Yo vi a Italia jugar un Mundial
La Nazionale se pasar¨¢ 12 a?os sin disputar una Copa del Mundo tras dos hist¨®ricas eliminaciones seguidas. El trauma, sin embargo, es cada vez menor en un clima de cierta indiferencia ante un trofeo disputado en pleno noviembre
El gol de Macedonia en el minuto 92 son¨® como un crujido muy seco de norte a sur del pa¨ªs. Aleksandar Trajkovski, un extremo izquierdo que entonces jugaba en la liga Saud¨ª, arm¨® un tiro desde fuera del ¨¢rea que pill¨® a toda Italia a contrapi¨¦, como una de esas cat¨¢strofes naturales sin explicaci¨®n. Una descomunal grieta en la historia del f¨²tbol nacional que, indirectamente, pagar¨ªa toda una generaci¨®n. ...
El gol de Macedonia en el minuto 92 son¨® como un crujido muy seco de norte a sur del pa¨ªs. Aleksandar Trajkovski, un extremo izquierdo que entonces jugaba en la liga Saud¨ª, arm¨® un tiro desde fuera del ¨¢rea que pill¨® a toda Italia a contrapi¨¦, como una de esas cat¨¢strofes naturales sin explicaci¨®n. Una descomunal grieta en la historia del f¨²tbol nacional que, indirectamente, pagar¨ªa toda una generaci¨®n. Era la segunda vez consecutiva que la Nazionale se estrellaba en la fase de clasificaci¨®n para un Mundial. Un r¨¦cord absoluto que dejar¨ªa sin ver una Copa del Mundo a los italianos durante 12 a?os. Nadie pod¨ªa imaginar que toda una tetracampeona mundial y, sobre todo, el equipo que hab¨ªa levantado la ¨²ltima Eurocopa con un juego total, alegre y efectivo caer¨ªa con la pobre Macedonia del Norte en casa y se perder¨ªa otra vez uno no de los pocos eventos -sin contar el Festival de Sanremo, claro- que logra unir las costuras de un pa¨ªs casi siempre inmerso en alguna disputa interna.
La paradoja de esta hist¨®rica ausencia ven¨ªa marcada por la ¨²ltima Eurocopa, que Italia levant¨® hace dos a?os exhibiendo un juego vistoso y efectivo. El equipo que Roberto Mancini fue capaz de armar, lleno de j¨®venes talentos que destacaban en sus equipos (Chiesa, Barella, Di Lorenzo...), abri¨® la puerta de la esperanza en un pa¨ªs que a?oraba ver una Nazionale alegre y atrevida. Todo eran buenas noticias aquellos d¨ªas. El mismo a?o en que el pa¨ªs hab¨ªa ganado Eurovisi¨®n, que recibi¨® la mayor cantidad de fondos de la Uni¨®n Europea tras la pandemia -fue la naci¨®n europea que m¨¢s sufri¨®- y que nombr¨® presidente del Consejo de Ministros al hombre que salv¨® al euro, Mario Draghi, la Nazionale logr¨® un t¨ªtulo que no levantaba desde 1968. Para colmo, sucedi¨® en Londres, coraz¨®n de la ruptura sentimental en el viejo continente. Todo parec¨ªa un mensaje claro sobre el cambio de rumbo. Italia se convert¨ªa en la nueva bandera de Europa. Pero dur¨® lo que duran este tipo de cosas en Italia.
La realidad en la calle, dos a?os despu¨¦s, es menos exagerada de lo que cab¨ªa pensar. Y la mayor¨ªa vive estos d¨ªas con cierta indiferencia el asunto. Contribuye a la terapia colectiva que el trofeo se celebre en el mes de noviembre y que su anfitri¨®n est¨¦ siendo tan discutido. Total, piensan muchos, qui¨¦n se acordar¨¢ de este Mundial. Y cuando no haya m¨¢s remedio, es probable que la mayor¨ªa anime a cualquier equipo que juegue contra Francia. El drama verdadero, sin embargo, transcurre en silencio e impacta directamente en la memoria de toda una generaci¨®n de ni?os y adolescentes que vivir¨¢n sin recuerdos mundialistas. En los pr¨®ximos a?os, cada vez ser¨¢ m¨¢s frecuente invocar con nostalgia las memorias y batallitas del trofeo. ¡°Yo vi a Italia jugar un Mundial¡±, podr¨¢ decirse con cierta superioridad moral a los desamparados de esos 12 a?os.
