Nadal, Djokovic y un desvirtuado ep¨ªlogo de la edad de oro
El serbio vence al espa?ol en una desequilibrada exhibici¨®n en Riad (6-2 y 7-6(5), despu¨¦s de casi dos d¨¦cadas de enfrentamientos al l¨ªmite entre las dos leyendas. Sinner remonta a Alcaraz en tres sets y se apropia del gran premio: 5,5 millones
Gui?o, sonrisa p¨ªcara y abrazo. Hermoso fotograma, pero deslucido adi¨®s el de esta rivalidad grandiosa que termina bajo el formato de una exhibici¨®n, lejos de los hist¨®ricos escenarios que la han acompa?ado y en medio de una multitud ajedrezada, entre t¨²nicas blancas y velos negros. Ahora s¨ª, se acaban los Djokovic-Nadal, el pulso m¨¢s repetido, igualado y encarnizado de la historia del tenis. Poco importa el resultado de este ap¨¦ndice de Arabia Saud¨ª, favorable esta vez al de Belgrado (6-2 y 7-6(5), tras 1h 31m). En juego, entre la honrilla y nada. Atr¨¢s quedan los 60 episodios previos (oficiales) y de m¨¢xima intensidad entre los dos competidores m¨¢s feroces de todos los tiempos, puro fuego, de imborrable recuerdo para el aficionado. Parti¨® el serial hace 18 a?os en el genuino marco de Par¨ªs y termina ahora en el sint¨¦tico de Riad, en medio de una atm¨®sfera extra?a y de alguna forma contranatural. Anticlim¨¢tica. Al l¨ªmite cada vez que se divisaban el uno al otro al otro lado de la red, en esta ocasi¨®n no hubo adrenalina ni emoci¨®n alguna.
Nadie sabe mejor que los tenistas d¨®nde est¨¢n y hasta d¨®nde pueden dar. As¨ª que, respetuoso, Djokovic contemporiz¨® sabiendo que este ¨²ltimo fasc¨ªculo no dejaba de ser un artificioso adherido de ¨²ltima hora y las dos leyendas terminaron abraz¨¢ndose, porque al fin y al cabo son lo que son y est¨¢n donde est¨¢n por el efecto de esa retroalimentaci¨®n tan lejana y enriquecedora para ambos: Nadal no hubiera llegado tan lejos sin Nole, como probablemente este tampoco se hubiera multiplicado sin el acicate permanente del espa?ol. Admiraci¨®n rec¨ªproca y unas ¨²ltimas palabras antes de enterrar el hacha de guerra. ¡°Tengo el m¨¢ximo respeto por ti, Rafa. Incre¨ªble deportista y persona¡±, expres¨® el serbio, propietario de 24 grandes. ¡°Me ayudaste a ir por encima de mis l¨ªmites durante m¨¢s de 15 a?os, as¨ª que gracias porque de lo contrario no ser¨ªa el jugador que soy hoy¡±, le correspondi¨® el espa?ol, con solo dos majors menos (22) en el zurr¨®n.
Se cierra esta maravillosa saga en un marco que no le hace justicia, en un episodio m¨¢s comercial que lustroso ¡ªno se inscribir¨¢ en el casillero oficial¡ª y con un tono m¨¢s bien descafeinado por las circunstancias. En cualquier caso, queda la foto. Los tent¨¢culos del dinero llegan al fin del mundo. Nadal y Djokovic, juntos en una pista por ¨²ltima vez, cuerpeando en estaciones diferentes pese a que en t¨¦rminos generacionales hayan compartido pr¨¢cticamente todo el trayecto. Al serbio, 37, a¨²n le quedan fuerzas y f¨ªsico para intentar el asalto al en¨¦simo r¨¦cord, sabiendo que el reloj empieza a jugar ya en su contra y que competitivamente se han situado por delante dos nuevos fueras de serie que inician el viaje; el mallorqu¨ªn, 38, enfoca ya el adi¨®s, fijado para el pr¨®ximo mes en M¨¢laga. Ah¨ª se producir¨¢ la despedida definitiva, pero para no perder las viejas costumbres, no sin inc¨®gnitas hacia la fecha.
Nadal tan solo ha podido jugar de manera intermitente esta temporada y tras los sorbos veraniegos en Bastad y los Juegos de Par¨ªs renunci¨® a seguir compitiendo para concentrarse en extraer la decisi¨®n final: lleg¨® la hora. El par¨¦ntesis, por tanto, se a?ade a los efectuados previamente por la fuerza y la consecuencia es un esbozo. M¨¢s all¨¢ de que el formato de exhibici¨®n no invite a tomar riesgo alguno, este Nadal de Riad nada ha tenido que ver con el Nadal tradicional, ni tampoco con el que aterriz¨® en mayo en Roland Garros con el punto de filo todav¨ªa suficiente como para rebatir por aquellas fechas a tenistas de primera l¨ªnea como Alexander Zverev, verdugo entonces. Cerrado ese episodio, dudas y m¨¢s dudas, y un careo ol¨ªmpico con Nole que ya insinu¨® un desequilibrio grande. Consciente de su estado actual, el balear l¨®gicamente no se reconoce y queda por ver c¨®mo maniobrar¨¢ en la Copa Davis.
