El Mallorca frustra al Madrid
El equipo de Ancelotti no exprime su formidable delantera y no pasa del empate ante el atrevido Arrasate
El nuevo Real Madrid del derroche de dinamita de Mbapp¨¦, Vinicius, Bellingham y Rodrygo se atasc¨® en el primer asalto de defensa del t¨ªtulo de Liga. No con sigui¨® traducir en goles el p¨¢nico que provocaron en el ¨¢rea de Greif sus cuatro grandes amenazas, a ratos con demasiado arabesco, y esta versi¨®n del Mallorca de Arrasate, ambicioso y atrevido, no solo le frustr¨®, sino que roz¨® la remontada completa mientras el Madrid sumaba piezas al campo sin extraer m¨¢s cosecha.
Ancelotti escogi¨® a los mismos once con los que empez¨® el curso ganando la Supercopa de Europa en Varsovia. Y esos once fluyeron algo m¨¢s que entonces, como si en lugar de cuatro d¨ªas hubieran pasado un par de semanas. El Mallorca no es el Atalanta, ¨²nico equipo capaz de tumbar al Bayer Leverkusen el curso pasado, pero Son Moix ha resultado una plaza cruda en las ¨²ltimas visitas. Sobre todo para Vinicius, que en febrero del a?o pasado sufri¨® diez faltas y parece que lo ha olvidado menos que la grada. Y que Maffeo. El brasile?o termin¨® en el suelo la primera vez que se cruzaron y el p¨²blico record¨® que en 2023 le silbaba cada vez que le llegaba la pelota, y retom¨® el desahogo.
No hab¨ªan transcurrido ni cinco minutos y ya se hab¨ªa incendiado el duelo, con Vini entre el despiste y el desborde de talento. Y el Mallorca a lo suyo, m¨¢s atrevido, m¨¢s arrojado que la vieja versi¨®n de Javier Aguirre que los llev¨® a la ¨²ltima final de la Copa del Rey que perdieron contra el Athletic. Va a buscar arriba al rival y cuando recupera, sea donde sea, no duda, no teme no resguardarse; se lanza a la porter¨ªa contraria. Sergi Darder, Mascarell y Sam¨² Costa aprovechan la profundidad por las bandas de dos nuevos, Mojica y Asano. Tanto, que el primer susto se lo dio el colombiano a Courtois, que manote¨® fuera su tiro.
En su segunda noche juntos, el nuevo Madrid sin Kroos iba ligando mejor, con Rodrgyo apareciendo a menudo en el centro del campo, una ayuda en la creaci¨®n a Tchouameni, Valverde y Bellingham. El ingl¨¦s volv¨ªa a ser el m¨¢s clarividente por esa zona, lanzador de Mbapp¨¦ y Vinicius; adem¨¢s de desplegar otra noche de recorridos largu¨ªsimos, hacia atr¨¢s para recuperar y hacia delante para acompa?ar pisando el ¨¢rea.
El nuevo medio de Ancelotti no es una unidad de producci¨®n demasiado elaborada. Casi no hace falta. El equipo juega como a dos velocidades. El comienzo desde atr¨¢s es parsimonioso, concienzudo en la b¨²squeda del hombre libre ya desde Courtois, casi al paso, muy de pretemporada, que es casi donde se sit¨²a a¨²n este Madrid de tan pocos entrenamientos. Pero le llegaba la pelota a alguno de los de arriba, en la zona final y se produc¨ªa un fogonazo que aceleraba todo. Tocaban Vinicius, Rodrygo, Mbapp¨¦ y Bellingham y el Mallorca parec¨ªa contemplar la danza. Llegaron a mezclar todos dentro del ¨¢rea. Y en una de esas en las que enlazaron los cuatro, como en el segundo gol de Varsovia. Bellingham encontr¨® a Mbapp¨¦ en el ¨¢rea, Vinicius rescat¨® la pelota que se le escap¨® al franc¨¦s, la pis¨® atr¨¢s y Rodrygo gan¨® ¨¢ngulo con dos amagues y marc¨® el primer gol de la Liga. Como el a?o pasado.
El Mallorca no se desinfl¨® pese al tramo en el que el Madrid monopoliz¨® la pelota, a ratos demasiado barroco, y sin terminar de golpear. El pelot¨®n de Arrasate tiene a Muriqi, alrededor del que sucece todo. Es el futbolista que gana tiempo para salir, y tambi¨¦n la diana de todos los pases, por los que mantuvo una intensa batalla a¨¦rea con R¨¹diger. El alem¨¢n lo mantuvo bajo control, hasta que el kosovar se le escabull¨® a la espalda en un c¨®rner lanzado por Dani Rodr¨ªguez y empat¨®. El Mallorca sigui¨® buscando a Muriqi y el Madrid atraves¨® un tramo de desconcierto.
Al rescate sali¨® de nuevo Bellingham, que recosi¨® al equipo con un derroche formidable. Y tambi¨¦n Mbapp¨¦, que empez¨® a pisar el ¨¢rea por la izquierda, m¨¢s cerca de la l¨ªnea de fondo y ogblig¨® a Greif a una dif¨ªcil mano abajo cerca del poste. Pero el nudo no lo deshac¨ªa ni Modric, que entr¨® por Tchouameni. Y el Mallorca del osado Arrasate no se recostaba a esperar y Courtois tembl¨® en dos contras. Ancelotti recurri¨® a Brahim, Lucas y Arda, pero ya era tarde. Su dinamita todav¨ªa no explota siempre que lo desean.
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