Espa?a encalla en el debut contra Egipto
El equipo de De la Fuente tropieza con la dureza africana y paga la falta de colmillo en su estreno en la cita ol¨ªmpica. Ceballos y Mingueza se retiran lesionados, y son duda para el duelo frente a Australia
Espa?a comenz¨® su andadura en los Juegos con un tropez¨®n, obligada ahora a enmendarse puesto que el empate contra Egipto le exige corregir y morder, no caben despistes. Tuvo f¨²tbol y elaboraci¨®n, pero le falt¨® el ali?o, m¨¢s imaginaci¨®n. Reventar el muro. Sin definici¨®n otra vez, necesita dar un arre¨®n en el segundo envite en estos Juegos, el domingo frente a Australia, que este jueves revolc¨® a Argentina (0-2) en el otro pulso del grupo. Encall¨® en un partido duro que desluci¨® el debut en Sapporo, y a las primeras de cambio llega la advertencia: por mucha n¨®mina que presente, medio equipo desfilando por la Eurocopa previamente, hace falta m¨¢s y mejor. Los galones no son suficientes.
Como ya ocurriera en el preparatorio contra Jap¨®n, seis d¨ªas atr¨¢s, Espa?a se top¨® con un muro de hormig¨®n que le oblig¨® a un ejercicio constante de paciencia, a hilar e hilar en busca de una rendija. Consciente de sus limitaciones, Egipto se parapet¨® en una l¨ªnea de cinco defensas y achic¨® agua sin cesar, forzando los duelos y esperando el contragolpe, rascando a la m¨¢s m¨ªnima. Sus futbolistas ense?aron los tacos desde el arranque y en una de las primeras arremetidas, cuando tan solo hab¨ªan transcurrido tres minutos, Fotouh ya encontr¨® el tobillo derecho de Mingueza. Pese a la tarascada, el lateral pudo continuar, pero un cuarto de hora despu¨¦s sufri¨® un percance muscular que le retir¨® definitivamente del verde. Como relevo, De la Fuente opt¨® por el perfil m¨¢s reservado de Vallejo.
El contratiempo fue premonitorio, la primera espina de un duelo que demandaba tanto oficio como pulcritud. Una trampa. Y en esas levant¨® la mano Ceballos, tan aguerrido como dinamizador. Su zancada larga en las transiciones marc¨® el paso hasta que el rival volvi¨® a sacar la segadora. Difuminado Pedri y con Merino en labores de oxigenaci¨®n, el juego gravit¨® sobre el andaluz durante el primer acto, pero cuando se agotaba el tiempo se llev¨® una pisada fea de Taher que le dej¨® fuera de combate. Segundo KO. Antes, un chut del capit¨¢n se hab¨ªa estrellado contra el poste y su asociaci¨®n con Asensio abri¨® una v¨ªa, pero no lleg¨® el gol. Primero, el zurdo dispar¨® manso a las manos de El Shenawy, y posteriormente dibuj¨® una media vuelta que finaliz¨® con la pierna tonta. Buenas intenciones, balas de fogueo.
Apeado Ceballos, el seleccionador apost¨® por las piernas y los pulmones de Moncayola. La inclusi¨®n del navarro liber¨® a su paisano Merino, que se escor¨® como interior y gan¨® presencia en la zona de tres cuartos sin ¨¦xito. No interven¨ªa Dani Olmo, perd¨ªa incidencia Asensio y la movilidad de Oyarzabal como falso ariete resultaba est¨¦ril, as¨ª que comenzaron las prisas y la propuesta se verticaliz¨®. Menos bal¨®n al pie, m¨¢s pelota en largo. Espa?a renunci¨® a la finura y Egipto se acomod¨® a las espaldas del zaguero Hegazy, su futbolista m¨¢s rese?able. De la Fuente mene¨® la probeta con la entrada de Bryan Gil y Carlos Soler, que aportaron buenos chispazos en la recta final, y tambi¨¦n introdujo a Rafa Mir para reforzar el registro a¨¦reo. La tuvo el tanque.
El redise?o ofensivo agit¨® el partido, mientras que Unai Simon presenciaba desde lo lejos sin tener que intervenir una sola vez; Eric Garc¨ªa y Pau Torres correg¨ªan un par de escaramuzas inocuas de los egipcios, a la vez que Pedri se llevaba otro buen pisot¨®n, esta vez sin consecuencias. Al canario le falt¨® frescura, como a Olmo; piezas capitales ambos en la Eurocopa. Esta Espa?a de biorritmos bajos agot¨® la munici¨®n en la recta final, pero no asest¨® el golpe de gracia. Bryan Gil, un polvorilla que se atreve con todo, vio la incorporaci¨®n por el costado de Miranda y este sirvi¨® un env¨ªo delicado que Mir cabece¨® con poder¨ªo, pero centrado. Despu¨¦s, Soler solt¨® un tiro seco que el meta africano repeli¨® en dos tiempos; y casi sobre la bocina, Vallejo se fue a la aventura y remat¨® mordido un bal¨®n llovido desde la izquierda.
Ah¨ª muri¨® un envite del que Espa?a se fue con un buen trasquil¨®n, con el gesto torcido. Hubo intenciones, pero esencialmente eso. Mucho pase y pocas revoluciones. Ausente Ceballos, se acab¨® la electricidad.
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