El abuso de la FIFA con las fechas
El origen son los celos de Infantino de la UEFA, que tiene los ingresos anuales de la Champions y los cuatrienales de la Euro
Hace pocos d¨ªas, en el Carrusel de la SER, se plante¨® la cuesti¨®n de la sobrecarga de partidos y alguien plante¨® la extra?eza de que los jugadores lo toleraran. Lo toleran, record¨® Axel Torres, porque el abuso no afecta a todos, sino a esa minor¨ªa selecta que todos vemos en primer plano: los de los grandes clubes de la Champions, internacionales adem¨¢s con sus pa¨ªses. Y esos lo toleran porque dif¨ªcilmente aceptar¨ªan rebajar sus ingresos a cambio de minorar el n¨²mero de partidos.
Pero se est¨¢ llegando a un abuso m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites razonables. Este a?o el Real Madrid podr¨ªa llegar a los 72 partidos si alcanzara las finales de todo lo que juega y en la Champions no se clasificara en el primer paquete, lo que ser¨ªa raro, y tuviese que jugar los dieciseisavos. Es un caso extremo, pero raro ser¨¢ que no roce los 65. Sus internacionales, que son mayor¨ªa, habr¨¢n de sumar los de sus respectivas selecciones.
La novedad es, aparte de un leve aumento de partidos en la Champions, la tremebunda perspectiva del Mundial de Clubes por todo alto con el que ven¨ªa amenazando la FIFA desde hace tiempo. Ya lo quiso hacer en 2021, en China, pero no sali¨®, y la pandemia lo retras¨® hasta ahora. Para 2025 ya se da por seguro. Por Espa?a van el Madrid y el Atl¨¦tico, merced a los resultados de los ¨²ltimos cuatro a?os. Son 12 europeos, 6 de Sudam¨¦rica (faltan por clasificarse dos, el pr¨®ximo campe¨®n de la Libertadores y otro por r¨¢nking), 4 por cabeza de Asia, ?frica y Centro-Norteam¨¦rica, un oce¨¢nico y un equipo USA, el organizador, cuyo criterio de designaci¨®n a¨²n no se conoce.
Tampoco se saben estadios, ni est¨¢n vendidos los derechos de televisi¨®n. S¨®lo se sabe que lo habr¨¢, porque la FIFA quiere y ella lo vale. Acaparar¨¢ el verano y obligar¨¢ a varios campeonatos nacionales a alterar sus fechas. Ser¨¢ cuatrienal y se jugar¨¢ en liguillas de cuatro; luego cuartos, semifinales y final. Siete partidos para los dos finalistas.
?Y aquel Mundialito que ven¨ªamos jugando? Eso persiste, rebautizado en Intercontinental. Ser¨¢ en diciembre, tampoco se sabe d¨®nde. Lo ¨²nico que sabe el Madrid, que acudir¨¢ como campe¨®n de Champions, es que est¨¢ citado para la final, el 18 de diciembre. Hasta ahora el campe¨®n europeo entraba en semifinales, pero ya no es as¨ª. El de la Libertadores s¨ª tendr¨¢ que jugarla.
En definitiva, la FIFA pone el carro delante de los bueyes, avasalla fechas y dispone de los clubes a su antojo. El origen est¨¢ en sus celos de la UEFA, que tiene cada a?o los ingresos de la Champions m¨¢s, cada cuatro, los de la Eurocopa, mientras que la FIFA s¨®lo ven¨ªa teniendo (hablo de ingresos a lo grande) los del Mundial de selecciones. Pens¨® en hacer este cada dos a?os, pero se amilan¨® ante la oposici¨®n de la UEFA, secundada por Sudam¨¦rica. FIFA y UEFA est¨¢n a la gresca. Tan mal se entienden que marcan sus diferencias hasta en la interpretaci¨®n del Reglamento. La FIFA, cuyo capo arbitral es Collina, instiga los grandes descuentos, de ah¨ª los disparates que hemos visto en Par¨ªs 2024. Rosetti, capo arbitral de la UEFA, los prefiere m¨¢s moderados, y as¨ª lo vemos, gracias a Dios, en nuestro campeonato y en la Champions.
En fin, que el Madrid tiene este a?o Supercopa Europea (ya en la buchaca), Liga, Champions, Intercontinental, Copa, Supercopa Espa?ola y de remate ese Mundial de Clubes que viene a ser como aquello de ¨¦ramos pocos y pari¨® la abuela. Un capricho de Infantino contra el que protest¨® Ancelotti, de inmediato acallado por el Madrid porque para Florentino el malo es Ceferin, que le par¨® la Superliga, y no Infantino, que le anim¨®, aunque luego ante el fracaso se pusiera de perfil.
FIFPRO, que agrupa a los sindicatos de jugadores, y las ligas europeas, que representan a m¨¢s de mil equipos de 33 pa¨ªses, han presentado denuncia conjunta contra la FIFA ante la UE; ya veremos qu¨¦ recorrido tiene. Hoy por hoy, el plan sigue vigente, incluso sin acuerdo televisivo que lo pague ni estadios que lo acojan. Pero los clubes est¨¢n resignados. Al fin y al cabo, ellos siempre necesitan dinero para salir de la trampa en que se meten al firmar salarios tan descomunales.
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