Marc Casad¨® y las consecuencias
La rotura de un ligamento cruzado se cruz¨® en su camino, para desgracia de Bernal y oportunidad suya
A veces es solo una letra. Un palmo. Un minuto. Un detalle sin importancia aparente. Una nimiedad. No hacemos el zoom pertinente en el momento y en nuestra peque?a escala ese gesto min¨²sculo carece de inter¨¦s. Ser¨¢ luego ¡ªsiempre es luego¡ª cuando volvamos a ¨¦l y lo entendamos. Fue eso. Siempre hab¨ªa sido eso. Tiene que serlo.
No s¨¦ si os habr¨¢ pasado alguna vez que, de repente, todo se alinea, casi por arte de magia, y chas, lo que no sal¨ªa sale. El bloqueo se desbloquea, la llamada llega, empiezas a jugar, las cosas funcionan. Todo fluye. No sabes por qu¨¦, desde cu¨¢ndo, por qu¨¦ ahora.
Por qu¨¦ ahora y por qu¨¦ a m¨ª son las preguntas que m¨¢s se hacen los jugadores cuando se acaban de lesionar de gravedad. Nunca hay un buen momento para tener que parar, para aplazar tus planes y llevarlos a diez o doce meses vista. Ninguna de las respuestas que nos damos a las puertas de un quir¨®fano alivian, pero si no no las hacemos, no podr¨ªamos avanzar en el proceso de superar el shock de la lesi¨®n.
Los especialistas andan a la caza de una verdad m¨¦dica que nos ayude a evitar que un cruzado haga crac en una maldita jugada. ?Es la anatom¨ªa? ?Es la mec¨¢nica? ?Es la fatiga? Son todos los factores a la vez y ninguno en concreto. Pasa y seguir¨¢ pasando. Casual o causal. Es una letra, una u que va antes o despu¨¦s de una s, es esa liger¨ªsima diferencia entre que una cosa sea ¡ªy sea ya¡ª o que quiz¨¢s no vaya a ser nunca. Aleatoriedad o consecuencias. La vida.
La jugada con isi. ?Y si Marc Bernal no hubiese ido al corte en la banda de Vallecas, en el tiempo a?adido, para ayudar a conservar los tres puntos que el Bar?a se estaba llevando ante el Rayo? No lo sabemos. No lo sabremos. Pero quiz¨¢s ni Marc Casad¨® ni el Bar?a estar¨ªan d¨®nde y como est¨¢n ahora. Causal o casual. Dif¨ªcil resolverlo.
La verdad es la de ahora. Y son los datos. Despu¨¦s de una especie de casting en pretemporada, Casad¨® jug¨® de interior en la primera jornada contra el Valencia ¡ªjunto a Bernal y Raphinha en el medio¡ª y fue suplente en los dos siguientes partidos. Parec¨ªan otros los elegidos de Flick. El t¨¦cnico alem¨¢n se decant¨® por Bernal como mediocentro titular y jug¨® con ¨¦l ante Athletic y Rayo. Casad¨® no tuvo ni un solo minuto. In¨¦dito.
Y, de repente, todo cambi¨®. La vida dio un vuelco. Un cruzado se cruz¨® en su camino, para desgracia de Bernal y oportunidad suya. Los caprichos del deporte frenaron en seco a uno y catapultaron a otro. ?Hubiesen sido compatibles Bernal y Casad¨®? ?Hubiese explotado Casad¨® igualmente?
Solemos pensar que los buenos son tan buenos que siempre encuentran el hueco para hac¨¦rnoslo saber, pero el deporte est¨¢ plagado de historias de atletas que no han sido vistos hasta que les vieron. Que se lo digan a Sergio Busquets sin ir m¨¢s lejos. Hoy Casad¨® es omnipresente en este Bar?a. Es intenso, es quir¨²rgico. Es el plan de Flick con botas, es
el guerrero del medio azulgrana, es la energ¨ªa del equipo. Es el equilibrio entre la pausa y el v¨¦rtigo. Son m¨¢s de 1500 minutos y una titularidad ganada a pulso salvo expulsi¨®n o sobrecarga.
A veces todo es tan cruel como obvio. Casi pr¨¢ctico. Es la pelota que Woody Allen suspende en el aire para que agonicemos con si caer¨¢ de nuestro lado o no. Es la tensi¨®n de la red. Puede ser el viento. Es marcar t¨² primero o que lo hagan ellos. Eso fue el Bar?a en Dortmund. Azar o intenci¨®n. Casad¨®.
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