Nadal y el duro proceso de la aceptaci¨®n: ¡°Aunque intentes olvidar lo malo, siempre est¨¢ en un rinc¨®n¡±
El campe¨®n de 22 grandes dice que cada par¨®n multiplica el riesgo de lesi¨®n y elogia la progresi¨®n de Alcaraz: ¡°Est¨¢ donde se merece y, aparte, se lo trabaja¡±
¡ª ?Qu¨¦ a?os tienes t¨²?
¡ª 20.
¡ª ?Buf! Yo a esa edad no sab¨ªa ni lo que dec¨ªa¡
Durante los 21 minutos que se extiende la exposici¨®n para una selecci¨®n de medios espa?oles invitados a Las Vegas por Netflix, Rafael Nadal, vestido de oscuro de arriba abajo, conduce la intervenci¨®n con aires paternalistas, como si la brecha de 17 a?os que le distancia de Carlos Alcaraz, 37 y 20 respectivamente, fueran a¨²n superior. ¡°Tiene juventud, energ¨ªa, pasi¨®n y desparpajo, que ayuda a afrontar las cosas con poco miedo. Cuando empiezas, todo es una novedad y has vivido pocas cosas malas, pero conforme pasan los a?os, vas vivi¨¦ndolas. Aunque intentes olvidarlas, siempre las tienes en un rinc¨®n¡±, desliza el campe¨®n de 22 grandes, que pese a la inactividad arrastrada mantiene el tic y trata de relajar la musculatura del cuello con bruscos movimientos espasm¨®dicos, de izquierda a derecha, como si acabara de jugar un partido. Habla el mallorqu¨ªn desde la atalaya de su leyenda y el sucesor, en gris marengo, no pierde detalle a cada palabra. ¡°?Rafa siempre impone, no te voy a enga?ar!¡±, responde entre risas el murciano, que a?ade: ¡°Yo he visto a Rafa mucho por la tele, he crecido vi¨¦ndole jugar. Aunque haya sido poca, mi experiencia con ¨¦l ha sido incre¨ªble. Me hubiera encantado compartir m¨¢s tiempo, pero intento disfrutar cada vez que me encuentro con ¨¦l¡±.
Este domingo, la exhibici¨®n dise?ada por la plataforma (21.30, en streaming) los reunir¨¢ por cuarta vez y no ser¨¢n pocos los que piensen que tal vez pueda ser la ¨²ltima. El reloj avanza de manera inexorable y agota la vida deportiva de Nadal, quien se expresa serio, rostro enjuto, manos fuertes, alguna que otra arruga en el rostro y un tono que desprende el aroma del sufrimiento, por m¨¢s que vaya a reaparecer despu¨¦s de otros dos meses en el dique seco y de que, si no se tuercen los planes otra vez, vaya a competir la pr¨®xima semana en Indian Wells, uno de los escenarios de los que se quiere despedir de forma ¨ªntima.
¡°Pues no s¨¦ c¨®mo estoy¡±, contesta al periodista que se preocupa por su estado f¨ªsico. ¡°Siendo totalmente honesto, porque a estas alturas ya no me queda m¨¢s remedio que serlo y no puedo esconder nada, llevo desde Brisbane [donde se lesion¨®, el 5 de enero frente a Jordan Thompson] sin jugar un set. He tenido momentos mejores y peores. Pero para m¨ª lo m¨¢s importante no es c¨®mo estoy, sino d¨®nde estoy, y estoy aqu¨ª. Eso ya es una buena noticia. Hace dos semanas mi objetivo era jugar el partido de Las Vegas y jugar Indian Wells, y estoy m¨¢s cerca de conseguirlo. He seguido los caminos adecuados para intentar jugar el torneo [en el que debuta el jueves]. ?A qu¨¦ nivel? Es lo de menos¡±, prosigue; ¡°lo importante es poder pasar all¨ª unos d¨ªas con profesionales y poder jugar antes el partido con Carlos, que me hace ilusi¨®n. Intentar¨¦ hacerlo lo mejor posible, sabiendo que la preparaci¨®n ha sido mala. Para m¨ª lo prioritario es jugar Indian Wells e intentar salir ileso de ah¨ª; a partir de ah¨ª, lo que se tenga que dejar, dejarlo todo en la gira de tierra. Puede que sea la ¨²ltima o no, no lo s¨¦; no lo tengo al cien por cien decidido, pero de momento las cosas van por ese camino¡±.
Sigue Nadal cavilando y, por encima de todo, aceptando, porque el destino le ense?a una puerta que a un campe¨®n de su magnitud le cuesta cruzar. Nunca se ha rendido y, de momento, no lo hace en este adi¨®s que cada vez est¨¢ m¨¢s cerca y que sigue gui¨¢ndole por espacios tenebrosos, toda vez que desea volver y tener un m¨ªnimo de continuidad, imposible hasta ahora. Con solo tres partidos en la buchaca, el chasis le fren¨® antes del Open de Australia y cada pausa que le impone significa un aceler¨®n hacia el punto final, por m¨¢s que no desista. Quiere Nadal, consciente como nadie de su situaci¨®n y de la crudeza que ha encontrado en esta huida final hacia adelante. Rebeld¨ªa en el discurso, a la vez sensatez.
