Rafael Nadal: extraterrestre en la pista, espa?olazo medio fuera de ella
El tenista le ha dado una entrevista a Ana Pastor para ¡®El Objetivo¡¯ y nos ha demostrado que su transformaci¨®n en Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar L¨®pez va por el 98%
Rafael Nadal Parera es un tipo secote, simp¨¢tico a su manera. Muestra una profesionalidad exasperante, medida al mil¨ªmetro, jardines los justos, tambi¨¦n las sonrisas. Es un tipo intimista, ¡°muy sensible¡±, dice ¨¦l. Un poco pa¡¯ dentro, digo yo, que tambi¨¦n convivo con gente as¨ª.
En no pocas ocasiones me he matado en el brazo izquierdo de Rafael Nadal. Es decir, que me gusta una barbaridad. En no pocas ocasiones me han sacado de quicio algunas de sus frases. En muchas m¨¢s ocasiones me he emocionado con sus triunfos, he aplaudido a rabiar. Vamos, Rafa, en la cancha. No me jodas, Rafa, en otras cositas de su vida. Lo normal. Separar al autor de la obra, ya saben.
El tenista le ha dado una entrevista a Ana Pastor para ¡®El Objetivo¡¯ y nos ha demostrado que su transformaci¨®n en Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar L¨®pez va por el 98%. Qu¨¦ maravilla. Tambi¨¦n que el negro le sienta fenomenal a todo el mundo, vestido como iba de Raphael, Andreu Buenafuente y otras personas a las que homenajear en vida.
Pastor templa la plaza para luego entrar a matar. Le deja hacer, hablar de la profesi¨®n, del dolor, del sacrificio y la disciplina, la autoexigencia, los valores del deporte. Una Ted Talk para coger confianza. Un rollazo, si vamos buscando mandanga. Llegar¨¢ pasada la mitad de la charla su momento criptobro, que es del que nos gusta sacar punta. Pero tambi¨¦n ser¨¢ injusto quedarse solo en eso, digo yo. Para llegar a esas perlas bastar¨¢ no tanto con escucharle, sino comprobar el hieratismo de la periodista con algunas de las respuestas. Las caras, Ana, las caras. Que lo dicen todo.
El hombre dice que gestiona las cosas como puede, que se ha dado cuenta de que la paternidad supone un cambio radical y que no puede odiar el tenis, como dijo Andr¨¦ Agassi en ese extraordinario libro que es Open, porque ¨¦l no es desagradecido. Llama a Federer ¡°Roger¡± y a Djokovic, ¡°Novak¡±, porque son parte de su familia. La familia escogida, que dir¨ªa un cursi. C¨®mo demonios va a ser alguien normal, la Espa?a real, que dir¨ªa N¨²?ez Feij¨®o.
Pastor decide abrir el mel¨®n de Arabia Saud¨ª y pasa una cosa preciosa: responde. Pone gestos, s¨ª, se mueve en el asiento, no se le nota suelto ni c¨®modo, pero habla. Y suelta su argumentario. Que hay que promover el tenis, que no cree que Arabia le necesite para mejorar su imagen y que a ¨¦l qu¨¦ le cuentan, que all¨ª lo que sucede es que la gente no tiene cultura de practicar deporte. Claro, prefieren que no los maten por ser homosexuales, por ejemplo. Prioridades. A Rafa ese tema le molesta un pel¨ªn pero la responsabilidad no es suya, sino de la gente, que en cuanto sale una noticia le da por opinar, y de su equipo, que cometi¨® un error de comunicaci¨®n. Si no cree en la redistribuci¨®n de la riqueza, como para creer en la de la culpa.
Nadal asegura que en Arabia Saud¨ª va a poner en pr¨¢ctica sus valores, lo que ¨¦l cree que es correcto aunque no sepamos muy bien cu¨¢les son. Que le han prometido libertad, pero que si los tiros no van por ah¨ª dar¨¢ otra entrevista y dir¨¢ que se equivoc¨®.
El hombre se jalea un poco, que dir¨ªa una amiga m¨ªa, al hablar del feminismo. Como al espa?olazo medio, por otra parte, que a¨²n no sabe que es la igualdad entre hombres y mujeres porque se ha llevado ¡°a unos extremos¡± que con ¨¦l no van. Cree en la igualdad de oportunidades ¨Dmuch¨ªsimas gracias, de verdad¨D pero no tanto en la de salarios en el deporte. ¡°No, hija no¡±, parece querer decirle a Pastor, se?al¨¢ndola con el dedo. Es precioso ese momento en el que dice que le encantan los ni?os, que est¨¢ enamorado de ellos, que tiene hermana y madre. Ojal¨¢ un amigo gay, un vecino negro y ya tendr¨ªamos el pack todo incluido del se?or a¨²n no deconstruido. Nadal es un extraterrestre en la pista, uno de tantos fuera de ella.
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