Richarlison espabila a Brasil
La Canarinha cambia de marcha en el segundo tiempo y fulmina a Serbia con dos goles del ariete del Tottenham, uno para enmarcar, justo antes de que Neymar se fuera con molestias
Brasil irrumpi¨® en Qatar con dos caras. Un Brasil sosaina y crujido por la mitad dio paso a un Brasil m¨¢s nuclear y m¨¢s corporativo. Suficiente para mandar a la cuneta a Serbia, bien encapsulada de entrada pero quebrada en cuanto la Canarinha subi¨® de marcha. Entonces, con Vinicius por el medio, Richarlison cerr¨® el partido con un gol simple y un golazo para rebobinar y rebobinar.
Poca gracia tuvo Brasil hasta llegado el segundo tiempo, por m¨¢s que desde el inicio fuera el Brasil de Neymar, Vinicius, Raphinha y Richarlison. Es decir, una Canarinha para el destape y otra para blindar a los que vuelan con poco retorno. O casi nulo, como en el caso de Neymar, de entrada de derrape en derrape ante tanta celada serbia, una selecci¨®n m¨¢s combativa que ingeniosa que se qued¨® sin cuerda cuando poco a poco m¨¢s reconocible fue su rival.
La selecci¨®n de Tite cuelga de un pu?ado de solistas, lo que no es una bagatela si se atiende a los recursos de la plantilla. Pero le falta hilo. En algunas fases de los partidos, los cuatro de la caballer¨ªa ¡ªNeymar, Richarlison, Vinicius y Raphinha¡ª van por libre, lo que obliga a contenerse al resto. Alguien tiene que hacerlo, caso de Casemiro y Paquet¨¢. Y de los laterales ¡ªDanilo y Alex Sandro¡ª que ejercen de guardaespaldas de Raphinha y Vinicius, respectivamente. Los extremos a veces repliegan, pero no tienen m¨¢s vocaci¨®n que mirar al frente. Y solo con Casemiro y Paquet¨¢ como balizas al equipo le falta cierto gobierno. Brasil no articula el juego, se activa en cuanto la pelota deriva hacia sus delanteros.
Ante tanto ilustre atacante, Dragan Stojkovic, el seleccionador serbio ¡ªque como futbolista conden¨® a Espa?a en Italia 90 con un gran gol de falta directa¡ª, disemin¨® el campo de minas. Una idea: superioridades en todas las l¨ªneas, salvo en la de vanguardia, donde Serbia no dijo ni palabra. Ni antes de que se iluminara Richarlison ni despu¨¦s. Contra Brasil, no era el d¨ªa. Tocaba cortar los cables al adversario de forma mancomunada. Lo consigui¨® durante una hora, lo que tard¨® el gran campe¨®n mundialista en afinar el ataque y pegar mucho m¨¢s sus l¨ªneas.
A Brasil, con ese 4-2-4, le va acelerar. Llevar la pelota lo antes posible a los cuatro delanteros para que ellos se busquen las habichuelas. Por las alas esprintaban Vinicius y Raphinha, pero sin punto final porque el equipo todav¨ªa no daba con Richarlison. Por entonces, el ariete del Tottenham parec¨ªa un forastero. Nada hac¨ªa presagiar su papel principal en el desenlace del encuentro. Eso s¨ª, sin la pelota, el subordinado Richarlison se retrasaba m¨¢s que Neymar para auxiliar en la intendencia. Cuesti¨®n de jerarqu¨ªas.
El primer aviso de la noche fue de Neymar, que prob¨® al gallego Milinkovic-Savic con un saque de esquina directo con muy mala uva. El ourensano de nacimiento no se dej¨® pillar y tuvo reflejos. Lo mismo que estuvo avizor cuando le ret¨® Vinicius tras un matem¨¢tico pase de Thiago Silva. Al portero de Serbia no le falt¨® tajo, y tambi¨¦n frustr¨® a Raphinha en un par de ocasiones. Sin Vlahovic durante una hora ¡ªel delantero de la Juventus ha tenido recientes problemas f¨ªsicos¡ª Alisson, guardameta de Brasil, tuvo una noche de lo m¨¢s sosa.
El segundo acto dio un vuelco. Ya un Brasil con m¨¢s remangue y gancho, con las l¨ªneas m¨¢s api?adas y otro volumen. A Serbia comenzaron a caerle chuzos, no daba abasto con la escoba. Tampoco Milinkovic-Savic, el portero, de nuevo iluminado ante Raphinha. Alex Sandro ¡ªcon el menguar del tiempo, los laterales ya sumaban¡ª atiz¨® el poste derecho de Serbia con un latigazo con la zurda. Preludio del gol.
El tanto de Richarlison, que por fin emergi¨® en el partido, tuvo su miga. Neymar se lanz¨® contra la trinchera serbia, un control se le fue ligeramente largo ya dentro del ¨¢rea y cuando quiso rescatar la pelota se la reba?¨® Vinicius, al que nunca le falt¨® descaro. El disparo combado del madridista lo despej¨® como pudo Milinkovic-Savic y la pelota se plant¨® a los pies de Richarlison con la porter¨ªa ventilada por completo. Estaba por llegar lo mejor de Richarlison.
Desatada Brasil, de nuevo dej¨® huella Vinicius, cl¨ªnico para filtrar la pelota a Richarlison. El delantero control¨® con la derecha, la pelota brinc¨® mientras ¨¦l daba un giro acr¨®bata y en vuelo embocaba. Un gol para enmarcar. Tite le retir¨® poco despu¨¦s, al tiempo que debi¨® sustituir a Neymar tras ser atendido por los servicios m¨¦dicos.
Brasil tiene caladero, as¨ª que entraron Rodrygo y Antony, el veloz y h¨¢bil extremo del Manchester United. Hac¨ªa tiempo que Serbia se hab¨ªa desplomado cuando Casemiro hizo rebotar la pelota en el larguero de Milinkovic-Savic, que todav¨ªa tuvo que solventar m¨¢s de un apuro ante un contrario ya lanzado.
El otro Brasil, el que aceler¨®, el m¨¢s desprendido y altruista, fue demasiado para Milinkovic-Savic y sus camaradas.
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