Fede Valverde, el ni?o t¨ªmido de voz aflautada que quer¨ªa ser Kroos
El medio uruguayo, lanzado tras una charla con el seleccionador, afronta el reto mundial crecido por su estir¨®n con el Madrid
En el caso de Fede Valverde (Montevideo, Uruguay, 24 a?os), la an¨¦cdota ha terminado convirti¨¦ndose en la historia. Su cambio de apodo, de Pajarito a Halc¨®n, simboliza el salto de su f¨²tbol en el ¨²ltimo medio a?o: de la sala de espera permanente del Madrid, a protagonista principal; de goleador accidental a sorprendente artillero. El chico t¨ªmido de voz aflautada que empez¨® a despuntar en Pe?arol ya conquist¨® el Madrid y ahora le espera el reto mundial de Qatar, el pa¨ªs donde los halcones son el ave nacional. (Este jueves, Uruguay debuta contra Corea del Sur; 14.00, Movistar).
¡°Imag¨ªnate que, cuando era un ni?o, le pregunt¨¢bamos a qui¨¦n quer¨ªa parecerse, y ¨¦l dec¨ªa que a Toni Kroos. Ten¨ªa solo 14 a?os. Y ya ve, ahora est¨¢ jugando con ¨¦l¡±, recuerda casi como una lecci¨®n de vida Alejandro Garay, de 64, el primer entrenador que lo llev¨® con las categor¨ªas inferiores de la selecci¨®n. ?l y todos los que lo vieron entonces coinciden en que su cat¨¢logo actual ya estaba en sus inicios. ¡°Federico siempre fue de hacer cosas en el campo que nosotros ni ve¨ªamos. Era un talento, con una pegada maravillosa, un l¨ªder futbol¨ªstico que se manifestaba a trav¨¦s del juego porque fuera, con el grupo, era bastante retra¨ªdo. Le costaba hablar. En ese momento, fue muy importante su amistad con Diego Rossi [hoy en Fenerbahce]¡±, apunta el t¨¦cnico, que, en medio de las flores, tambi¨¦n lo retrata como mal estudiante (no lleg¨® a acabarlos) y ofuscado cuando se le gritaba. ¡°Se enfadaba y se paraba. Lo hablamos mucho con ¨¦l para que no se guardara nada. Iba a su habitaci¨®n, me sentaba a su lado y lo convenc¨ªa por todo lo que ten¨ªa para darnos. Ah¨ª se sent¨ªa importante. Lo capt¨® r¨¢pido, siempre fue un tipo d¨®cil y obediente en el buen sentido¡±, relata Garay.
Una situaci¨®n que coincide en el tiempo con un trance que vivi¨® en Pe?arol otro de sus entrenadores de referencia, el Chueco Perdomo. Casi parad¨®jico si se piensa en lo que es hoy el futbolista. ¡°F¨ªsicamente, era un privilegiado, el mejor. Pero medio vago, no le gustaba correr mucho ni marcar. El ¨²nico tema suyo era su cabecita, entender el juego. ?l solo quer¨ªa divertirse. As¨ª que le avis¨¦ que lo dejar¨ªa en el banco para que entendiera qu¨¦ necesitaba de ¨¦l. A la tercera semana, vino y me dijo: ¡®Chueco, quiero que me ense?es a marcar¡¯. ?l pensaba que solo ten¨ªa que marcar y no disfrutar. Yo le respond¨ª que no deb¨ªa ser el que recuperara m¨¢s pelotas, sino estar en la posici¨®n¡±, explica el t¨¦cnico con parsimonia, masticando cada palabra, despu¨¦s de toda una vida en Pe?arol captando ni?os.
Con el paso de los a?os y su asentamiento en el Bernab¨¦u, muchos de los que lo contemplaron, e incluso formaron, en Montevideo se unieron al grupo de personas que le ped¨ªa m¨¢s descaro con el Madrid, que se atreviera a hacer lo que ellos ya sab¨ªan. ¡°Cuando se empez¨® a mostrar con Zidane, le reclamaba por qu¨¦ no remataba y pisaba m¨¢s las ¨¢reas. Pero claro, son procesos de maduraci¨®n. Por su personalidad, es de esos que van ganando poco a poco ese espacio. De palabra nunca va a exigir cosas, solo con el juego. Es muy respetuoso con los roles. Tambi¨¦n hay que tener claro que es un ni?o, tiene 24 a?os. A¨²n no ha tocado su techo, ni por asomo¡±, se?ala Alejandro Garay.
El gran clic se gest¨® hace un a?o, aproximadamente, en medio de una crisis de alcance casi personal, v¨ªctima de una lesi¨®n que lo tuvo un mes fuera, desplazado despu¨¦s por el invariable Casemiro-Kroos-Modric, y con su cabeza pensando como una hormigonera si tal vez hab¨ªa perdido su sitio en el equipo y si era hora de abrirse a otras opciones de futuro. Por su casa apareci¨® entonces el nuevo seleccionador, Diego Alonso, y la charla, m¨¢s emotiva que deportiva seg¨²n las dos partes, tuvo un efecto sacudida. De ah¨ª, adem¨¢s, sali¨® el cambio de apodo ideado por el t¨¦cnico: de Pajarito a Halc¨®n, como un recurso extra para potenciarlo.
El medio busc¨® (y encontr¨®) ayuda en un coach para confesarse en la intimidad y en un nutricionista, y sobre el campo todo cambi¨® en primavera, la noche de cuartos de Champions de Stamford Bridge, cuando Carlo Ancelotti le orden¨® que hiciera de todo: ayudar atr¨¢s a Carvajal, hormigonar el medio y desplegarse arriba por la banda. Aceite tres en uno. ?l nunca ha ocultado que su sitio favorito es como interior cl¨¢sico (el Madrid lo lleg¨® a considerar -y descartar- en su d¨ªa como un sustituto de Casemiro), aunque su explosi¨®n ha venido desde una ubicaci¨®n muy suya que ¨¦l ha ido llenando de contenido.
Con Uruguay, con la que todav¨ªa solo suma cuatro goles en 44 partidos, se le espera en su posici¨®n preferida, aunque El Tornado Alonso ya le ha advertido de que recurrir¨¢ a su funci¨®n multipistas si lo necesita para un equipo que mezcla j¨®venes y veteranos. En todo caso, m¨¢s all¨¢ de la demarcaci¨®n concreta, Valverde confes¨® recientemente que con la selecci¨®n se carga de m¨¢s responsabilidad, y trata de hacer cosas que no deber¨ªa o no le tocan, algo que no siente en el Madrid, con un reparto de tareas m¨¢s definido, sobre todo con Kroos y Modric. ¡°En esas conversaciones que ten¨ªamos, nos dec¨ªa que el due?o de la pelota quieta es Toni [Kroos]. ¡®Yo estoy ah¨ª; estando ¨¦l, no la toco, ni me arrimo¡¯, nos dec¨ªa¡±, desvela Alejandro Garay.
Muy preocupado ahora en el Madrid con no dormirse en la parra para que ning¨²n compa?ero (ni rival) le supere, al ¡°se?or halc¨®n¡±, como le llama Alonso, le surge el desaf¨ªo catar¨ª.
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