Arrigo Sacchi, legendario entrenador del Milan y de la selecci¨®n italiana, es muy cr¨ªtico con el pa¨ªs y con el propio equipo nacional. ¡°Mancini logr¨® algo prodigioso convirti¨¦ndonos en campeones de Europa. Pero cuando no tienes la mentalidad adecuada, crees que has llegado a la meta, pero se trata de un espejismo. Es la precariedad del ¨¦xito. Lo primero en un equipo es la motivaci¨®n, un elevado esp¨ªritu de equipo y un juego que ilumine. Lo que en el cine se llama trama y sucede en el centro del relato. Y eso fall¨®¡±, apunta. Sacchi, adem¨¢s, cree que la desquiciada curva de la Nazionale es un reflejo del pa¨ªs. ¡°Desgraciadamente, este pa¨ªs que ha iluminado el mundo desde el tiempo de los romanos, se ha ido apagando. Hemos perdido en poetas, escritores, pintores¡ Hoy solo buscamos vencer por vencer. Pero sin los valores que nos han tra¨ªdo hasta aqu¨ª. Es un pa¨ªs que el tacticismo es muy fuerte, pero la estrategia muy d¨¦bil. El t¨¢ctico solo espera el error del otro, el estratega va a ganar¡±.
Es cierto que la cat¨¢strofe contra Macedonia del Norte, entonces n¨²mero 67 del ranking FIFA, pudo deberse a la mala suerte. Italia no gan¨® a Bulgaria (empat¨®) ni a Suiza, contra la que Jorginho, por quien ya se ped¨ªa el Bal¨®n de Oro entonces, fall¨® dos penaltis: uno en la ida y otro en la vuelta. Y en Palermo se vio de nuevo algo parecido. Dino Zoff, m¨ªtico portero de la Selecci¨®n italiana y de la Juventus, cree que aquello produjo un da?ino exceso de confianza. ¡°La victoria del campeonato europeo estuvo bien. Gran parte del m¨¦rito fue del portero Donnarumma con los penaltis. Pero pensaron que el Mundial ser¨ªa muy accesible vistos los equipos con que se iban a cruzar. No digo que fuera un pensamiento superficial, pero el peso del ¨¦xito no les dej¨® ver que encontrar¨ªan muchas dificultades. Nos sucede mucho a los latinos, a menudo pensamos que hemos llegado al final. Pero en el deporte no se termina de llegar nunca¡±, apunta al tel¨¦fono.
La sensaci¨®n de rid¨ªculo universal se agudizar¨¢ el d¨ªa 20 de noviembre. El d¨ªa que se inaugura el Mundial, Italia deber¨¢ jugar un amistoso contra Austria. A¨²n as¨ª, el trauma ha sido menor que en la primera eliminaci¨®n. Y tambi¨¦n la reacci¨®n de la gente, cree Zoff. El exportero recuerda la tensi¨®n vivida cuando en 1974 quedaron fuera del Mundial celebrado en Alemania Occidental en el primer turno. ¡°El p¨²blico quiz¨¢ no est¨¢ ya tan involucrado. En mis tiempos era m¨¢s duro. Cuando regresamos a Italia de aquel campeonato, tuvo que venir a escoltarnos la polic¨ªa. Hoy a la gente le da m¨¢s igual¡±. Y es posible que la dimensi¨®n de una cat¨¢strofe as¨ª, bien mirado, se vuelva m¨¢s relativa tras una pandemia o una nueva Guerra fr¨ªa en el coraz¨®n de Europa.
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