La vida no es una competici¨®n
Normalicemos que la salud mental es lo m¨¢s importante. Se espera que Osaka y Biles ganen siempre. ?Alguien ha pensado en los efectos de esa atenci¨®n constante sobre ellas?
El camino hacia el deporte de ¨¦lite es realmente largo. Alcanzar ese estatus requiere de grandes sacrificios, aceptar situaciones fuera de tu control y vivir momentos muy complicados. Que nadie se lleve a enga?o: como en tantas cosas en la vida, en el sendero hay m¨¢s espinas que rosas, las dudas y desilusiones est¨¢n a la orden del d¨ªa. Aprender a manejar la mente es tan importante como cualquier atributo t¨¦cnico o t¨¢ctico. En la b¨²squeda de ese equilibro, en la gesti¨®n de esas emociones, es donde tu mentalidad y tu car¨¢cter se van forjando.
Cuando tu carrera te arroja los primeros ¨¦xitos en las manos se acent¨²a el hambre. Cuando uno gana, cuando conoce el sabor de la victoria, desea volver a hacerlo. Es un instinto, supongo. En paralelo, las expectativas crecen. No solamente las tuyas, tambi¨¦n en personas que observan tu carrera. Muchos desean que tu camino vaya m¨¢s r¨¢pido. Pero el deporte es una escalera donde es imposible saltarse pasos; m¨¢s bien al contrario, muchas veces se debe retroceder y volver a emprender el camino.
No todo el mundo tolera bien esta presi¨®n. Tener ¨¦xito profesional reporta fama, un reconocimiento social o inter¨¦s de patrocinadores que te entregan su apoyo. Eso conlleva una responsabilidad: expresarnos en p¨²blico con independencia de nuestro estado an¨ªmico. Gracias a la prensa nuestro esfuerzo es reconocido, nuestras historias son compartidas. El deporte va mucho m¨¢s all¨¢ del terreno de juego. Es un estilo de vida y una realidad con muchas caras fuera de un rev¨¦s cortado o un saque a la l¨ªnea.
El deportista profesional siente una presi¨®n por rendir al 100% cada d¨ªa en su trabajo. ?Nos hace alg¨²n bien? No todos somos iguales. Nuestro car¨¢cter y manera de afrontar las situaciones var¨ªa. Se le da una importancia enorme a la preparaci¨®n f¨ªsica, t¨¦cnica o t¨¢ctica, pero el ¨¢mbito mental suele quedar relegado. En realidad, para todos los deportistas es lo m¨¢s importante.
Una retirada por molestias f¨ªsicas est¨¢ normalizada. ?Por qu¨¦ cuando alguien da un paso a un lado por un factor mental todo se magnifica? Hay que visibilizar esta realidad, adoptarla como un factor importante y no observarlo como una rareza.
Los ejemplos de Naomi Osaka y Simone Biles son los m¨¢s visibles en los ¨²ltimos tiempos. Dos de las mejores deportistas de esta era que demuestran los efectos de estar sometidas a una enorme presi¨®n. Se espera que ganen cada campeonato en el que participan. ?Alguien ha pensado en los efectos de esa atenci¨®n constante sobre ellas?
Aplaudo su decisi¨®n de anteponer el bienestar mental a la competici¨®n. No me puedo imaginar el sufrimiento interior que conlleva estar en su piel cada hora del d¨ªa. Si ellas lo padecen habiendo conseguido sus sue?os, ?por qu¨¦ no le puede suceder al resto de la sociedad en el d¨ªa a d¨ªa?
Normalicemos que no siempre es posible estar bien, aceptemos que alguien pueda sufrir y decirlo con total naturalidad. Normalicemos que la salud mental es lo m¨¢s importante. Hay que proteger esa parte de nuestro ser. Pedir ayuda no es un signo de debilidad. Normalicemos que no todo depende de una competici¨®n, la vida no es una competici¨®n. La vida y el deporte est¨¢n para que lo disfrutemos al m¨¢ximo.
Dejemos que los deportistas lleven su ritmo, aparquemos los r¨¦cords, evitemos predecir el futuro con realidades que podr¨ªan no suceder nunca. Muchas depresiones vienen por alimentar expectativas que nunca se cumplen. Las palabras son gratis, pero tienen un precio muy alto. El mayor regalo que puede recibir un deportista es ser valorado por su esfuerzo diario. El resultado final, como tantas cosas, nunca depende de uno mismo.
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