Sinner, un n¨²mero uno dentro de su caparaz¨®n

En el contexto m¨¢s escandaloso del tenis, la paradoja del silencio. Es mediod¨ªa en Nueva York y en la central de Flushing Meadows, pocos aficionados a esa hora, juega el n¨²mero uno del mundo, Jannik Sinner, el hombre al que casi todo apunta y que es recibido y despedido de forma neutra. Palmas protocolarias, pero las justas. Ausencia de juicio alguno. Pega el sol como todos estos d¨ªas y la caracter¨ªstica humedad de la ciudad envuelve el episodio, pero en el interior de la caldera, ni fr¨ªo ni calor hacia el protagonista: ning¨²n signo de pronunciamiento. Entre medias, un partido del mont¨®n (2-6,...

En el contexto m¨¢s escandaloso del tenis, la paradoja del silencio. Es mediod¨ªa en Nueva York y en la central de Flushing Meadows, pocos aficionados a esa hora, juega el n¨²mero uno del mundo, Jannik Sinner, el hombre al que casi todo apunta y que es recibido y despedido de forma neutra. Palmas protocolarias, pero las justas. Ausencia de juicio alguno. Pega el sol como todos estos d¨ªas y la caracter¨ªstica humedad de la ciudad envuelve el episodio, pero en el interior de la caldera, ni fr¨ªo ni calor hacia el protagonista: ning¨²n signo de pronunciamiento. Entre medias, un partido del mont¨®n (2-6, 6-2, 6-1 y 6-2 a Mackenzie McDonald) y nada especialmente rese?able salvo el set concedido por el italiano, quien despu¨¦s se corrige, endereza y progresa de puntillas, como si no quisiera molestar despu¨¦s de la tormenta desatada desde que se anunciara el positivo por el clostebol.

Le delata la reacci¨®n en la salsa de conferencias, donde se levanta como un resorte cuando responde la ¨²ltima pregunta en ingl¨¦s, pese a que todav¨ªa queden pendientes las cuestiones en italiano. Toma asiento de nuevo y responde. ¡°Ten¨ªa curiosidad por ver cu¨¢l iba a ser la reacci¨®n de la gente, y ha sido muy positiva; estoy muy contento por el apoyo, pese a que jugaba contra un norteamericano. Estoy feliz por c¨®mo he manejado la situaci¨®n, no era f¨¢cil, as¨ª que vamos a ver c¨®mo va en la pr¨®xima ronda¡±, contesta el tenista de San C¨¢ndido, que ahora se receta ir ¡°d¨ªa a d¨ªa¡± y agradece la respuesta de sus seguidores una vez que trascendi¨® la noticia, hace ya una semana, despu¨¦s de que elevara el trofeo de Cincinnati y a las puertas de este US Open en el que su nombre ha pasado al primer plano medi¨¢tico.

Recalca Sinner que no puede controlar qu¨¦ dicen sus compa?eros del circuito, consciente de que las opiniones se cruzan estos d¨ªas y de que, al mismo tiempo, prevalecen las cr¨ªticas al proceso sobre las vertidas hacia el deportista. ¡°Si tengo algo que comentarle a alguien, se lo digo en privado porque soy as¨ª, pero en general no ha estado mal¡±, prosigue el pelirrojo, que en la sala de conferencias se expresa durante 10 minutos y el d¨ªa previo hab¨ªa profundizado en la defensa de su inocencia en una entrevista concedida a la ESPN.

¡°Repito, a m¨ª me trataron como a los dem¨¢s. La raz¨®n por la que segu¨ª jugando fue porque sab¨ªamos exactamente c¨®mo hab¨ªa entrado [la sustancia] en mi organismo y de d¨®nde proced¨ªa, ?no? Y estaba en el espray [empleado por su ya exfisio, que le masaje¨® tras, alegan, haberlo utilizado para tratar un corte]¡±, apunt¨® el gobernador actual del circuito. ¡°No he tenido un tratamiento diferente y no ha sido un periodo f¨¢cil para m¨ª, as¨ª que estoy feliz. Ha sido una ¨¦poca muy dura, de dudas, as¨ª que me alegro de que por fin haya terminado; me he quitado un gran peso de encima. Deseo que ninguno de los jugadores tenga que pasar por esto y tambi¨¦n espero que la gente entienda por qu¨¦ me dejaron seguir jugando y por qu¨¦ decidieron que no hab¨ªa culpabilidad¡±, ahondaba en el canal estadounidense, mientras el programa dise?ado por la organizaci¨®n del torneo le ubicaba en el turno matinal y no en la noche, como probablemente hubiera sucedido en otras circunstancias.

De por s¨ª discreto, Sinner asume y conf¨ªa en que vaya amainando el temporal mientras comprueba c¨®mo responde su juego. Llega con ¡°expectativas bajas¡±, adelantaba el s¨¢bado, y en la pr¨®xima estaci¨®n volver¨¢ a encontrarse con otro jugador local, Alex Michelsen, mientras en la trastienda los que dirigen hacen una exposici¨®n controlada del jugador. Campe¨®n a comienzos de curso en Australia y posteriormente en R¨®terdam, Miami y Halle, despu¨¦s del paso por Wimbledon se ausent¨® de los Juegos Ol¨ªmpicos ¡ªpor una amigdalitis de ¨²ltima hora¡ª y tampoco figura en el cartel de la Laver Cup, evento revestido de fiesta que se celebrar¨¢ en Berl¨ªn, del 20 al 22 de este mes. Por la pasarela desfilar¨¢n Alcaraz, Nadal y otras figuras de la ATP, pero no ¨¦l, el joven metido en su caparaz¨®n.

Desde arriba, el organismo que dirige el tenis masculino movi¨® ficha hace un par de meses y asign¨® a una de sus empleadas para gestionar la comunicaci¨®n del tenista, llamado a ser uno de los nuevos referentes. ¡°Esta situaci¨®n demuestra lo fuerte que es mentalmente. No s¨¦ qu¨¦ es vivir con algo as¨ª dentro de ti durante meses, pero se las ha arreglado para ser competitivo y ha jugado siempre muy bien. Se ha quitado un peso muy grande de encima y seguro que a partir de ahora se sentir¨¢ mucho mejor¡±, sostiene el croata Ivan Ljubicic, el ¨²ltimo t¨¦cnico de Roger Federer. El runr¨²n, sin embargo, suena con la misma fuerza que persiste el ruido que acompa?a a los partidos en la Arthur Ashe, donde el aficionado de momento observa y se contiene en medio de una extra?a atm¨®sfera.

Sinner, epicentro de hoy contra su voluntad.

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