Respeto a los ciudadanos
EN LAS P?GINAS de Madrid publicamos hoy un relato de los sucesos del domingo en Aranjuez, en los que, bien a su pesar, se vieron involucrados dos redactores de EL PA?S, uno de los cuales est¨¢ hospitalizado. Estos sucesos, harto repetidos, nos merecen dos reflexiones.Los periodistas no son en modo alguno, por s¨ª mismos, ni m¨¢s ni menos importantes que los dem¨¢s ciudadanos. Sencillamente necesitan unas especiales condiciones de trabajo para informarse y transmitir sus informaciones. Su trabajo les lleva a situaciones de peligro o dificultad que asumen voluntariamente. Ah¨ª est¨¢, por ejemplo, la muerte! del corresponsal de Le Monde en el L¨ªbano, sucedida ayer a causa de una bala perdida. Pero ni quieren ni deben encontrar entre esos peligros malos tratos o humillaciones por parte de quienes tienen la misi¨®n de protegerles. Por el contrario, se espera de la fuerza p¨²blica facilidades para cumplir un trabajo de inter¨¦s social, como el de informar. No entramos hoy en las razones del Estado para disolver una concentraci¨®n de ciudadanos, pero s¨ª sabemos muy bien de la obligaci¨®n que los periodistas tienen de informar a la sociedad sobre la propia concentraci¨®n.
Todo. lo que hasta el momento se ha hecho en, defensa de los periodistas que cubren informaciones conflictivas en suelo nacional apenas ha servido de nada. Si se desea una informaci¨®n objetiva y libre -absolutamente imprescindible en una sociedad soberana y responsable- sobran excusas o buenas palabras. S¨®lo cuando los representantes de la autoridad entiendan y hagan suya esa filosof¨ªa, los profesionales de: la informaci¨®n dejar¨¢n de ser protagonistas de las noticias.
La segunda reflexi¨®n es, sin duda, la m¨¢s importante. Tan importante que s¨®lo) puede expresarse con palabras muy sencillas: no se, puede maltratar a la gente. Es preciso el m¨¢s alto respeto hacia los agentes del orden y es necesario el respeto de esos mismos agentes hacia las personas, est¨¦n detenidas o no. Las fuerzas de orden p¨²blico tienen una dif¨ªcil misi¨®n que cumplir en estos momentos de la vida espa?ola. Muchos de sus miembros han sido asesinados o brutalmente agredidos por miembros de organizaciones terroristas. Pere, la condena un¨¢nime de estos execrables hechos no impide el rechazo de la violencia f¨ªsica que en algunos casos se ejerce por representantes de la autoridad sobre los ciudadanos.
Tambi¨¦n aqu¨ª una informaci¨®n libre es garant¨ªa de honor para quien pueda v¨¦rselo menoscabado por los rumores. Las leyes deber¨ªan ser revisadas para permitir, al igual que en legislaciones de otros pa¨ªses occidentales, la asistencia de defensores a los detenidos desde el momento mismo de su detenci¨®n. Con ello se dar¨ªa un paso rea? y concreto en la construcci¨®n de la democracia y en el reconocimiento del respeto debido a todo ser humano.
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