Veteran¨ªa y cargas
¡°No estoy haciendo ninguna despedida, lo primero, porque si lo hiciera dir¨ªa que no juego m¨¢s. No quiero decirlo a¨²n porque no lo tengo claro al cien por cien, pero es cierto que la realidad es la que es, y dice que los dos ¨²ltimos a?os he podido jugar muy poco. La vida te va marcando el camino. No me imaginaba mi despedida [estando de baja] porque cuando empiezas a imaginar algo, m¨¢s cerca est¨¢s de ello. A todo el mundo le gustar¨ªa despedirse bien, jugando, siendo competitivo y disfrutando en la pista. ?Si podr¨¢ ser o no? El tiempo lo dir¨¢. Los meses y las semanas me marcan un camino que est¨¢ siendo complicado. Es un proceso de aceptaci¨®n que no es f¨¢cil de manejar, e intento aceptarlo. No pude ir a Doha [donde hab¨ªa planificado en la recta final de febrero], pero aqu¨ª estamos ahora¡±.
Recalca el balear que hoy por hoy no piensa en Roland Garros ni en giras de tierra, aunque le gustar¨ªa poder despedirse tambi¨¦n de Montecarlo a principios de abril. En todo caso, todav¨ªa percibe el Principado como un objetivo lejano, teniendo en cuenta que ha perdido el ritmo adquirido en la pretemporada y que cada aparici¨®n en la pista ir¨¢ acompa?ada de interrogantes y una inc¨®moda incertidumbre que no consigue despejar. ¡°Fue duro no jugar el Open de Australia, pero internamente sab¨ªa que pensar en algo importante ah¨ª eran nulas; no ya por tenis, sino por nivel de f¨ªsico, porque llevaba un a?o sin competir. Fue un paso atr¨¢s por tener que volver a parar. Estaba jugando bien al tenis y cuando tienes una edad avanzada, los parones hacen que tu cuerpo deje de estar preparado¡±, precisa; ¡°cuando juegas habitualmente se habit¨²a al ritmo y a las cargas. Yo no puedo jugar semana tras semana, pero si lo hago cada dos o tres semanas, va tolerando esas cargas cuando paras. Ahora hay m¨¢s riesgos de lesi¨®n porque el cuerpo no est¨¢ haciendo la adaptaci¨®n adecuada, y eso es lo m¨¢s jodido de lo de Brisbane, hablando en plata, porque la sensaci¨®n era buena¡±.
Relato propio
En direcci¨®n opuesta, Alcaraz adivina un pr¨®spero porvenir profesional por delante. El chico asegura que la recuperaci¨®n del tobillo que se lastim¨® en R¨ªo de Janeiro el 20 de febrero va por el buen camino, y que la sequ¨ªa no le preocupa en exceso porque de mantener la l¨ªnea, conf¨ªa, los ¨¦xitos regresar¨¢n. No levanta un trofeo desde Wimbledon, en julio, pero se atiene al proceso. ¡°La gente, si no ganas t¨ªtulos, ya piensa que es malo, y no es as¨ª. Puede ser que tengamos que mejorar a partir del US Open, no bajar el nivel y la concentraci¨®n a partir de ah¨ª, pero ya hemos hablado internamente de ello. Y este principio de a?o empec¨¦ con buenas sensaciones, en Australia jugu¨¦ un buen tenis y en Buenos Aires no fueron las mejores sensaciones, pero creo que tambi¨¦n fue bueno; despu¨¦s, en R¨ªo, sucedi¨® algo inesperado. No creo que se trate de fracaso ni de frustraci¨®n en lo que he hecho, simplemente tengo que aprender¡±, expone Alcaraz, cuyas respuestas carecen, l¨®gicamente, del poso ofrecido por Nadal durante la conversaci¨®n. Un adulto y un proyecto.
Es la primera vez que posan juntos en una sala y se percibe buen rollo, pero tambi¨¦n desconocimiento rec¨ªproco. Apenas han compartido tiempo ni espacio, aunque el de El Palmar ya se ha ganado la bendici¨®n. ¡°Desgraciadamente he estado muy poquito en el circuito desde que ¨¦l ha llegado. He podido vivir poco de ¨¦l en el d¨ªa a d¨ªa y a la inversa, tambi¨¦n. Carlos es aire fresco para el tenis, un jugador especial, para su edad uno de los completos que he visto y con un f¨ªsico portentoso. Est¨¢ donde se merece y, aparte, se lo trabaja¡±, le dedica el tenista de Manacor, perdido hoy d¨ªa clasificatoriamente en las catacumbas, puesto 654? del ranking. El murciano ocupa el segundo pelda?o y progresivamente va desmarc¨¢ndose de la comparaci¨®n, e intentando escribir un relato propio.
¡°Con lo que he ido haciendo y con los torneos que he ganado, siento que voy construyendo mi propio camino, mi propio nombre. Intento no prestar atenci¨®n a las comparaciones con Rafa porque es un jugador ¨²nico, y no te pueden comparar con uno de los m¨¢s grandes de la historia de nuestro deporte¡±, resuelve antes de referirse al gigante con una paradinha para matizar. ¡°Compa?ero... Probablemente rival¡±. A lo que Nadal reacciona con melancol¨ªa y el orgullo herido del guerrero que apura los ¨²ltimos pasos: ¡°Ya me gustar¨ªa a m¨ª ser rival... Queda temporada por delante, y ojal¨¢ pueda no ser solo compa?ero...¡±. En Las Vegas, una intersecci¨®n hist¨®rica.
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