Italia se desangra
La inesperada eliminaci¨®n de la campeona de Europa, sin Mundial por segunda edici¨®n seguida, plantea una urgente refundaci¨®n del sistema futbol¨ªstico y ahonda en la falta de identificaci¨®n
Si es cierto eso que cuentan sobre la muerte, el jueves por la noche, justo cuando corr¨ªa el minuto 92 en el estadio Renzo Barbera de Palermo, la Nazionale tuvo que ver desfilar un reguero de im¨¢genes alucinantes de sus ¨²ltimas d¨¦cadas. Aquella remontada en Sarri¨¤ contra Brasil con los goles de Paolo Rossi que precedieron a la victoria en el Mundial de Espa?a 82; la cuchara de otro planeta con la que Totti someti¨® a Van der Sar en la Eurocopa del 2000; tambi¨¦n el Mundial de Berl¨ªn logrado en el Olympiastadiom en los penaltis contra Francia; y la Eurocopa levantada con todo el m¨¦rito del mundo en Wembley el pasado julio. Un recuerdo tan reciente y deslumbrante que ciega ahora cualquier an¨¢lisis de lo sucedido el jueves, la derrota en Palermo contra Macedonia (0-1) que deja a la tetracampeona del mundo sin la opci¨®n de poder ir a Qatar.
Italia, por primera vez en la historia, queda fuera de dos Mundiales consecutivamente. Nunca hab¨ªa sucedido y jam¨¢s nadie pens¨® que tendr¨ªa que verlo. Si todo va bien para La Azzurra a partir de ahora, los italianos no habr¨¢n pisado el c¨¦sped de una Copa del Mundo desde 2014 hasta 2026: 12 a?os. Toda una generaci¨®n de ni?os y adolescentes sin recuerdos mundialistas. Tambi¨¦n de algunos grandes futbolistas, como el fant¨¢stico Marco Verratti, que podr¨ªa jubilarse con solo dos partidos en una Copa del Mundo (la de Brasil en 2014) cuando ten¨ªa 21 a?os. Un tiempo en el que para muchos lo extra?o ser¨¢ volver a ver a la Nazionale en un Mundial y no lo contrario. Y en una naci¨®n futbol¨ªstica fundada como ninguna en los sentimientos, esa es hoy la herida por la que se desangra el pa¨ªs. Una maldici¨®n que nadie lograba este viernes por la ma?ana explicar en t¨¦rminos futbol¨ªsticos y a la que el jueves por la noche solo acertaron a ponerle el nombre de Trajkovski, el jugador macedonio que jug¨® en el Palermo y que ya hab¨ªa mandado a la repesca a Italia en 2018.
La Nazionale solo ha ganado dos partidos (a Lituania en la clasificaci¨®n mundialista y a B¨¦lgica en la Liga de las Naciones) desde que levant¨® la Eurocopa en julio. Y eso ya dice mucho. El rosario de empates y derrotas ha estado marcado por errores incomprensibles y algo de mala suerte. Un sector amplio de analistas y tifosi coinciden en invocar la idea de accidente para explicar lo sucedido. La cat¨¢strofe del jueves contra Macedonia del Norte, n¨²mero 67 del ranking FIFA, creen algunos, ha sido solo cuesti¨®n de mala suerte. Italia no gan¨® a Bulgaria (empat¨®) ni a Suiza, contra la que Jorginho, por quien media Europa ped¨ªa el Bal¨®n de Oro hace unos meses, fall¨® dos penaltis: uno en la ida y otro en la vuelta. En Palermo se vio de nuevo algo parecido. Berardi, por ejemplo, est¨¢ fabuloso este a?o con el Sassuolo: lleva 14 goles y 11 asistencias. Pero esta vez fall¨® lo inexplicable.
Problemas de gol
La Eurocopa, se?alan muchos ahora, fue una isla que solo aporta ruido al an¨¢lisis que debe hacerse tras la nueva eliminaci¨®n. Un estado de ¨¢nimo que el equipo logr¨® cabalgar excepcionalmente y tras el cual no quedaba nada s¨®lido a lo que agarrarse. Es verdad que faltan jugadores clave como Spinazzola o Chiesa. Pero no solo son estas dos ¨²ltimas eliminaciones mundiales. En los dos anteriores campeonatos que s¨ª jug¨® (2010 y 2014) no logr¨® pasar de la primera ronda. La explicaci¨®n futbol¨ªstica de urgencia para lo sucedido el jueves es que la mayor¨ªa de l¨ªneas del equipo son s¨®lidas, pero la delantera no funciona. La Nazionale de Mancini no tiene problemas defensivos y posee un centro del campo de calidad con jugadores como Verratti o Jorginho. Pero no marca. Immobile, pichichi de la Serie A con 21 goles, es un fen¨®meno paranormal en la selecci¨®n. Insigne no se parece en nada al del N¨¢poles. Y la mayor¨ªa de delanteras del campeonato liguero son extranjeras.
La derrota tambi¨¦n expone de forma cruel la falta de identificaci¨®n de un pa¨ªs con su selecci¨®n y la situaci¨®n de ruptura institucional en el f¨²tbol italiano. La de todo un sistema que no funciona. La federaci¨®n pidi¨® hace unas semanas a la Liga que permitiera a los futbolistas seleccionados concentrarse una semana antes del crucial encuentro contra Macedonia, pero la Serie A se neg¨®. Una vez m¨¢s. La incomunicaci¨®n y falta de colaboraci¨®n sobresalen todav¨ªa m¨¢s a la luz de la falta de resultados tambi¨¦n en las competiciones de clubes, donde ning¨²n equipo europeo ha levantado un trofeo desde 2010, cuando el Inter de Mourinho gan¨® la Champions. ¡°Estamos recogiendo lo que hemos sembrado en los ¨²ltimos a?os. En 2018 era culpa de Ventura y ahora de Mancini. Pero si continuamos razonando as¨ª no llegaremos a ning¨²n sitio. Contra Macedonia faltaron jugadores en forma¡±, lamentaba Arrigo Sacchi en la Gazzetta dello Sport.
Italia tendr¨¢ tiempo ahora para recordar sus gestas y pensar en c¨®mo volver a poner en pie un sistema entero quebrado que ha abandonado las canteras. Los jugadores quieren que el propio Mancini pilote la reconstrucci¨®n, pero no parece que el t¨¦cnico cuente con un viento favorable. Ya est¨¢n preparados Fabio Cannavaro (capit¨¢n de la Italia campeona del mundo en 2006) y Marcello Lippi (entrenador del mismo equipo de 2006) para sustituirle. El problema es que el eco de los nombres que suenan ahora llega del recuerdo de esas viejas empresas de la Nazionale. Y a estas alturas es casi imposible distinguir si pertenecen tambi¨¦n al futuro o, simplemente, forman parte de ese f¨²nebre desfile de im¨¢genes pasadas de todo un sistema futbol¨ªstico.
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