Del pa¨ªs donde el f¨²tbol es religi¨®n al emirato donde la religi¨®n es ley
Aficionados que han invertido los ahorros de cuatro a?os en asistir al ¨²ltimo Mundial de Messi apartan la pol¨¦micas sobre Qatar para disfrutar de sus ¨ªdolos
Lautaro, Maxi, Julio y Mat¨ªas no quieren o¨ªr hablar de despedidas. ¡°Uno m¨¢s puede jugar Messi, ?por qu¨¦ no?¡±. ¡°Tengamos fe¡±, se animan unos a otros con sus camisetas de la selecci¨®n argentina. Un viaje de 20 horas y ¡°los ahorros de cuatro a?os¡± les han tra¨ªdo desde el lugar donde el f¨²tbol es una religi¨®n -fue la ¡°mano de Dios¡± la que marc¨® ¡°el gol del siglo¡± en el Mundial de 1986- al pa¨ªs donde la religi¨®n es ley. ¡°S¨ª, antes de venir hemos consultado la legislaci¨®n. Hay que tener m¨¢s cuidado, portarse bien¡ En Argentina a esta hora estar¨ªamos con la cerveza en la calle, pero aqu¨ª no¡±, explica Lautaro, de 26 a?os, entre sorbito y sorbito de mate.
Los argentinos son los m¨¢s ruidosos en la llamada cornisa de Doha, en la que tambi¨¦n se ven muchas camisetas de M¨¦xico y Brasil. Youssef y Mostafa, catar¨ªes de 15 y 14 a?os respectivamente, observan el ambiente entusiasmados. Visten la canarinha, pero tambi¨¦n les gusta mucho Espa?a y lloran la despedida de Piqu¨¦: ¡°Este a?o los jugadores de la selecci¨®n espa?ola son m¨¢s j¨®venes¡±, explican, perfectamente informados de la convocatoria final de Luis Enrique -20 de los 26 se estrenan por primera vez en un Mundial y la edad media es de 25,2 a?os-. Nunca han pisado Brasil, pero es su equipo favorito y ahora van a verlo jugar en su pa¨ªs. ¡°Esto es impresionante. Los medios est¨¢n diciendo cosas malas de Qatar, pero aqu¨ª todos son bienvenidos, no importa ni su color de piel ni el idioma que hablen¡±, asegura Youssef.
Los grandes medios internacionales han hecho reportajes denunciando la muerte de obreros que han levantado las infraestructuras del Mundial a 50 grados en verano ¨C hasta 2019 no se prohibi¨® por ley trabajar en exteriores a las horas m¨¢s calurosas del d¨ªa- y los residentes en Qatar con los que ha hablado este diario se quejan de la ¡°mala publicidad¡±. Prefieren destacar los cambios que el pa¨ªs ha hecho tras obtener en 2010 la sede del torneo, como levantar siete estadios, hoteles, un metro¡ para acoger a m¨¢s de un mill¨®n de personas en un territorio equivalente a la regi¨®n de Murcia. Por ese motivo, los peri¨®dicos catar¨ªes destacan este jueves en sus portadas las declaraciones del presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, quien se ha mostrado en contra del boicot al Mundial de Qatar. ¡°Es una mala idea politizar el deporte. Y las dudas, sean sobre el clima o sobre derechos humanos, no hay que plantearlas cuando el acontecimiento ya est¨¢ aqu¨ª, sino antes, cuando se atribuyen las competiciones¡±. El propio presidente de la FIFA entonces, Joseph Blatter, ha admitido que fue ¡°un gran error¡± dar el puesto de anfitri¨®n del torneo al pa¨ªs ¨¢rabe en lugar de a EEUU y ha atribuido precisamente a Nicolas Sarkozy, jefe del Estado en Francia entre 2007 y 2012, las maniobras para que el emirato fuera finalmente el elegido.
Esa controvertida votaci¨®n ha provocado que el Mundial se celebre por primera vez entre noviembre y diciembre, aunque la temperatura este jueves en Doha era la de un d¨ªa de ola de calor en Espa?a, donde ya hay turrones a la venta en los supermercados. Los catar¨ªes pasean en manga corta, con las camisetas de sus selecciones favoritas. Ellas, en asfixiantes abayas negras hasta los pies. A las cinco menos diez de la tarde suena la llamada a la oraci¨®n y el reguero humano se divide: unos caminan hacia el reloj de la cuenta atr¨¢s, estampa favorita para el selfi con la hilera de alt¨ªsimos rascacielos de Doha detr¨¢s; otros hacia la mezquita. En el centro de prensa del Mundial, una especie de aeropuerto sin aviones, con restaurantes, tiendas, y pasarelas mec¨¢nicas, hay tambi¨¦n un ¡°¨¢rea de rezo¡±. En realidad, dos: una para hombres y otra para mujeres.
Hay 12.300 periodistas acreditados, seg¨²n la FIFA. El tejado de la zona de las cadenas de televisi¨®n que han venido a cubrir el Mundial es un espectacular tetris de cables que conectar¨¢n al emirato con el resto del planeta durante un mes. Los enviados de Corea del Sur han colocado en la puerta de su cabina una fotograf¨ªa que parece el cartel de una pel¨ªcula de esp¨ªas: tres hombres de traje y corbata oscura sobre las dunas del desierto. Unos operarios ponen los ¨²ltimos trozos de moqueta: todo es nuevo en este pabell¨®n y en este pa¨ªs que se independiz¨® en 1971 y que, tras hacer buenas migas con los mandatarios de Occidente por su dinero, sus reservas de petr¨®leo y sobre todo de gas, ahora aspira a ganarse a la gente, es decir, a los potenciales turistas, atrayendo a su t¨®rrido territorio a los hombres m¨¢s populares del mundo, los futbolistas.
La estrategia es obvia: que un gol de Messi, que un v¨ªdeo de Beckham alabando la cultura y la hospitalidad catar¨ªes sobre un dhow -la tradicional embarcaci¨®n usada para buscar perlas antes de descubrir materias primas mucho m¨¢s rentables- hagan olvidar todo lo dem¨¢s: los trabajadores muertos, la criminalizaci¨®n de la homosexualidad, el sistema de tutela para las mujeres... De momento, entre los aficionados que han pagado miles de euros para asistir al ¨²ltimo mundial del ¡°mes¨ªas¡±, Messi, est¨¢ funcionando. Aunque el c¨®mico brit¨¢nico Joe Lycett (1,2 millones de seguidores en Instagram) ha lanzado al futbolista ingl¨¦s y exjugador del Real Madrid un duro mensaje a trav¨¦s de redes sociales: ¡°Siempre te he considerado un icono gay. Fuiste de los primeros en hacer sesiones de fotos con revistas gays, en hablar abiertamente de tus fans gays, y te casaste con una Spice Girl, que es lo m¨¢s gay que un ser humano puede hacer. Pero ahora es 2022 y has firmado un contrato de 175 millones de euros con Qatar para ser su embajador durante el Mundial. Qatar es uno de los peores lugares del mundo para ser gay: la homosexualidad es ilegal, se castiga con prisi¨®n, y si eres musulm¨¢n, posiblemente incluso con la muerte. Siempre has hablado del poder del f¨²tbol para hacer el bien, por eso te doy a elegir: Si renuncias a tu acuerdo con Qatar, donar¨¦ 10.000 libras para apoyar a la comunidad LGTBi, y si no lo haces, arrojar¨¦ este dinero a una trituradora justo antes de la ceremonia inaugural del Mundial y no solo se destruir¨¢ el dinero, sino tu estatus como icono gay¡±.
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