La semana grande del finalista Jannik Sinner

Daria, esposa de Daniil Medvedev, se echa las manos a la cabeza, mira al tenista y le pregunta: ¡°?Por qu¨¦?¡±. No entiende la mujer qu¨¦ demonios ha hecho su chico, por qu¨¦ se ha metido en semejante l¨ªo; qu¨¦ necesidad ten¨ªa, le dice con la mirada y el aspaviento, de interrumpir el ritmo del partido, ahora que le hab¨ªa dado la vuelta y que hab¨ªa impuesto una velocidad de crucero que estaba acabando poco a poco con el bueno de Jannik Sinner, jadeante y con las fuerzas al l¨ªmite el italiano. Pero he aqu¨ª Daniil, un tipo peculiar, con todas sus cosas y particularidades. Un fen¨®meno, s¨ª, pero a veces dif¨ªcil de entender. As¨ª que, pese a no haber ofrecido un solo signo de dolor o malestar durante esas dos horas de dur¨ªsima refriega, reclama al fisio, se marcha al vestuario ¨Cel tratamiento requiere dejarle en pa?os menores¨C y la acci¨®n se detiene durante ocho minutos. Es su sentencia: 6-3, 6-7(4) y 6-1, en 2h 29m.

Hasta ah¨ª, fuerzas invertidas y dos escenarios distintos. Primero se lleva el gato al agua Sinner, jaleado otro d¨ªa m¨¢s por la grada, su grada, y despu¨¦s es Medvedev el que sorprende, sale de la cueva y ejerce un abordaje que se antoja pr¨¢cticamente definitivo, porque su tenis arrolla y al rival empiezan a pesarle una tonelada las piernas de tanta devoluci¨®n y de tanto ir de aqu¨ª all¨¢, de tanta tralla y de tanto esfuerzo en el cuerpo a cuerpo. Parece estar el italiano a falta del empuj¨®n de gracia, pero he aqu¨ª Dannil y sus mundos. Una caja de sorpresas. Frena, se marcha y a su vuelta, se encuentra con un adversario no solo restablecido, sino crecido. Gracias por la cortes¨ªa, le viene a decir Sinner al ruso, que a la se?al de su querida reacciona de la misma forma, con la misma incredulidad: ?Pero qu¨¦ demonios he hecho? ?Qui¨¦n me mandar¨ªa a m¨ª...?

?l solito se ha metido en el agujero, porque al local le ha dado tiempo para refrescar la musculatura y a coger aire. Despejado mentalmente y decidido, Sinner carga y Medvedev, adem¨¢s, ayuda: la doble falta le cuesta el break, 0-2 abajo e inmediatamente 0-3 en el tercero. A partir de ah¨ª, tortura interior para ¨¦l. Daria no lo entiende y el propio Medvedev, tampoco. Un duelo equilibrado termina decant¨¢ndose por medio de un rodillo. El tenista de San C¨¢ndido, magn¨ªfico un d¨ªa m¨¢s, disputar¨¢ por primera vez la final de la Copa de Maestros y divisa en el horizonte inmediato a Novak Djokovic, superior por la noche a Carlos Alcaraz. Imponente estos d¨ªas de semana grande para el p¨²blico turin¨¦s, Sinner festeja brazos en alto, pero sin perder ese punto neutro que le caracteriza a ¨¦l y a su tenis: pum, pum, pum. Es una perforadora.

Viene el pelirrojo sin prisa pero sin pausa, sin protagonizar hasta ahora golpes sonados pero s¨ª con paso firme. Muy firme. Ya llegar¨¢n los d¨ªas de ruido. Ascendi¨® este a?o un pelda?o en Montreal ¨Csu primer Masters 1000¨C, se hizo notar en Wimbledon (semifinales), empieza a acumular metal (10 trofeos) y sigue subray¨¢ndose como un formidable competidor en dura y a cubierto. Gan¨® en Pek¨ªn, repiti¨® en Viena y ahora aterriza en el desenlace de este Masters con un pleno de victorias, cuatro de cuatro; se embolsa, por tanto, la nada despreciable cifra de 2,4 millones de euros y se convierte en el primer representante de su pa¨ªs que llega tan lejos en la cita. Dicen tambi¨¦n los datos que desde 2003, cuando Roger Federer ya se elevaba, no hab¨ªa un jugador menor de 23 a?os (¨¦l tiene 22) que acced¨ªa a la final maestra, y en Italia se frotan las manos: tras los Pietrangelli, Barazutti o Panatta emerge una figura que, probablemente, conceder¨¢ no pocas alegr¨ªas.

¡°Supongo que es parte de lo que hago, ?no? El ¨²nico problema es que soy pelirrojo, as¨ª que es f¨¢cil reconocerme¡­¡±, bromea ante los periodistas cuando estos le preguntan por su fama creciente. ¡°Pero las cosas cambian cuando me pongo una gorra, as¨ª que est¨¢ bien... [risas]. No, en realidad no busco atenci¨®n m¨¢s all¨¢ de la pista. Siempre es bueno que la gente te reconozca, pero, sinceramente, no me importa mucho todo eso porque yo siempre he hecho cosas muy normales y soy un chico normal¡±, prorroga el finalista, discreto dentro y fuera de la pista. Fuerte con los fuertes: ya es el italiano que m¨¢s triunfos (10, por los 9 de Panatta) ha firmado contra los top-5.

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