Francia se agarra a Rabiot
La vigente campeona del mundo remonta el 0-1 ante Australia gracias a la direcci¨®n del centrocampista de la Juventus en una noche poco productiva de Mbapp¨¦
Ni Mbapp¨¦, ni Demb¨¦l¨¦, ni Tchouameni. La esperanza de Francia en Qatar es Adrien Rabiot, el discutido mediocampista de la Juventus. Escoltado por el laborioso Griezmann, este jugador de larga zancada coordin¨® la remontada de su selecci¨®n despu¨¦s de que Australia le metiera el primero. Muchos confunden a Rabiot con un vanidoso. No se percatan de que, pese a su aspecto de artista dram¨¢tico, respeta los deberes fundamentales de ayuda al equipo en todos los ¨®rdenes del juego.
Soplaba una brisa fresca y el desierto de Al-Wakrah se perfumaba de cordero estofado y azahar. La noche ¨¢rabe invitaba al hedonismo y cada cual hac¨ªa lo que pod¨ªa. Los catar¨ªes beb¨ªan t¨¦, los franceses y los australianos buscaban cerveza debajo de las piedras, y Didier Deschamps pon¨ªa a Olivier Giroud de nueve.
Qu¨¦ placer m¨¢s grande. Qu¨¦ satisfacci¨®n m¨¢s plena le proporciona al seleccionador franc¨¦s ver a ese hombre de 90 kilos plantado en el ¨¢rea rival como una gr¨²a a la que se le arrojen pelotas, a ver si descuelga alguna, o si empuja otra. Alrededor de Giroud se organiz¨® Francia, que salt¨® al campo a ejecutar el primer art¨ªculo de su c¨®digo, el c¨®digo que le hizo campeona del Mundo en 2018: tirar centros. Todos los centros que sea posible, aunque m¨¢s no sea para provocar confusi¨®n en las inmediaciones del tumultuario Giroud.
Puesto que Giroud es incapaz de darle continuidad al juego, y los centros son el recurso m¨¢s f¨¢cil de defender para cualquier defensa profesional que se precie ¡ªsobre todo si juegan en equipos de secular tradici¨®n sider¨²rgica, como el Stoke o el Heart of Midlothian¡ª, la mayor¨ªa de los balones acabaron en el adversario. Esto lo previ¨® Deschamps, que no mand¨® presionar para volver a recuperar de inmediato sino que estableci¨® sus l¨ªneas de cobertura a diez metros de su ¨¢rea. Para esperar, a ver si los australianos sal¨ªan y se descompon¨ªan, y as¨ª crear espacios por donde volver a lanzar a Dembel¨¦ y a Mbapp¨¦ a la carrera, previsiblemente exterior, ya que el medio no se despobl¨® ni con un incendio.
Andaba Francia metida en la rueda de su propio ingenio cuando sucedi¨® lo inesperado. Rowles, el tallo que juega en el Heart of Midlothian, cruz¨® un pase diagonal de 70 metros. La pelota sobrevol¨® todo el bloque franc¨¦s y se deposit¨® a la espalda de Lucas Hern¨¢ndez, que se gir¨® sin tiempo a interponerse ante Leckie. El extremo recort¨® hacia dentro y Lucas, en el intento de rectificaci¨®n, sinti¨® una punzada en la rodilla. Desplomado el lateral, Leckie centr¨® al segundo palo de Lloris, por donde apareci¨® el otro extremo, Goodwin para empujarla con el interior. Un gol de manual de escuela de f¨²tbol del siglo pasado, o incluso de la ¨¦poca victoriana, puso a Deschamps a circular de brazos cruzados frente a su banquillo mientras mandaba calentar a Theo, hermano de Lucas.
Desatada la crisis, agobiado Deschamps y silenciada la hinchada en el fondo norte, se revelaron las verdades. Primero, que Mbapp¨¦ interpret¨® mal su papel, y en lugar de buscar el desmarque hacia la porter¨ªa, se acomod¨® en la banda, donde Atkinson e Irvine le dejaron correr sin destino hacia la l¨ªnea de fondo, la p¨¦rdida, o el centro. Segundo, que puestos a buscar soluciones, nadie las encontr¨® mejores ni m¨¢s brillantes que Griezmann y, sobre todo, Rabiot. Entre los dos fueron hilando el juego con pases que no solo mantuvieron a raya a la oposici¨®n sino que permitieron que Tchouameni, Upamecano, Konat¨¦ y Mbapp¨¦ encontraran su sitio y sus momentos. No necesit¨® m¨¢s Francia para imponerse al d¨¦bil adversario que le esper¨® metido en su ¨¢rea sin mirar al marcador.
Sin Pogba ni Kant¨¦, los l¨ªderes que consolidaron al campe¨®n vigente, Rabiot recogi¨® el testigo de conductor. Siguiendo una jugada cualquiera, otro centro de Theo, el interior de la Juventus cabece¨® el 1-1 antes de que las malas sensaciones arraigaran entre sus compa?eros. Fue como espantar fantasmas, memorias dolorosas que se remontan a la Eurocopa de 2021, completamente suprimidas cinco minutos despu¨¦s. Rabiot fabric¨® el 2-1 robando un bal¨®n, tirando la pared con Mbapp¨¦, y asistiendo a Giroud. El nueve hizo en el desierto de Qatar algo que no fue capaz de hacer en todo el Mundial de Rusia: rematar a puerta una vez. Solo tuvo que empujar el bal¨®n.
Sin nada que ofrecer m¨¢s que una resistencia est¨¦ril, Australia se resign¨® a ser dominada. El partido languidec¨ªa cuando en la segunda mitad Mbapp¨¦ meti¨® el tercero a pase de Demb¨¦l¨¦ y Giroud el cuarto, de cabeza, como es de ley en el desierto de los centros a la olla.
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