Argentina - M¨¦xico 1930: el primer ¡®fair play¡¯ de la historia de los Mundiales
Enfrentadas en Montevideo, la selecci¨®n de f¨²tbol albiceleste ganaba 3-0 cuando el argentino Fernando Paternoster entreg¨® la pelota el punto del penal a las manos del arquero, Oscar Bonfiglio
Argentina y M¨¦xico definir¨¢n este s¨¢bado la totalidad o una gran parte de su futuro en Qatar 2022. Es un un partido que empieza a convertirse en un cl¨¢sico de los Mundiales si al dram¨¢tico escenario actual para la Albiceleste se le suman los dos eliminaciones que el Tri sufri¨® en los octavos de final de Alemania 2006 y, con pol¨¦mica incluida, de Sud¨¢frica 2010. Lo que pocos saben es que los dos pa¨ªses tambi¨¦n protagonizaron la jugada de mayor juego limpio de las Copas del Mundo.
Ocurri¨® en el primer Mundial, en Uruguay 1930. Un futbolista argentino err¨® un penal a prop¨®sito para no aprovecharse de lo que consideraba una infracci¨®n mal sancionada por el ¨¢rbitro, aunque hubiera sido a favor de su equipo y en perjuicio del rival: sin intenci¨®n de convertir el gol, como un abanderado del fair play, el bonaerense Fernando Paternoster lo dispar¨® directo a las manos del arquero mexicano, Oscar Bonfiglio.
Cuando Guillermo Ochoa le ahog¨® el gol el martes al polaco Robert Lewandoski desde los 11 metros, muchos expertos acudieron a los libros para recordar que se trataba del primer penal atajado por un arquero mexicano en los Mundiales tras aquella haza?a del sonorense Bonfiglio hace 92 a?os. Un dato a?adido, pero en ese caso falaz, remarcaba que el portero mexicano en Uruguay 1930 fue el primero en hacerlo en las Copas del Mundo: en realidad, dos horas antes, en el partido que abr¨ªa el doble turno programado para el 19 de julio en el estadio Centenario, el arquero franc¨¦s Alex Th¨¦pot ya le hab¨ªa atajado un penal al chileno Guillermo Saavedra.
A¨²n m¨¢s desconocido, sin embargo, es que, en el Argentina 6 -M¨¦xico 3 que cerr¨® esa jornada, Paternoster ejecut¨® deliberadamente su penal como un pase al portero rival, Bonfiglio. As¨ª, al menos, lo se?ala y lo confirma el historiador argentino Eduardo Cantaro en su libro Historias Mundiales, publicado en 2010: ¡°Incidencias: 23 minutos, Bonfiglio le detuvo un penal a Paternoster. El jugador argentino lo tir¨® a las manos del arquero en desacuerdo con la sanci¨®n cobrada por el ¨¢rbitro¡±.
¡°Ese penal fue a tono con el f¨²tbol de la ¨¦poca y la primera Copa del Mundo¡±, explica Cantaro. ¡°Por ejemplo, no hab¨ªa ¨¢rbitros suficientes. En ese Argentina-M¨¦xico, el ¨¢rbitro fue el director t¨¦cnico de Bolivia en el Mundial, Ulises Saucedo, y uno de los jueces de l¨ªnea ¨Choy llamados asistentes- fue el entrenador de Rumania en el torneo, Constantin Radulescu¡±, recuerda. Otro destacado historiador del f¨²tbol argentino, Julio Mac¨ªas, tambi¨¦n contextualiza: ¡°El capit¨¢n argentino en ese partido fue el arquero ?ngel Bosio por la ausencia de Manuel Ferreira, que hab¨ªa viajado a Buenos Aires para rendir un examen en la carrera de Escriban¨ªa que segu¨ªa en la Facultad de Derecho¡±.
A tono con un partido y un penal del que no hay registros audiovisuales, la reconstrucci¨®n de una jugada que deja a Paternoster, apodado el Marqu¨¦s, como jugador honesto, sensible y con sentido de la justicia, que incluso se perdi¨® la posibilidad de festejar su ¨²nico gol en la selecci¨®n ¨Cera defensor y jug¨® 16 partidos para la albiceleste sin convertir tantos, aunque fue campe¨®n de la Copa Am¨¦rica 1929 y subcampe¨®n ol¨ªmpico en ?msterdam 1928 y mundial en Uruguay 1930-, tambi¨¦n tiene diferentes versiones, aunque los historiadores coinciden en se?alar al ¨¢rbitro-entrenador boliviano como el tercer protagonista junto a Paternoster y Bonfiglio.
Un penal a 16 pasos
Oscar Barnade, otro de los mayores arque¨®logos del f¨²tbol argentino, confirma la informaci¨®n de Cantaro en su reciente libro Mitos y leyendas de la historia de los Mundiales: ¡°Seg¨²n detallan los diarios de la ¨¦poca, el argentino lo pate¨® d¨¦bil a las manos del arquero en desacuerdo con la sanci¨®n cobrada por el ¨¢rbitro. Argentina ya ganaba 3 a 0¡å. Seg¨²n public¨® la revista El Gr¨¢fico de julio de 1930, ¡°el penal fue mal cobrado por hands (mano) que no hab¨ªa existido. Como al ¨¢rbitro le constaba que hab¨ªa errado, trat¨® de atenuar la cosa alargando la distancia (desde el punto del penal). Estir¨® sus pasos lo m¨¢s que pudo. Lo curioso es que el lugar desde donde ejecutar la pena m¨¢xima estaba muy bien se?alado¡±. Mac¨ªas agreg¨® en su investigaci¨®n: ¡°La decisi¨®n del ¨¢rbitro boliviano no fue clara y provoc¨® muchas protestas de los aficionados uruguayos. Ulrico Saucedo luego cont¨® 16 pasos en vez de 12¡å, por lo que Paternoster ejecut¨® el penal casi desde afuera del ¨¢rea.
