Espa?a se hunde ante Canad¨¢

Comenz¨® esta Billie Jean King Cup de la peor manera para Espa?a, rendida por Canad¨¢ en el primer compromiso de la fase de grupos de las Finales. Al borde ya del precipicio. Empez¨® destemplada con la inesperada ca¨ªda de Rebeka Masarova ante Marina Stakusic (6-3 y 6-1, en 1h 09m) y pese a revolverse en el segundo compromiso, termin¨® inclin¨¢ndose. Sara Sorribes se vaci¨® frente a Leylah Fernandez en casi tres horas de refriega, pero no acert¨® en la definici¨®n (7-6(8) y 7-6(7) y de madrugada tampoco sonri¨® la fortuna en el dobles, resuelto a las 1.03. De la mano, las dos solistas volvieron a perder ante Eug¨¦nie Bouchard y Gabriela Dabrowski: 6-2 y 7-5. En Sevilla, por tanto, una cruda realidad. Si la selecci¨®n norteamericana gana un partido este jueves a Polonia, te¨®ricamente inferior, el equipo de Anabel Medina quedar¨¢ matem¨¢ticamente apeado; de nada servir¨ªa un triunfo al d¨ªa siguiente ante las centroeuropeas.

Empez¨® tarde y mal la historia, con dos horas de retraso respecto al horario estimado por la demora de los duelos previos y en forma de trampa. Nadie contaba con ello. De entrada, jarro de agua fr¨ªa en La Cartuja. Una bofetada. Triple derrota (0-3). Ni un set al bolsillo y un escenario terminal. No falt¨® actitud ni empuje, pero s¨ª acierto y algo de fuego, m¨¢s rebeld¨ªa. Confianza. Entr¨® Espa?a con el pie izquierdo en la competici¨®n, con una derrota que no entraba en los planes ¨C193 puestos de diferencia entre una y otra¨C y dif¨ªcil de digerir en la apertura. La debutante Stakusic (18 a?os, 258? del mundo) aprovech¨® el nerviosismo de Masarova (24 y 65?) para adjudicarse el punto e inclinar la serie a favor de Canad¨¢, cuya preparadora, Heidi El Tabakh, buscaba el efecto sorpresa y lo consigui¨®. Vaya que si lo consigui¨®.

¡°Ha sido una combinaci¨®n de todo¡±, razonaba la espa?ola, nacida en Basilea. ¡°Entre que era el primer partido, los nervios de jugar en casa, ella no ha regalado nada¡­ No ha sido una situaci¨®n f¨¢cil. He ido mejorando conforme avanzaba el partido, pero estaba tensa y no terminaba de encontrar mis mejores sensaciones. No ve¨ªa muy bien por d¨®nde entrarle. A pesar de ser tan joven y de tener al p¨²blico en contra [4.000 personas], ha estado muy equilibrada y s¨®lida todo el rato. Ha regalado muy poco, bien por su parte. Habr¨¢ que ver qu¨¦ se decide en los pr¨®ximos d¨ªas; si me toca jugar otra vez estar¨¦ m¨¢s preparada¡±, lament¨® Masarova, una apuesta que sorprendi¨®, pero hasta cierto punto l¨®gica.

Sin ritmo de competici¨®n y ausente desde principios de julio por una lesi¨®n vertebral, Paula Badosa presenci¨® el estreno desde el costado, confiando en que su sustituta abriera el cruce con ¨¦xito. Sin embargo, a Masarova le pes¨® en exceso la escena, titubeante e imprecisa, cada vez m¨¢s desentonada conforme intentaba cosas y no encontraba recompensa. No le sali¨® nada. Con una magn¨ªfica planta (1,86), se top¨® con una adversaria que pese a ser una advenediza se desenvolvi¨® sin una sola duda. El mismo gesto de inicio a fin. De nada le sirvi¨® a la espa?ola el buen recorrido de esta temporada y termin¨® cediendo a la frialdad de la rival; sobre todo, a su propia desesperaci¨®n.

Sin filo

Al entregarse, su hoja de servicios reflej¨® 33 errores, por solo nueve de Stakusic. ¡°No estoy contenta con mi nivel¡±, resolvi¨® Masarova, que previamente hab¨ªa disputado cuatro partidos en la competici¨®n, dos triunfos y dos derrotas; el balance ahora es negativo. Recogi¨® el testigo de inmediato Sorribes y, corriente en contra ya, tuvo que remar y remar y remar en el pulso contra Fernandez. La canadiense, un sugerente proyecto venido a menos despu¨¦s de haber protagonizado una irrupci¨®n fulgurante hace dos a?os, cuando alcanz¨® la final del US Open con 19, posee casi todas las virtudes y pocas deficiencias. Es astuta, lee con inteligencia y no le falta arrojo; combina la sutileza con la determinaci¨®n, y en t¨¦rminos f¨ªsicos. Levant¨® tres bolas de set y convirti¨® la ¨²nica que se procur¨® en el primer parcial. Luego, entre idas y venidas, se reh¨ªzo para decantar finalmente un encuentro dur¨ªsimo.

Esa primera manga se extendi¨® pr¨¢cticamente hora y media, y la continuaci¨®n sigui¨® los mismos par¨¢metros: un cara a cara de intensidad m¨¢xima. Demarr¨® la valenciana, pero no supo conservar la distancia (5-2) y en el desempate volvi¨® a chocar con la versi¨®n m¨¢s aguerrida de Fernandez, que anul¨® otras dos opciones m¨¢s. A Sorribes, 10 series y 11 partidos individuales (balance de 6-5), le sobr¨® el pundonor de siempre y le falt¨® filo; tambi¨¦n le penalizaron las dobles faltas (5) y el pobre porcentaje con los segundos servicios (36%). Todo el ¨ªmpetu choc¨® con el repertorio t¨¦cnico de la canadiense, que a las buenas formas a?ade no poca valent¨ªa. Tampoco se arruga. Se detuvo el reloj en 2h 53, y el equipo espa?ol perdi¨® la primera serie. Sin chispa ni respuesta, no logr¨® ara?ar siquiera el valioso consuelo del dobles, importante en el caso de que entrasen en juego las matem¨¢ticas; ciertamente improbable. De negaci¨®n a negaci¨®n. Desagradable panorama. Solo un pleno de Polonia le salvar¨ªa, y a¨²n as¨ª ser¨ªa muy complicado que le salieran las cuentas.

En el otro compromiso de la jornada, Italia venci¨® a Francia por 2-1 gracias a los triunfos de Martina Trevisan (2-6, 6-2 y 6-2 a Alize Cornet) y Jasmine Paolini (7-6(6), 5-7 y 6-4 a Caroline Garcia). Suma su buen hacer al del d¨ªa previo por parte de la Rep¨²blica Checa y Eslovenia.

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