athletic estaba euf¨®rica el jueves, tras el acceso a la final de Copa, pero en la sala de prensa de San Mam¨¦s apareci¨® Ernesto Valverde tan comedido como siempre. ¡°Intento venir dando botes y saltos mortales, pero es que no me sale. Me encantar¨ªa¡±, contest¨® cuando le preguntaron por esa contenci¨®n. ¡°Ahora salgo de aqu¨ª e intento un doble salto mortal, ?vale?¡±, a?adi¨® bromeando.
Valverde siempre es as¨ª. Ci?e sus respuestas, a veces con sorna, a lo futbol¨ªstico, el ruido no le interesa en absoluto. Ni en Bilbao, su medio ambiente ideal, ¡°el club en el que m¨¢s feliz he sido en todos los sentidos¡±, ni cuando dirigi¨® al Barcelona, su rival liguero (21.00 horas, Movistar). Es, posiblemente, el entrenador m¨¢s discreto de la ¨¦lite futbol¨ªstica. Celebr¨® el ¨¦xito con moderaci¨®n. Al acabar el partido se abraz¨® a Jon Aspiazu, su segundo desde que entrena, y a la nutricionista Toscana Viar. Luego se acerc¨® a los dem¨¢s componentes del cuerpo t¨¦cnico con un ¡°?ey, chavales!¡± y form¨® una pi?a con ellos.
Despu¨¦s de atender a los medios se acerc¨® al vestuario. Abraz¨® a Iribar, que cumpl¨ªa 81 a?os, y fue recibido por los jugadores coreando su nombre. Agach¨® la cabeza, sonri¨® y levant¨® los brazos. Alguien le grit¨®: ¡°?Ma?ana, libre!¡±, y contest¨®: ¡°S¨ª, el s¨¢bado y el domingo tambi¨¦n¡±, pero solo concedi¨® empezar el entrenamiento del viernes con una hora de retraso. Despu¨¦s se fue a casa con su mujer y su hija, que le esperaban.
All¨ª, probablemente, se puso a pensar en el partido ante el Barcelona, al que su equipo elimin¨® de la Copa en cuartos de final; en c¨®mo evitar la relajaci¨®n que ha llevado al Athletic a bajar su rendimiento despu¨¦s de partidos importantes entre semana. Tiene muchas inquietudes aparte de su oficio, pero el f¨²tbol es su inter¨¦s principal. La final contra el Mallorca, el equipo en el que se retir¨® como futbolista, est¨¢ a m¨¢s de un mes vista, y su primera preocupaci¨®n es asentar a su equipo en los puestos europeos y tratar de subir un escal¨®n m¨¢s hacia la Champions.
Ernesto Valverde cumple su tercera ¨¦poca en el Athletic, acaba de doblar la esquina de los 60 a?os y lleva ya dos d¨¦cadas como entrenador despu¨¦s de colgar las botas. En ese tiempo, pocas cosas han cambiado sobre su forma de ver el f¨²tbol. Por supuesto, ha evolucionado, ha adquirido nuevos conocimientos, pero desde su primera irrupci¨®n en un banquillo de la ¨¦lite, precisamente en un partido frente al Barcelona en el que perdi¨® el Athletic a pesar de hacer un buen juego, su estilo ha sido bastante reconocible, siempre pendiente de hacer un f¨²tbol aseado, con matices seg¨²n la plantilla que tuvo que manejar.
Es, desde luego, el mu?idor de un Athletic que empieza a sorprender. Amante de la presi¨®n alta, ha comprendido que el equipo que maneja en estos momentos es capaz, por la juventud de muchos de sus futbolistas, de hacerlo casi a la perfecci¨®n, de agobiar al rival y convertirse en uno de los equipos de Europa que m¨¢s balones roba en campo contrario y goles marca a causa de esos robos. Es, como un car¨¢cter como persona indica, alguien muy alejado de la demagogia y de hacer gestos de cara a la galer¨ªa. Por eso, cuando un futbolista joven debuta en su equipo, no es por darle un premio o ponerse una medalla por sacar a chavales de la cantera, sino porque est¨¢n preparados para hacerlo.
El primero que tuvo la oportunidad, con Valverde en el banquillo del Athletic, fue Andoni Iraola, el actual entrenador del Bournemouth. Debut¨® en el c¨¦sped el mismo d¨ªa que Ernesto en el banquillo. Cuando un joven aparece por primera vez tiene la garant¨ªa de que su entrenador sabe lo que hace. Esta campa?a hay varios en esa situaci¨®n, que est¨¢n ofreciendo un rendimiento notable.
Se enfrenta hoy al Barcelona, que tambi¨¦n fue su equipo como jugador, a las ¨®rdenes de Johan Cruyff, y como entrenador. Cuando fue destituido, se march¨® sin una queja. Dos a?os despu¨¦s regres¨® al Athletic, y en Bilbao parece feliz otra vez. Aunque no d¨¦ saltos mortales.
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