La Federaci¨®n de Rubiales, ante el dilema Luis Enrique
Espa?a fue de m¨¢s a menos en el Mundial y el actual t¨¦cnico de la sub-21, De la Fuente, gana enteros como recambio del gijon¨¦s en el banquillo respecto a la opci¨®n de Marcelino
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Del siete a Costa Rica al roto de Marruecos, de las expectativas generadas en el espectacular y esperanzador estreno al desfile funerario del regreso a la residencia de la Universidad de Qatar, con Luis Enrique al frente y la penumbra del amanecer catar¨ª como testigo. El trayecto de Espa?a en este Mundial es inequ¨ªvoco, de m¨¢s a menos. De la explosi¨®n goleadora de una idea de juego atractiva e innegociable por ¨²nica a su decadencia progresiva partido a partido. Del afile cortante de las combinaciones verticales ante Costa Rica a las secuencias de m¨¢s de mil toques inanes ante Marruecos. Y entre medias de esa irrupci¨®n mandona y ese final tan crepuscular, dos golpes de los que ni Luis Enrique ni sus entregados futbolistas se levantaron. Las dos reuniones mantenidas para corregir los errores y reforzarse como grupo no tuvieron el efecto deseado, ni an¨ªmico ni futbol¨ªstico.
Ahora, el t¨¦cnico est¨¢ en el aire. Los candidatos m¨¢s firmes para relevar al actual seleccionador son Marcelino, que cambiar¨ªa bastantes matices del modelo de juego, y el t¨¦cnico de la sub-21, Luis de la Fuente. El consenso a¨²n no es definitivo, pero en las ¨²ltimas horas De la Fuente ha ganado muchos enteros respecto a Marcelino.
No conservar la ventaja ante Alemania (1-1) y la derrota ante Jap¨®n (1-2) tuvieron el mismo efecto de esas primeras gotas de sangre que hacen dudar a un boxeador m¨¢s acostumbrado a dar que a recibir. No fueron dos mandobles cualquiera. Espa?a se ha ido a la lona castigada con las dos grandes debilidades del plan de Luis Enrique, admitidas en los an¨¢lisis internos de la federaci¨®n antes y durante el Mundial, y despu¨¦s de la eliminaci¨®n. Los riesgos en la salida de bal¨®n le costaron a la selecci¨®n el empate definitivo ante los alemanes y el primer gol de los japoneses. El segundo punto vulnerable del libreto del seleccionador, la dificultad para jugar contra defensas cerradas, ya se vislumbr¨® en la incapacidad para reaccionar ante Jap¨®n y se confirm¨® ante el repliegue intenso de Marruecos, con solo un disparo entre los tres palos en 120 minutos. Luis Enrique y sus futbolistas se han ido de Qatar con la pelota bajo el pie, con un promedio por encima del 80% de posesi¨®n, pero sin saber qu¨¦ hacer con ella para desconfigurar a las selecciones que no quieren dominar el bal¨®n, pero s¨ª los espacios.
Espa?a acudi¨® a la cita de Qatar con el caldo de cultivo ideal para el ¨¦xito. Luis Enrique estaba convencido de su ideario y para los futbolistas era un credo. M¨¢s all¨¢ del descontento individual de los que jugaron poco o nada, el ambiente en la concentraci¨®n estuvo marcado por la alegr¨ªa juvenil que emanaba del grupo y por el liderazgo con mano izquierda de los veteranos como Busquets, Koke, Jordi Alba, Morata y Azpilicueta. Las rimas picantes cuando un compa?ero era forzado a terminar una palabra en -ano o -ino presid¨ªan de d¨ªa a noche el ambiente distendido. La buena convivencia, sin embargo, no evit¨® el gradual baj¨®n exhibido en el juego hasta tocar fondo contra Marruecos.
La inesperada eliminaci¨®n, por lo madrugadora y la entidad del rival, dio paso inmediato a la gran inc¨®gnita con la que Espa?a se present¨® a la cita mundialista. La continuidad de Luis Enrique tiene aristas que la complican y otras que la facilitan. Nunca hubo un seleccionador con tanto poder y prebendas. Firm¨® bajo la condici¨®n de no ser un activo en la promoci¨®n de los patrocinadores y tanto el presidente de la federaci¨®n, Luis Rubiales, como el director deportivo, Jos¨¦ Francisco Molina, le han concedido todo lo que ha pedido. No han comprendido algunas de sus decisiones, como prescindir de algunos miembros del cuerpo t¨¦cnico, como Jes¨²s Casas, o han podido torcer el gesto con algunas presencias y ausencias en la lista de 26 jugadores. En cualquier caso, ambos asumieron que esas responsabilidades eran exclusivas del seleccionador. Su estrellato como streamer tambi¨¦n ha sido un punto de discordia porque puso en jaque y en guardia al departamento de comunicaci¨®n. En este sentido, hubo una declaraci¨®n de Rubiales en el encuentro con la prensa que fue significativa: ¡°Est¨¢ bien, es divertido, veremos si despu¨¦s nos hace tanta gracia¡±.
Hace un a?o, Luis Enrique rechaz¨® una oferta de renovaci¨®n y pact¨® con Rubiales y Molina aparcarlo hasta despu¨¦s del Mundial. El contexto ha cambiado. Por entonces, Espa?a estaba subida en la ola de haber alcanzado las semifinales de la Eurocopa, de haber eliminado a Italia en la semifinal de la Liga de Naciones y haber sido mejor que Francia en la final pese a la derrota (2-1). Que Luis Enrique no siga supone dejar hu¨¦rfana a una generaci¨®n de j¨®venes futbolistas apadrinada por ¨¦l y abducida por sus encantos en el d¨ªa a d¨ªa con ellos. Los Gavi, Pedri, Ansu Fati, Nico Williams, Yeremi Pino y Balde, destinados a marcar el futuro, deben acompa?ar a los de edad intermedia como Rodri, Unai Sim¨®n, Soler y Marcos Llorente en el camino a la pr¨®xima Eurocopa de 2024 y al Mundial de 2026.
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