Demasiados privilegios

?El socio, unido, jam¨¢s ser¨¢ vencido?, es el grito que tuvo que escuchar Montal no hace mucho en el Camp Nou. Nada de particular tiene, que este mimetismo pol¨ªtico se manifestara en el estadio desde el que se afirma, y con raz¨®n, que el Barcelona es algo m¨¢s que un club. Extra?o fue que en el Bernab¨¦u se le gritara al entrenador yugoslavo ?Miljanic escucha, Molowny est¨¢ en la lucha.? Y m¨¢s extra?o todav¨ªa que. algunos se manifestaran contra el viejo patr¨®n de la casa. El deporte espa?ol, que en los ¨²ltimos a?os ha aprendido a gritar y palmear como los ingleses, adapta de muy buena gana slogans famosos en Chile o Portugal. En cambio, los dirigentes futbol¨ªsticos, a pesar de lo que demuestra la experiencia, son reacios a la adopci¨®n de las buenas normas de otros pa¨ªses.En Inglaterra el inter¨¦s de la, Copa no decae, poque el sistema que se sigue da opci¨®n a que un equipo de Segunda Divisi¨®n alcance el t¨ªtulo. La Copa en Espa?a, en los ¨²ltimos a?os, se ha convertido en una especie de torne clandestino. La victoria del Tenerife sobre el Madrid, ha venido a demostrar que sin tantos privilegios como disfrutan los clubs de Primera, el campeonato podr¨ªa tener un mayor inter¨¦s.

El f¨²tbol nacional est¨¢ en manos de los grandes clubs, ellos son en definitiva quienes manejan la Federaci¨®n y la propia asamblea y, naturalmente, son los que condicionan cuanto se planifica. No es excusa suficiente decir que los grandes tienen exceso de partidos y no pueden arriesgarse a intervenir en la copa desde el inicio. Quienes juegan torneos europeos y campeonatos veraniegos, lo hacen-por su propio inter¨¦s. El partido ¨²nico en las primeras rondas podr¨ªa ser una innovaci¨®n interesante. Pero hay que suponer que la dictadura de los caciques, no lo permitir¨¢.