Pobres y ricos discuten un "nuevo orden econ¨®mico"
El punto culminante en la preparaci¨®n de la UNCTAD de Nairobi fue la Conferencia cle Manila celebrada del 2 al 7 de febrero de 1976 en la que los 110 pa¨ªses subdesarrollados pertenecientes al denominado Grupo de los 77 aprobraron una lista de reivindicaciones y un programa de acci¨®n a presentar a los pa¨ªses desarrollados para arrancar de listos el m¨¢ximo de concesiones con vistas a la b¨²squerla de un orden econ¨®mico mundial m¨¢s justo. Desde entonces, los pa¨ªses desarrollados -el conocido Grupo B de la UNCTAD- se han reunido en el ser o de la OCDE para tratar de dise?ar el frente com¨²n de hasta d¨®nde van a transigir en el curso de las sesiones de la Conferencia de Nairobi que van a prolongarse hasta el pr¨®ximo d¨ªa 28 de mayo.Esta IV Conferencia fue dise?ada, en su programa definitivo, en el Consejo de Comercio Y Desarrollo celebrado el octubre pasado en Ginebra y, adem¨¢s de los puntos normales de protocolo y orden, se abordan problemas referidos a una serie de temas sustantivos: el prograrna integrado de la UNCTAD, sobre materias primas, el desarrollo y diversiflicaci¨®n de exportaciones de los pa¨ªses subdesarrollados, Las tendencias recientes del comercio internacional los problemas monetarios y financieros conexos a la necesidad de tranferir recursos reales a los pa¨ªses m¨¢s atrasados, el c¨®digo de conducta en materia de transferencia de tecnolog¨ªa, las medidas especiales en favor de los pa¨ªses m¨¢s atrasados de entre los subdesarrollados y los pa¨ªses insulares y sin litoral, la cooperaci¨®n econ¨®mica entre pa¨ªses pobres, las relaciones Este-Oeste y las recomendaciones que rededuzcan del cambio de condiciones internacionales en relaci¨®n al papel, que debe jugar la UNCTAD er la esfera de las relaciones internacionales.
Como pasa en todas las UNCTAD, Ginebra, 1964; New Delhi, 1968; Santiago de Chile, 1972 y ahora Nairobi.) los planteamientos de los que parten ricos y pobres son dispares y los puntos de convergencia a los que se llegan dependen, muchas veces, de los condicionantes y circunstancias que enmarcan su celebraci¨®n. As¨ª, por ejemplo, los trabajos de la III UNCTAD, abiertos por el presidente Allende, vinieron connotados por la grave crisis monetaria internacional que se hab¨ªa desencadenado y que culmin¨® con las medidas de Nixon del verano de 1971, meses antes de la reuni¨®n de Santiago de Chile. Las preocupaciones que flotan en el aire, estos d¨ªas, en Nairobi son numerosas, pero entre todas ellas resaltan tres: los avances realizados en,el seno de las Naciones Unidas para modelar lo que se ha dado en denominar el ?Nuevo orden econ¨®mico mundial?, la secuela de desequilibrios de balanzas de pagos y tensiones de materias primas generadas tras la crisis energ¨¦tica desencadenada por los pa¨ªses exportadores de petr¨®leo desde finales de 1973 y el nuevo papel al que la UNCTAD debe habituarse tras la apertura de una nueva l¨ªnea de di¨¢logo ricos-pobres: la Conferencia sobre la Cooperaci¨®n Econ¨®mica Internacional iniciada en Par¨ªs en diciembre de 1975.
A lo largo de varios meses de confrontaci¨®n y negociaciones entre pa¨ªses subdesarrollados y desarrollados se han manifestado los problemas -que en mi opini¨®n- son los puntos m¨¢s conflictivos de esta UNCTAD de Nairobi: el intento de definici¨®n del programa integrado de materias, primas, la aprobaci¨®n del C¨®digo de Conducta relativo a transferencia de Tecnolog¨ªa -propuesto por los pobres y al que se oponen en su forma coercitiva actual los desarrollados, la petici¨®n de los subdesarrollados arruinados de convocar una conferencia, entre pa¨ªses acreedores, y deudores para aliviar el problema de su deuda, enterna, el cambio de sistemi de voto en ciertos organism, os internacionales para aumentar el peso de los pobres erel proceso de adopci¨®n de decisiones y el ajuste ilutitucio,nal de la UNCT AD P los nuevos, plantearnientos del di¨¢logo Norte-Sur, con la mirada puesta endotarla de un aparato de negociaci¨®n que la haga m¨¢s, apta la acci¨®n concreta.
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