El Oviedo tampoco camin¨® nunca solo

Hay muchos aficionados del Oviedo que solo lo han visto jugar en Segunda, Segunda B y Tercera Divisi¨®n. Yo ten¨ªa 19 a?os, una camiseta con el 10 de Carlos firmada por ¨¦l; un coj¨ªn con el escudo; la bufanda y el p¨®ster del equipo en la pared y la cabeza llena de goles en el Bernab¨¦u, el Camp Nou, Mestalla, San Mam¨¦s... el d¨ªa que jugaron por ¨²ltima vez en Primera. Viv¨ªa en un colegio mayor, estudiaba segundo de periodismo, usaba la talla XS, me disfrazaba siete u ocho veces al a?o ¡ªconservo las fotos, aunque no recuerdo el motivo¡ª, y mandaba compulsivamente cartas al director de EL PA?S porque me hac¨ªa ilusi¨®n ver mi nombre en sus p¨¢ginas. Las entradas al campo eran de papel y el control en la puerta, como en el cine ¡ªotra costumbre para rom¨¢nticos¡ª, consist¨ªa en hacerle un pellizquito en una esquina. El Tartiere era un acogedor estadio de ladrillo marr¨®n ¡ªahora en su lugar hay un calatravo pretencioso encajado a duras penas entre edificios¡ª; de vez en cuando, encontr¨¢bamos oro all¨ª donde otro equipo hab¨ªa pasado de largo ¡ªun cedido del Bar?a, del Madrid... hasta fich¨¢bamos en el PSG¡ª; o pesc¨¢bamos en la cantera futbolistas estupendos que, en la cadena tr¨®fica del f¨²tbol, nos quitaban enseguida los peces m¨¢s grandes. Es decir, eran los noventa, ¨¦ramos j¨®venes, alegres y delgados y, por supuesto, no lo sab¨ªamos. Ha tenido que pasar una vida ¡ªuna generaci¨®n entera de oviedistas de 23 a?os que solo conocen el sufrimiento¡ª para acordarnos de lo felices que ¨¦ramos.

Estos d¨ªas de playoff se juntan en las inmediaciones del nuevo Tartiere, en alegre comuni¨®n, los que vieron al Oviedo participar en 1991 en la Copa de la UEFA y los aficionados que solo lo han visto en Segunda (11 a?os); Segunda B (otros 8), Tercera (4 m¨¢s) y en la UCI durante dos momentos cr¨ªticos: cuando el entonces alcalde de la ciudad, Gabino de Lorenzo, del PP, decidi¨® inventarse un nuevo equipo ¡ªm¨¢s conocido entre los oviedistas como ¡°el engendro¡±¡ª, y cuando, en 2012 se enfrent¨® a una causa de disoluci¨®n porque le faltaban dos millonazos de euros ¡ªy 36.962 personas de 86 pa¨ªses se convirtieron en accionistas del club para salvarlo¡ª. Es decir, acuden juntos al estadio, con sus distintas camisetas y patrocinios ¡ªde Central Lechera Asturiana a Digi¡ª los que fueron felices y los que nunca han llegado a serlo del todo. Y esto ocurre porque el Oviedo nunca camin¨® solo. El lema del Liverpool, esa emocionante canci¨®n de Anfield, You?ll never walk alone, se aplic¨® tambi¨¦n al Ovied¨ªn en las horas m¨¢s bajas, lo que permiti¨® a los hijos de los que fueron felices heredar la afici¨®n, y al equipo, nada menos que sobrevivir. Cuando De Lorenzo apost¨® por el engendro (¨¦l lo llamaba el A.C.F.), el m¨¢s que nunca Real Oviedo bati¨® el r¨¦cord de socios en la historia de la categor¨ªa (10.759). En 2009, el primer partido del playoff de ascenso a Segunda B congreg¨® a 27.214 espectadores en el estadio de la capital asturiana. En 2015, hasta 27.035 personas asistieron a un Oviedo-Somozas.

Queda poco para saber si este es, por fin, el a?o del regreso. Se lo merece Santi Cazorla, que con dos Eurocopas y despu¨¦s de brillar en el Arsenal, volvi¨® a casa precisamente para eso, para el ascenso, cobrando 91.000 euros, cediendo al club sus derechos de imagen y a?adiendo una cl¨¢usula por la que el 10% de las ventas de sus camisetas ha de destinarse a la cantera: ¡°Subir con el Oviedo ser¨ªa lo m¨¢s bonito de mi carrera¡±, dice. Se lo merece el entrenador, Luis Carri¨®n ¡ªqu¨¦date, por favor¡ª, que cogi¨® al equipo hecho un manojo de nervios a finales de septiembre despu¨¦s de haber hecho solo tres puntos de 18, y lo ha llevado de la mano hasta la puerta de la Primera Divisi¨®n. Se lo merecen los jugadores, que han trabajado la fe y la sangre fr¨ªa, el valor y la garra, y, sobre todo, se lo merecen los que nunca han dejado solo al Oviedo para que pudiera llegar el d¨ªa en que los m¨¢s j¨®venes entiendan c¨®mo de felices ¨¦ramos.

Ojal¨¢.

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