?Qu¨¦ prefieres, M¨¦xico?
En un Mundial en el que el pa¨ªs vuelve a ser protagonista por muchas cuestiones m¨¢s all¨¢ de su rendimiento deportivo, la respuesta en la cancha es inversamente proporcional al esc¨¢ndalo fuera de ella
?Cu¨¢les son los criterios que se establecen para elegir entre diversos males? ?C¨®mo saber cu¨¢l es el ¡°menos peor¡± de todos? Es algo as¨ª como el siniestro juego de carretera entre amistades que van a la playa: ¡°?Qu¨¦ prefieres?¡±. Una pregunta que siempre va acompa?ada de imaginativas formas para complicar la decisi¨®n final. ?Machucarse la mano con un caj¨®n o golpearse el dedo del pie contra la cama por la ma?ana? Al momento de establecer esa clase de criterios respecto de dolorosos recuerdos ¡ªde cualquier naturaleza¡ª las risas r¨¢pidamente se disipan.
El ba¨²l de los recuerdos que aglutina historias entre M¨¦xico y Argentina en Copas del Mundo cuenta con versiones dolorosas y variadas para el Tricolor, angustiantes y con sabor a esperanza para Argentina (hasta que aparec¨ªa Alemania y todo se derrumbaba). La primera, aquella de 1930, suena m¨¢s a un cuento que a una estad¨ªstica porque la distancia en a?os palidece cuando se observan las gigantes diferencias entre lo que es el f¨²tbol de hoy: en una Copa del Mundo del artificio y el despilfarro a un torneo al que algunos tardaron semanas en arribar en barco. Las m¨¢s recientes, 2006 y 2010, sirven para subrayar la ca¨ªda tan pronunciada en este arco narrativo.
En los octavos de final de Alemania 2006 una selecci¨®n mexicana inteligente, disciplinada y valiente supo complicar a Argentina al grado a que cualquiera que recuerde ese duelo con mediana frialdad reconoce que la albiceleste sufri¨® y por momentos temi¨® una eliminaci¨®n a manos de los dirigidos por La Volpe. Apareci¨® una individualidad, de esas que en Argentina parecen darse tanto, y el territorio de las esperanzas se convirti¨® nuevamente en territorio de crueles realidades para M¨¦xico.
En 2010 la historia se fue atenuando un poco m¨¢s. Hubo un gol en posici¨®n adelantada (para quienes siguen crucificando la existencia del VAR, recuerden que hubo ¨¦pocas en las que se purgaban derrotas y dolores m¨¢s fuertes que el pensar en un antiguo amor al son del ¡°qu¨¦ hubiera sucedido si¡¡±) y errores puntuales del seleccionado mexicano que culminaron con un nuevo despido en octavos de final. Nuevamente ante la Argentina de Messi y un entonces vivo Maradona.
En el primer Mundial sin la presencia del ¨ªdolo y su sombra sobre Lionel, M¨¦xico ten¨ªa frente a s¨ª la gran oportunidad de, una vez m¨¢s, redimirse frente a s¨ª, hacer la tarea que qued¨® pendiente para el primer parcial y, de paso, convertirse en el villano del cuento. En el partido que el mundo entero ve¨ªa para saber si en su ¨²ltimo mundial Messi se ir¨ªa en primera ronda o no, M¨¦xico jug¨® un primer tiempo acorde al guion que plante¨® su entrenador y que convino a sus intereses: serio, aguerrido, con presencia y fuerza. No obstante, fue incapaz de sostener tal ritmo en el segundo episodio y sobre todo careci¨® de plan B, de capacidad de respuesta ante la salida de su capit¨¢n y destacado actor de los primeros 45: Andr¨¦s Guardado.
Los cambios en el tablero favorecieron tambi¨¦n a la Argentina, que con un Enzo Fern¨¢ndez brillante supo liquidar la obra que comenz¨®, una vez m¨¢s, una individualidad. Quiz¨¢s la m¨¢s destacada y m¨¢s brillante de la d¨¦cada, el siglo, la historia o tal vez basta con serlo en el momento exacto y en eso Messi ha mostrado ser una y otra vez art¨ªfice, maestro e inventor.
En el historial de M¨¦xico frente a Argentina es quiz¨¢s este el peor de los males, ese que lleva a sentir que un equipo muri¨® de nada. En un mundial en el que M¨¦xico vuelve a ser protagonista por muchas cuestiones m¨¢s all¨¢ de su rendimiento deportivo, la respuesta en la cancha es inversamente proporcional al esc¨¢ndalo fuera de ella. El morir de nada equivale a no haber ido. El libro de experiencias y an¨¦cdotas de M¨¦xico se ensancha pero en un entorno tan exitista es tal vez lo que menos importa.
El viaje en carretera parece estar llegando a su fin con la pregunta en el aire: ?Qu¨¦ prefieres? ?Morir de nada o quemarte de volar tan cerca del sol?
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