Eliud Kipchoge acelera hasta la inmortalidad de Abebe Bikila
El plusmarquista mundial keniano repite triunfo ol¨ªmpico en la sofocante Sapporo e iguala el doblete del atleta de los pies descalzos
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En Tokio diluvia y la bruma cubre la bah¨ªa y el puente esbelto, y solo dos luces intermitentes permiten adivinar que sigue ah¨ª, que no ha sido engullido por las nubes que chorrean agua, y los maratonianos en Sapporo, en las monta?as, m¨¢s de 1.000 kil¨®metros m¨¢s al norte, querr¨ªan quiz¨¢s esas nubes, sin agua, pero nubes, para calmar el sol que ya quema sus espaldas y sus cogotes que sudan sin cesar a las siete de la ma?ana (26 grados, 80% de humedad), y se ponen gorras y buscan la sombra de los ¨¢rboles abrasados cuando decide actuar el director de escena, el atleta que decide qui¨¦n interviene, cu¨¢ndo, qui¨¦n har¨¢ la introducci¨®n de su n¨²mero estelar.
El marat¨®n llega a su kil¨®metro 30, al muro de los 90 minutos, a la barrera que se?ala a los elegidos. Eliud Kipchoge acelera. Comienza el espect¨¢culo hermoso para la mirada de los aficionados, ¨¢vidos, felices, a los que sacia el keniano sobre sus altas zapatillas, sus Vaporfly de tanta suela, que no las calza, seguro, para correr m¨¢s r¨¢pido, m¨¢s descansado, sino para realzar la est¨¦tica de su paso amplio, la espalda recta, inm¨®vil, elegante; su talla atl¨¦tica, ya alta. Son sus Nike con las que baj¨® de dos horas en un gran espect¨¢culo en Viena el 12 de octubre de 2019, antes de la pandemia (registro no oficial), los altos coturnos de los actores de las tragedias de la Grecia cl¨¢sica, la altura que los convierte en h¨¦roes inalcanzables y errados a los ojos de los aterrados espectadores, y la catarsis. Y Kipchoge corre solo, como corren los h¨¦roes que se enfrentan a su destino para dominarlo o sucumbir. Para someterse. Para someter a los dem¨¢s combatientes.
Para alcanzar la inmortalidad, que en marat¨®n significa llegar hasta donde lleg¨® el dios Abebe Bikila, el soldado del ej¨¦rcito del Negus que gan¨® descalzo el oro en Roma 1960 y luego, cuatro a?os m¨¢s, en Tokio 1964, repiti¨® victoria, ya con zapatillas, unas Tiger de Onitsuka, y volvi¨® a batir el r¨¦cord del mundo (2h 12m 11s). Gana Kipchoge (2h 8m 38s, y nunca, fueran cuales fueran las condiciones, Kipchoge, que rob¨® a Gebrselassie y Bekele la llama eterna del marat¨®n que Etiop¨ªa custodiaba, el keniano ha terminado los 42,195 kil¨®metros por encima de las 2h 10m), gana como gan¨® en R¨ªo 2016 el d¨ªa que estren¨® las Vaporfly, las primeras zapatillas at¨®micas de la historia. Solo un tercer atleta, el alem¨¢n del Este y las patillas floridas Waldemar Cierpinski, ha ganado dos maratones ol¨ªmpicos. Cierpinski lo hizo en Montreal 1976 y Mosc¨² 1980, dos ediciones marcadas por el boicot de numerosos pa¨ªses africanos.
En Sapporo, detr¨¢s de Kipchoge, Abdi Nageeye y Bashir Abdi, acogidos en Europa, a mediados de los a?os noventa, ni?os refugiados de la guerra y el hambre de Somalia, como lo es el medallista de 5.000m, el canadiense Mo Ahmed, como el gran brit¨¢nico Mo Farah. Nageeye, neerland¨¦s, y Abdi, belga, y el 1 de marzo bati¨® en Tokio el r¨¦cord de su pa¨ªs (2h 4m 49s) siguen siendo los ni?os que se ayudan en un mundo ajeno y duro, y se animan y se confortan, y superan a Lawrence Cherono, el keniano de su grupo que persigue al inalcanzable Kipchoge, y se llevan la plata (2h 9m 58s) y el bronce (2h 10m).
