La guerrilla llama a la resistencia popular
Uno de los problemas m¨¢s graves que deben enfrentar los militares argentinos desde el gobierno es, indudablemente, la guerra sin cuartel a que les someten los dos grupos guerrilleros m¨¢s poderosos de Am¨¦rica Latina.El precavido silencio mantenido por la oposici¨®n durante los d¨ªas posteriores al golpe de Estado s¨®lo fue roto por la acci¨®n de los comandos del ?Ej¨¦rcito Revolucionario del Pueblo? y de los ?Montoneros?. Sumado a ellos, el Partido Aut¨¦ntico, formado a principios de 1974 por la izquierda peronista, emiti¨® una declaraci¨®n desde la clandestinidad en que se critica duramente al nuevo r¨¦gimen y convoca a la resistencia obrera para derrocarlo. ?La ¨²ltima reserva del sistema -dice el llamamiento- juega ahora desembozadamente sus cartas y pretende que, suprimiendo los partidos pol¨ªticos, va a suprimir la pol¨ªtica; que acabando con la burocracia sindical, terminar¨¢ la resistencia de los trabajadores, que, reprimiendo a mansalva lograr¨¢ el ?orden? que necesitan los monopolios para tener una ?razonable? tasa de rentabilidad?. Y finalmente anuncia: ? Los militares van a fracasar porque la crisis trasciende la desdichada gesti¨®n de los traidores y abarca al conjunto del sistema capitalista dependiente que soporta nuestro pa¨ªs?.
Los altos mandos castrenses, aunque lejos de amedrentarse, saben de sobra que sus m¨¢s enconados enemigos no s¨®lo cuentan con los suficientes efectivos y pertrechos como para iniciar la ofensiva anunciada. Desde 1955 a 1973, periodo de la historia argentina en que rotaron por la Casa Rosada gobiernos civiles y militares que mantuvieron proscripto al peronismo, los trabajadores acu?aron una s¨®lida experiencia en materia de resistencia. Ante la intervenci¨®n de los sindicatos, el congelamiento de salarios y la represi¨®n indiscriminada opusieron las organizaciones clandestinas el sabotaje sistem¨¢tico y las insurrecciones masivas. Por ¨²ltimo, el deterioro econ¨®mico que sufri¨® el pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os con la consiguiente pauperizaci¨®n de las clases medias y bajas, constituyen un elemento m¨¢s que, a juicio de los uniformados podr¨ªa contribuir a llevar agua al molino de los guerrilleros.
A eso mismo se refer¨ªa el general Videla cuando afirmaba, poco antes de encabezar el golpe, que el choque armado con los irregulares s¨®lo deb¨ªa entretener el 10 por 100 de los esfuerzos mientras que el resto de la lucha ten¨ªa que asumir el gobierno erradicando la miseria. En la actualidad teniendo en cuenta su doble condici¨®n de comandante en jefe y presidente, la oportunidad de aplicar esa teor¨ªa coherentemente est¨¢ en sus manos. De ello depende, en definitiva, el rumbo que en el futuro tornar¨¢ Argentina.
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