Liverpool y Chelsea exhiben poder¨ªo y deficiencias para asaltar el t¨ªtulo de Premier
Las victorias frente al Brentford (2-0) y el Wolves (2-6) no disipan los problemas de dos de los mayores aspirantes a desbancar al City de Guardiola
¡°Debemos ser pacientes¡±, dijeron a coro Alexis Mac Allister y Luis D¨ªaz, probablemente los mejores jugadores del Liverpool tras la victoria sobre el Brentford, en Anfield, este domingo. Paciencia es lo que piden para hacer el tr¨¢nsito de J¨¹gen Klopp, el entrenador m¨¢s vitalista que existe y el hombre que dej¨® la mayor huella en los ¨²ltimos 40 a?os de historia en el club rojo, a Arne Slot, el holand¨¦s que le sustituye. Al cabo de la segunda jornada de Premier 2024-25 la impresi¨®n indica que los rivales del Manchester City necesitar¨¢n mucha paciencia, tal vez demasiado tiempo, para impedir que el equipo de Guardiola pase por encima del list¨®n m¨¢s alto imaginable: ganar la quinta Premier consecutiva. Oportunidades como ¨¦stas no se repiten dos veces en un siglo.
Los grandes retadores, aquellos que presentaron sus credenciales para desafiar la hegemon¨ªa del City, atraviesan por m¨¢s dificultades de las convenientes para realizar la empresa. El United, que perdi¨® el s¨¢bado en Brighton, gira en su bucle de confusi¨®n existencial; el Arsenal, que gan¨® en Villa Park, condiciona su juego al ¨¦xito del disperso Kai Havertz, la gran apuesta de Mikel Arteta; y por lo que se vio este domingo, tanto al Chelsea de Maresca como al Liverpool de Slot les falta subir un par de escalones, al menos, para ponerse al nivel del adversario que reina en el Etihad.
Si los resultados fuesen causa de todo, el Chelsea ser¨ªa un firme candidato a ganar la Premier despu¨¦s de meterle 2-6 al Wolverhampton. Pero por debajo del brillo del marcador, el equipo que dirige Enzo Maresca mostr¨® problemas notables. Puesto a salir de la presi¨®n del Wolves, su estructura se atasc¨®. El doble pivote que formaron Caicedo y Malo Gusto no solo no liber¨® a Enzo Fern¨¢ndez y a Colpe Palmer sino que les puso en dificultades para entrar en juego. Cuando el Wolves empat¨® 2-2 al filo del descanso, se puso de manifiesto que el equipo solo flu¨ªa cuando hac¨ªa lo que parec¨ªa un patr¨®n: lanzar en largo a Jackson para que empleara su cuerpo y se buscara la vida. Igual que Arteta, que tambi¨¦n fue ayudante de Guardiola, Maresca se vende como una versi¨®n alternativa del t¨¦cnico catal¨¢n. Pero la realidad lo ubica en las ant¨ªpodas ideol¨®gicas de Guardiola, carece de sus convicciones, y por el modo en que organiza los ataques no cabe duda de que se trata de un genuino tributario de Claudio Ranieri.
El Chelsea solo sali¨® de la crisis en que lo meti¨® Matheus Cunha a base de lanzamientos en largo de Robert S¨¢nchez, Cucurella, Gusto y Colwill, al puro contragolpe. El destinatario, casi siempre, fue el punta, Nicolas Jackson, convertido en pivote avanzado de un ataque que se vuelve brillante si el juego desborda en campo contrario, aunque sea a fuerza de despejes de cabeza. En este escenario Palmer dio cuatro asistencias y Madueke meti¨® un hat trick. Pero sin los rebotes y las pifias del portero Jos¨¦ S¨¢, la suerte del Chelsea habr¨ªa sido distinta. Con la goleada asegurada y el 2-5 en el marcador, Maresca cambi¨® al t¨®tem Jackson para que debutara Joao Felix. El portugu¨¦s meti¨® el 2-6 en otra contra, al cabo de tres despejes cuando la pelota giraba sin due?o en el mediocampo y los defensas del Wolves ansiaban retirarse a la ducha.
Ryan Gravenberch, el elegido
El ¨²ltimo partido de la jornada enfrent¨® al Liverpool con el Brentford. Fue un acontecimiento de profundo corte sentimental. Fue el primer partido que dirigi¨® Arne Slot en el templo en el que hasta hace un par de meses ofici¨® el sumo sacerdote Klopp. La magia pervive al alem¨¢n. Los jugadores llevan incorporado su adiestramiento. El p¨²blico exige las mismas jugadas. El Liverpool sigue siendo un equipo din¨¢mico, en¨¦rgico, peligroso cuando presiona, cuando transiciona y, sobre todo, cuando se planta en el ¨²ltimo cuarto de campo. Ah¨ª Salah, D¨ªaz, Jota, y en particular Mac Allister, multiplican su creatividad y su arrojo acompa?ados por Alexander-Arnold y Roberston, los incombustibles laterales. As¨ª barrieron al Brentford en la segunda parte, pero les cost¨® hacer cumbre.
¡°J¨¹rgen es el pasado¡±, dijo Van Dijk, al acabar el partido, cuando respondi¨® a la bater¨ªa de preguntas que se plantear¨¢n a partir de ahora. ?Hasta cu¨¢ndo se prolongar¨¢ la inercia del empuje que dio Kl?pp? ?Qu¨¦ decisiones tomar¨¢ Slot para aprovechar el impulso, y renovarlo? De momento, ante la presi¨®n inicial del Brentford afloraron las mismas dificultades del a?o pasado a la hora de salir jugando. Slot puso en el mediocentro a Gravenberch, un paisano, un joven, tal vez tambi¨¦n un inmaduro. Gravenberch no se mostr¨® como el pivote responsable y constante que ofrece soluciones en ataque y en defensa en todas las dimensiones del juego. Sin el socorro de Mac Allister, sin el auxilio de D¨ªaz, las cosas se le habr¨ªan complicado m¨¢s de la cuenta y el Brentford no es el rival m¨¢s poderoso que tiene por delante.
Una vez m¨¢s, el Liverpool se quit¨® los complejos y las aprensiones al contragolpe. Fue a la salida de un c¨®rner favorable al Brentford, en la primera parte, cuando Jota y D¨ªaz gestionaron una carrera vertiginosa que por fin pudo enga?ar a la firme defensa que ofrecieron Janelt, Collins y Ajer. El 1-0, un formidable gol de D¨ªaz, disip¨® las dudas y propici¨® un debut placentero a Arne Slot. Anfield lo celebr¨®. Darwin N¨²?ez lo vio desde el banquillo de suplentes junto con Gakpo, se?al de que el nuevo entrenador puede que no tenga con ellos la misma paciencia que demostr¨® Klopp. Otra r¨¦mora para el que probablemente sea el principal candidato a disputarle el t¨ªtulo al intimidante Manchester City en su empresa irrepetible.
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