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— Los Juegos Ol¨ªmpicos (@juegosolimpicos) August 8, 2021
42 kil¨®metros, m¨¢s de 2 horas corriendo y todav¨ªa con fuerza para sonre¨ªr. Eliud Kipchoge ????#StrongerTogether #JuegosOl¨ªmpicos pic.twitter.com/xTPb7GWZ61
Quinto (2h 10m 16s) llega el primer espa?ol, Ayad Lamdassen, y su puesto, tan valioso, llena un peque?o hueco en el historial, el que existe entre los cuartos y sextos puestos de Mart¨ªn Fiz en Atlanta 1996 y S¨ªdney 2000, el ¨²nico espa?ol que hab¨ªa acabado entre los ocho primeros en maratones ol¨ªmpicos.
En 2002, cuando ten¨ªa 19 a?os, Ayad Lamdassem (Sidi Ifni, 11 de octubre de 1981, la ciudad marroqu¨ª en la que en el pasado colonial franquista se condenaba a la mili a la juventud espa?ola), era uno de los mejores atletas j¨²nior de Marruecos. Formaba parte de la selecci¨®n magreb¨ª que participaba en un campeonato universitario en Santiago de Compostela, y del albergue en el que dorm¨ªan se escap¨® una noche y se fue a Lleida, donde se qued¨® a vivir. En la ciudad catalana le ayud¨® a establecerse Antonio C¨¢novas, su entrenador desde siempre. Como maratoniano, C¨¢novas, polic¨ªa nacional jubilado, de 72 a?os, hab¨ªa ganado el marat¨®n de Madrid en 1986.
Casado y con tres hijos, en una carrera larga y plena de altibajos, los de Tokio son sus terceros Juegos (particip¨® en el 10.000m de Pek¨ªn 2008 y Londres 2012; se retir¨® de los maratones de los Mundiales de Mosc¨² y Londres). Lamdassem, que cuenta con la nacionalidad espa?ola desde 2007 y corre para el club Bikila, vive una segunda juventud. Ya cumplidos los 39 a?os, en diciembre pasado bati¨® en el marat¨®n de Valencia (2h 6m 35s) el r¨¦cord de Espa?a que pose¨ªa el toledano Julio Rey. Despu¨¦s se prepar¨® para los Juegos con concentraciones en los Pirineos de Font Romeu y en la zona levantina espa?ola, de calor y humedad, enemigos del corredor a los que, como demostr¨® en Sapporo, se adapt¨® tan bien como los mejores.
Kipchoge ya llega a Sapporo como plusmarquista mundial (2h 1m 38s), y la temperatura sigue subiendo, y a las nueve de la ma?ana, cuando ya se acerca al final, alcanza los 28 grados, y m¨¢s de una decena de competidores sufre, se desvanece, se retira, o se cae, como el segoviano Javi Guerra, que termina 33? (2h 16m 42s) o luchan para no desintegrarse, como el granjero de Almaz¨¢n Dani Mateo, que pudo con el calor de la Doha de medianoche hace dos a?os, y sucumbe en Jap¨®n (21?, 2h 15m 21s).
Terminada la marat¨®n de su victoria, Kipchoge, doblemente coronado de olivo, puede contar con satisfacci¨®n su historial, sus 13 victorias en 15 maratones desde que salt¨® a la carretera y a la distancia en 2013, a los 28 a?os, y puede, porque tiene derecho, y el poder para hacerse escuchar, lanzar su mensaje al mundo, que lo escucha. No habla de ¨¦l, claro. ¡°Conseguir esta victoria fue todo menos f¨¢cil. Terminar la carrera fue duro para todos¡±, dice el atleta nandi de Kapsisiywa, de 36 a?os, entrenado por el gran Patrick Sang. ¡°Tokio 2020 se ha celebrado, lo que quiere decir que hay esperanza. Significa que estamos en el buen camino hacia la normalidad. La covid-19 pasar¨¢. Este es el significado de los Juegos¡±.
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