Pena, rabia y tranquilidad
A pesar de haberlo hecho un mill¨®n de veces en tu carrera deportiva, el penalti se convierte en un juego mental contra el portero
Cuando hace 15 d¨ªas Espa?a gole¨® a Costa Rica por 7 a 0, era dif¨ªcil imaginar que ser¨ªa el ¨²nico partido donde ver¨ªamos un equipo ganador, convencido con una idea y ejecut¨¢ndola a la perfecci¨®n. No hace falta ser ning¨²n gur¨² del f¨²tbol para ver c¨®mo la selecci¨®n ha ido perdiendo esa energ¨ªa que tuvo al inicio.
En el partido de octavos de final, contra Marruecos, no dej¨® de ser m¨¢s de lo mismo. ...
Cuando hace 15 d¨ªas Espa?a gole¨® a Costa Rica por 7 a 0, era dif¨ªcil imaginar que ser¨ªa el ¨²nico partido donde ver¨ªamos un equipo ganador, convencido con una idea y ejecut¨¢ndola a la perfecci¨®n. No hace falta ser ning¨²n gur¨² del f¨²tbol para ver c¨®mo la selecci¨®n ha ido perdiendo esa energ¨ªa que tuvo al inicio.
En el partido de octavos de final, contra Marruecos, no dej¨® de ser m¨¢s de lo mismo. Una Espa?a con alto porcentaje de posesi¨®n de bal¨®n, pero en ning¨²n momento se le vio c¨®moda. La idea parec¨ªa clara: mediante el juego de toque hundir y ahogar a Marruecos hasta que llegaran ocasiones claras para materializarlas. Pero nada de eso ocurri¨®. Marruecos parec¨ªa tener un solo objetivo, encerrarse en su campo, intentar aprovechar alguna contra y confiar en los penaltis. Esperando al rival, pero sin hundirse demasiado y con una presi¨®n muy intensa. A pesar de no tener bal¨®n, se jug¨® a lo que ellos quisieron. Es la demostraci¨®n de que se puede dominar un partido sin tener el bal¨®n. Y as¨ª fue. Mientras Espa?a parec¨ªa tener el deber de generar situaciones de gol, Marruecos se sent¨ªa c¨®moda viendo c¨®mo pasaban los minutos.
Y llegaron los penaltis. Momento de gloria o pesadilla. En un estadio repleto de camisetas rojas que animaban a Marruecos, los aficionados desde casa confi¨¢bamos en que pasar¨ªan los nuestros.
Hay estudios que demuestran que los equipos que empiezan tirando, en porcentaje, ganan m¨¢s tandas de penaltis. El sorteo dio la posibilidad a los marroqu¨ªes de elegir lanzar primero. Fue Luis Enrique quien asign¨® los lanzadores. A veces somos los propios jugadores quienes nos ofrecemos a tirar porque estamos con confianza. Otras veces, como el martes, es el m¨ªster quien designa los elegidos y hasta el orden. No hicieron falta m¨¢s que tres. Un palo y dos paradas de Bono, que tuvo su gran noche, mandaron a Marruecos a cuartos y a Espa?a a casa.
A pesar de que en los penaltis siempre se hable de suerte no todo es eso. Los penaltis se estudian, se trabajan y se entrenan tanto los lanzadores como los porteros. Y m¨¢s todav¨ªa en este tipo de competici¨®n. Son parte del juego. Estoy segura de que Espa?a los ten¨ªa trabajados. Si los elegidos fueron Sarabia, Carlos Soler y Busquets, en ese orden, fue porque, en teor¨ªa, son los mejores. ?Sarabia jam¨¢s hab¨ªa fallado una pena m¨¢xima en toda su carrera! Pero hay escenarios para los que nadie te prepara. Es imposible predecir, preparar o entrenar cu¨¢l ser¨¢ tu estado, qu¨¦ sentir¨¢s, cuando est¨¦s solo ante el bal¨®n y el portero rival. Solo esos jugadores saben lo que llevaban por dentro. Sarabia, habiendo disputado sus primeros minutos en el mundial, Carlos Soler con poca participaci¨®n, y Busquets habiendo jugado todo. Es justo resaltar el gran m¨¦rito de Bono: acert¨® en las dos paradas, cada uno a un lado y con su estirada oblig¨® a Sarabia a ajustar tanto el suyo hasta encontrarse con el palo.
Desde fuera quiz¨¢s se vea m¨¢s f¨¢cil de lo que es, pero lanzar un penalti en esos momentos tiene mucho m¨¦rito. A pesar de haberlo hecho un mill¨®n de veces en tu carrera deportiva, se convierte en un juego mental contra el portero. Los dos saben que se han estudiado sus estad¨ªsticas de d¨®nde lanza normalmente, o hacia qu¨¦ lado tiene tendencia a tirarse el portero. Y ah¨ª est¨¢ la cuesti¨®n. Hay quienes deciden un lado y lanzan, o quienes tienen m¨¢s sangre fr¨ªa y esperan a que se mueva el portero.
Al caer eliminados, cada uno de los integrantes de la selecci¨®n le seguir¨¢ dando vueltas a la cabeza. Pensar¨¢n en las jugadas que tuvieron, en c¨®mo pod¨ªan haber dado el pase, el control que no fue bueno, la peque?a duda antes de tirar a puerta... Porque esa es la sensaci¨®n que se te queda, individualmente haber podido hacer algo diferente para marcar alg¨²n gol y evitar as¨ª los penaltis. Y qu¨¦ decir de los lanzadores, que con pena y rabia habr¨¢n recordado la imagen de su lanzamiento mil veces. Por mi parte no hay nada que recriminarles: tuvieron la valent¨ªa de chutar y fallaron. No deja de ser un juego.
Toca volver a casa. Para algunos ser¨¢ muy probablemente su ¨²ltimo mundial, para otros, el primero de muchos. A pesar de haber ca¨ªdo antes de lo esperado, creo que todo el mundo debe volver a casa con la tranquilidad de haber hecho todo lo que estaba en sus manos. Una experiencia que servir¨¢ para analizar, entrenar y mejorar para que nuestra estrella vuelva a brillar.
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