Nole, decoroso
All¨ª, bajo la cubierta del Mart¨ªn Carpena, habr¨¢ mucho en juego m¨¢s all¨¢ del adi¨®s. Es decir, fiesta, s¨ª, pero la justa. Lo prioritario para el equipo espa?ol y para el propio Nadal, quien as¨ª lo remarca, es el objetivo de fondo: alzar una s¨¦ptima Ensaladera, de modo que independientemente de las despedidas prevalecer¨¢ la responsabilidad. As¨ª lo deslizaba el propio protagonista tras el bolo del jueves contra Alcaraz. ¡°A nivel emocional estar¨¦ preparado, pero en t¨¦rminos f¨ªsicos y ten¨ªsticos no lo s¨¦. A¨²n tengo un mes por delante. Voy a prepararme para ello, intentar¨¦ llegar en buena forma para ayudar al equipo a ganar. Si me siento preparado y el capit¨¢n [David Ferrer] piensa lo mismo, ser¨¢ su decisi¨®n, pero si no me siento listo, ser¨¦ el primero en apartarme del individual y ver de qu¨¦ otra forma puedo ayudar. Si no estoy al cien por cien o me veo lejos de ganar mi partido, no saldr¨¦ a la pista¡±, suger¨ªa el de Manacor.
El caso es que hoy por hoy, al espa?ol le faltan l¨®gicamente piernas, ritmo y lucidez, un poco de todo. As¨ª que, decoroso con una rivalidad que hist¨®ricamente ha despedido chispas y tensi¨®n por todos lados, dio la sensaci¨®n de que Djokovic opt¨® por no apretar y levantar el pie del acelerador para que la tarde tuviera algo de miga. Enseguida se le vio a Nadal inc¨®modo consigo mismo, con su juego, con su saque, con sus tiros; imposible en otros tiempos esa sucesi¨®n de bolas a la red y al pasillo, las dobles faltas y la lentitud de reflejos. Dos roturas decantaron el primer parcial y el segundo ofreci¨® un punto m¨¢s de discusi¨®n, cuando el motor del balear adquiri¨® algo de calor y su brazo encontr¨® direcci¨®n. Ah¨ª s¨ª, un par de intercambios espectaculares y un mu?ecazo con marca registrada ¡ªen carrera, paralelo, pelota al ¨¢ngulo¡ª para prorrogar la acci¨®n, resuelta finalmente por el balc¨¢nico en el desempate.
¡°Nuestra rivalidad ha sido muy intensa, as¨ª que espero que podamos reunirnos en alg¨²n para¨ªso para rememorar todo esto. Ha sido un honor volver a compartir pista contigo. Mereces todo lo que has conseguido, dejas un legado incre¨ªble; gracias de parte de todo el mundo del tenis. Qu¨¦date un poquito m¨¢s, no lo dejes¡±, le reclam¨® Djokovic, antes de que Nadal cogiera el mic¨®fono, le deseara suerte y sellara definitivamente una edad de oro que ya es historia, con la retirada inicial del suizo Roger Federer hace dos a?os y la marcha anunciada del segundo t¨®tem en poco m¨¢s de un mes. De 2006 a 2024, sobre cuatro de los cinco continentes y alcanzando cotas insospechadas de juego, se empujaron siempre sin cesar. Elogio a la fricci¨®n. Nadal y Djokovic, el gran cl¨¢sico. Inspirado el uno por el otro: ¡°Enhorabuena por tus t¨ªtulos y tu carrera, Novak. Te deseo lo mejor para el futuro¡±.
EL GRAN BINGO DEL N?MERO UNO
Si la era dorada se apaga, el nacimiento de otra que coge el testigo se consolida. Si los envites entre Nadal y Djokovic han sido una constante, parece que también lo serán los cruces entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, quienes debatieron a continuación en forma de contraste. Frente al perfil conmemorativo del primer partido del día, el segundo deparó un intercambio de dentelladas sin compasión, del que salió bien parado el italiano: 6-7(5), 6-3 y 6-3.
Dice el número uno (23 años) que en los últimos meses está siendo complicado dar con la felicidad, pese a que sigue sumando títulos y afianzándose como el mejor tenista del curso. Gana más que ninguno, pero la sombra del dopaje le persigue —el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) debe emitir el fallo final tras el caso de doble positivo por clostebol— y la amenaza del castigo sigue planeando sobre él.
En Riad, al menos, encuentra consuelo económico porque ya es, oficialmente, el propietario del cheque más elevado que se ha entregado en el contexto del tenis: 6 millones de dólares, 5,5 de euros. El de San Cándido y Alcaraz (21) se toparon por cuarta vez este año y, después de tres triunfos del español, el líder del circuito se adjudicó una victoria tan intrascendente en lo deportivo como rimbombante en lo monetario.