M¨¢s juego, menos ninguneo al ¨¢rbitro
La labor de los jueces de silla est¨¢ siendo reducida pr¨¢cticamente a la de meros contadores de puntos, que deben ver minado, una vez m¨¢s, su sentido de utilidad
Hoy da comienzo la 137? edici¨®n del torneo de Wimbledon, la m¨¢s m¨ªtica y antigua competici¨®n del Grand Slam que se disputa desde 1877 en el All England Lawn Tennis and Croquet Club. Nosotros contamos con 13 representantes entre ambos cuadros, pero, como no puede ser de otra manera, depositaremos nuestra m¨¢xima atenci¨®n en Carlos Alcaraz, actual defensor del t¨ªtulo y uno de los favoritos a levantar el trofeo junto con el otro gran aspirante, el actual n¨²mero uno del mundo, Jannik Sinner.
Tanto el uno como el otro llegan en gran estado de forma y con la moral lo suficientemente alta como para albergar las m¨¢ximas esperanzas. El italiano, que lleva una temporada impecable, ha ganado cuatro t¨ªtulos, el ¨²ltimo de ellos en la hierba del ATP 500 de Halle. Este dato y el hecho de que el a?o pasado disputara las semifinales del grande londinense demuestran que es un jugador que se adapta muy bien a este tipo de superficie. Por su parte, despu¨¦s de su gran triunfo en Roland Garros y de saber ya c¨®mo ganar aqu¨ª, el espa?ol va a encarar con toda seguridad el torneo con una dosis extra de confianza. Es cierto que a diferencia del italiano, Carlos cay¨® derrotado en los cuartos de final en el ¨²ltimo torneo, en la hierba de Queen¡¯s. Pero este hecho me parece poco relevante y no creo que merme en nada su ¨¢nimo.
Seg¨²n tengo entendido, en este ¨²ltimo campeonato Carlos se quej¨®, y con raz¨®n, de la insinuaci¨®n de una nueva norma por la cual los jueces de silla deben apretar el bot¨®n de cuenta atr¨¢s de los 25 segundos del reloj, invariablemente antes de que hayan transcurrido los tres segundos de la finalizaci¨®n desde el ¨²ltimo punto. De momento, podremos disfrutar Wimbledon sin esta inflexible norma, ya que no la aplica, como espero que tampoco lo haga en el futuro.
Es bien sabido que a los aficionados, sobre todo a los j¨®venes, cada vez les cuesta m¨¢s mantener la atenci¨®n en cualquier actividad propia o ajena y, de ah¨ª, se deduce la intenci¨®n de los directivos del tenis de intentar adaptarse a los nuevos tiempos. La medida tiene, a mi entender, toda una serie de consecuencias negativas (que no vienen a cuento ahora) que, para nada, pueden verse compensadas por esos segundos ara?ados entre punto y punto.
La labor de los ¨¢rbitros est¨¢ siendo reducida pr¨¢cticamente a la de meros contadores de puntos, que deben ver minado, una vez m¨¢s, su sentido de utilidad. Probablemente esta sensaci¨®n acabaremos teni¨¦ndola muchos de nosotros debido al incesante acoso tecnol¨®gico, pero en el caso de los jueces, si su labor ya se vio alterada o ninguneada con la aparici¨®n del Hawk Eye (Ojo de Halc¨®n), esta nueva medida supondr¨ªa ya el toque de gracia. Hasta la aplicaci¨®n de la nueva norma ten¨ªan como principal responsabilidad el hecho de permitir m¨¢s o menos segundos de recuperaci¨®n a los tenistas, en funci¨®n de la intensidad y duraci¨®n del punto anterior. Tiene poco sentido que los jugadores dispongan del mismo tiempo despu¨¦s de un ace que despu¨¦s de un largo e intenso peloteo.
Los dirigentes tienen la misi¨®n y la responsabilidad de dirigir los derroteros que debe seguir su deporte para no perder su esencia, adaptarse a los nuevos tiempos y mantener, si no aumentar la espectacularidad del mismo. Y del acierto de sus decisiones depende, en muchas ocasiones, la popularidad de nuestro deporte. Yo creo que lo que deber¨ªan intentar es conseguir que aumente el porcentaje de tiempo en que la bola est¨¢ en juego (actualmente es del 15-20%) y que los puntos sean largos intercambios en los que los tenistas deban emplear distintas estratagemas y habilidades para anot¨¢rselos, que por algo son el tipo de peloteos que despiertan un tambi¨¦n largo aplauso del p¨²blico.
Por suerte, as¨ª seguir¨¢n permiti¨¦ndolo los jueces de silla en la presente edici¨®n de Wimbledon, administrando con su buen hacer y criterio ese no tan largo espacio de tiempo en el que el aficionado celebra un punto y los tenistas se recuperan para seguir contribuyendo al bonito espect¨¢culo.
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