Toni Kroos se despide del Bernab¨¦u: ¡°Lo notar¨¦ cuando ya no lo tenga¡±
El alem¨¢n termina emocionado su ¨²ltimo partido en su estadio, un empate contra el Betis, y apunta a ganar su sexta Champions la semana que viene en Londres
En el minuto 83, sucedi¨® algo rar¨ªsimo: Toni Kroos fall¨® un pase, algo que antes del partido contra el Betis de su despedida del Santiago Bernab¨¦u que termin¨® sin goles solo le hab¨ªa sucedido 907 veces en su estadio, donde ha dado 13.608 con acierto. Era el momento que Carlo Ancelotti hab¨ªa previsto para sustituirle y que se llevara la ovaci¨®n de la grada. Pero el alem¨¢n no quiso irse en ese momento. No as¨ª. Pidi¨® un poco m¨¢s al italiano. La jugada hab¨ªa derivado en una falta y quer¨ªa tirarla. El disparo, muy lejano, lo envi¨® a c¨®rner Vietes. Tambi¨¦n lo sac¨®. Solo despu¨¦s mostr¨® el asistente el 8 y comenz¨® el ritual del adi¨®s: se quit¨® el brazalete de capit¨¢n que le hab¨ªa dejado Nacho y se lo coloc¨® a Modric, el incombustible socio en el centro del campo, el ¨²ltimo que seguir¨¢ en el Madrid de aquel tr¨ªo que compusieron con Casemiro.
Quedaba poco partido y en ese poco apenas sucedi¨® nada, mientras Kroos abrazaba a Ancelotti y a todos los que estaban en el banquillo, y luego a sus tres hijos, emocionados, y a su esposa. ¡°He estado bastante fuerte hasta este momento, pero mis hijos me han matado¡±, explic¨® m¨¢s tarde. Se le enrojecieron los ojos, termin¨® el f¨²tbol y se qued¨® el futbolista despidi¨¦ndose de un estadio que le cant¨® durante minutos como nunca le hab¨ªa cantado: ¡°Te quiero, Toni Kroos, te quiero, Toni Kroos¡±. Primero en pie con sus hijos ante el fondo sur, luego en una larga vuelta al campo. ¡°Juegas cada dos semanas aqu¨ª, pero es tan especial... Lo voy a notar estos a?os cuando ya no lo tenga¡±, dijo. ¡°Han sido diez a?os inolvidables¡±.
Es posible que la marca m¨¢s profunda que vaya a dejar Kroos en el f¨²tbol sea su capacidad de transformar un tr¨¢mite en un instante memorable. Con su ¨²ltima noche en el Bernab¨¦u, lleno para un partido intrascendente, con la Liga ya celebrada y la mente del madridismo en Wembley. Lo que lleva haciendo media vida con el pase, el lance m¨¢s b¨¢sico del juego, el alfabeto elemental, anotaciones cartogr¨¢ficas de las botas blancas del alem¨¢n. Aunque comprender la trascendencia de sus indicaciones de director de orquesta no siempre ha resultado evidente.
Hace cinco a?os, el estreno de su documental dej¨® alg¨²n arrepentimiento. Como el del veterano comentarista televisivo Marcel Reif: ¡°Es un jugador de categor¨ªa mundial. Y es terrible que me diera cuenta tan tarde¡±, lamenta. ¡°Jugaba as¨ª, as¨ª, y as¨ª. Nada espectacular. No ten¨ªa un resultado inmediato, explosivo. Y, si me lo permiten, resultaba algo aburrido¡±.
Kroos ha sido paciente con la incomprensi¨®n, consciente del alcance y el efecto de su juego, como le explic¨® en una entrevista a Jorge Valdano: ¡°Solo con mis cualidades, un equipo no gana nada. Pero mis cualidades ayudan a dominar partidos. Los partidos se ganan en el medio¡±. Su clarividencia tambi¨¦n ayuda a salir de lugares comprometidos, como el chaparr¨®n bajo el que se vio el Madrid en M¨²nich en la ida de la semifinal de la Champions contra el Bayern. Hasta que apareci¨® ¨¦l: agarr¨® la pelota y reorden¨® el mundo con una receta tan sencilla como inalcanzable. La explicaba en aquel documental de 2019: ¡°Antes de recibir la pelota, en realidad ya s¨¦ lo que voy a hacer con ella. Saber cu¨¢l es el siguiente espacio en el campo que est¨¢ libre¡±.
Esto a veces parece intrascendente, pero el impacto en el desarrollo del juego es formidable. En sus diez a?os en el Madrid, nadie ha gobernado los partidos como ¨¦l. En el Bernab¨¦u, antes del partido contra el Betis, Opta le ha contado m¨¢s pases buenos que ning¨²n otro jugador del equipo, en 197 partidos, tambi¨¦n m¨¢s que nadie desde que lleg¨® en el verano de 2014.
Kroos se despidi¨® despu¨¦s de esos miles de peque?os gestos con un logro extraordinario: ha conseguido que le comprendan hasta el punto de que el Bernab¨¦u dej¨® ver que iba a a?orar algo que no siempre entendi¨® del todo.
Retirarse en lo m¨¢s alto, como siempre dijo que quer¨ªa hacer, no ha sido solo hacerlo en plenitud de facultades, sino irse dejando al p¨²blico con ganas de m¨¢s de aquello que al principio no entend¨ªa para qu¨¦ necesitaba.
Tambi¨¦n a sus compa?eros. Como a Vinicius, que una noche de hace tres a?os, en un cl¨¢sico, necesit¨® tres segundos de se?ales del alem¨¢n para empezar a correr hacia el lugar al que le iba a citar con el gol. Hace un mes, en M¨²nich, Kroos apenas agit¨® el ¨ªndice mientras el brasile?o ya iba al encuentro del bal¨®n con el que bati¨® a Neuer, y as¨ª escaparon juntos de la tormenta. Rumbo a la final de la Champions del s¨¢bado que viene en Londres. ¡°La mejor manera de irme ser¨ªa ganar el t¨ªtulo¡±, dijo Kroos, que busca su sexta Orejona.
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