Bonfiglio, que en su carrera de militar lleg¨® a ser general de Divisi¨®n del Ej¨¦rcito Mexicano y fue el primer arquero en recibir un gol en los Mundiales ¨Cfue batido por el franc¨¦s Lucien Laurent a los 19 minutos del Francia 4-M¨¦xico 1, el 13 de julio-, muri¨® en 1987. Seg¨²n cont¨® hace algunos a?os su nieto, tambi¨¦n ?scar, actor, su atajada contra Paternoster le vali¨® una felicitaci¨®n de Carlos Gardel, el c¨¦lebre cantor de tangos que estaba de gira por Montevideo durante el primer Mundial.
¡°Despu¨¦s de parar el penalti, ya en los vestidores, se acerc¨® una figura mundial para felicitar a mi abuelo por su actuaci¨®n y decirle: ¡®Lo que vi en la cancha fue maravilloso y me gustar¨ªa darle un regalo. ?Qu¨¦ es lo que le gustar¨ªa?¡¯. Y mi abuelo contest¨®: ¡®Que me cante una canci¨®n, se?or Carlos Gardel¡¯. Y le cant¨® El d¨ªa que me quieras¡±, cont¨® el nieto del arquero, aunque sin tener en cuenta la versi¨®n que, seg¨²n historiadores argentinos, Paternoster le entreg¨® el penal a Bonfiglio para no sacar ventaja de un error del ¨¢rbitro.
?dolo en Colombia
A su vez, seg¨²n cuenta el hijo de Paternoster, Fernando F¨¦lix, hoy de 74 a?os, nacido en Colombia pero residente en Buenos Aires, su padre y Bonfiglio se reencontraron y se abrazaron muchos a?os despu¨¦s, en 1962. ¡°En 1938, a mi viejo lo llamaron del Gobierno colombiano para organizar el f¨²tbol del pa¨ªs, que ni siquiera ten¨ªa liga. Estuvo en Bogot¨¢ en los primeros a?os de Atl¨¦tico Municipal, que despu¨¦s se refund¨® como Millonarios. M¨¢s tarde pas¨® a Nacional de Medell¨ªn y en 1954 lo sac¨® campe¨®n colombiano por primera vez; en 1962 lleg¨® al Emelec de Ecuador. Una vez me cont¨® que, en una gira por Estados Unidos, jug¨® contra un equipo de M¨¦xico (Chivas de Guadalajara, en 1966) y Bonfiglio, que trabajaba como periodista, se le acerc¨® y le dijo ¡®yo le ataj¨¦ un penal en el Mundial del 30¡ä. Se dieron un abrazo¡±, reconstruye el hijo del mayor cultor del juego limpio en los Mundiales.
Fernando F¨¦lix Paternoster no recuerda que su pap¨¢ le haya revelado que ejecut¨® ese penal sin intenci¨®n goleadora, pero s¨ª hab¨ªa antecedentes de ese tipo de honestidad. Seg¨²n public¨® Mac¨ªas en el libro Qui¨¦n es qui¨¦n en la selecci¨®n, el delantero Benjam¨ªn Delgado lo hab¨ªa hecho en un Argentina-Paraguay de 1923. ¡°El capit¨¢n argentino, el arquero Guillermo Magistretti, le orden¨® a Delgado que ejecutase desviado, deliberadamente, un penal a favor, ya que consider¨® que la sanci¨®n del ¨¢rbitro hab¨ªa sido desacertada¡±. Seg¨²n agreg¨® Mac¨ªas, ¡°todo el estadio aplaudi¨® la actitud de Delgado, pero el ¨¢rbitro se retir¨® ofendido al vestuario y ambos capitanes debieron convencerlo para que regresara¡±. Muchos a?os despu¨¦s, Delgado, ya retirado, asesinar¨ªa a su mujer y ser¨ªa encarcelado en la c¨¢rcel del fin del mundo, la de Tierra del Fuego.
En ese mismo Argentina 6-M¨¦xico 3 de Uruguay 1930, Ulises Saucedo cobrar¨ªa otros dos penales, ambos para M¨¦xico, uno convertido por Manuel Rosas y el otro atajado por Bosio ante el mismo ejecutante. ¡°Mi viejo me ense?¨® a patear penales cuando yo jugaba de delantero en las inferiores de Atlanta. Me dec¨ªa ¡®ten¨¦ en cuenta esta posici¨®n¡¯, ¡®de esta forma el arquero no sabe donde vas a patear¡¯ y esas cosas¡±, recuerda Paternoster hijo, en d¨ªas en que Argentina necesita ganarle a M¨¦xico en el estadio Lusail como sea, tambi¨¦n con un gol de penal, bien o mal sancionado, y donde nadie piensa en retomar el esp¨ªritu justiciero de Paternoster.
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