J. Villacieros, en 1430, y Jean Claude, en 1800, vencedores

Anulada la prueba internacional de G.T. 200 km. del Jarama por falta de inscripciones (solamente tres concursantes inscritos), las carreras del domingo quedaron reducidas a las f¨®rmulas de promoci¨®n 1430 y 1800, puntuables para el Campeonato de Espa?a.La afluencia masiva de participantes en la f¨®rmula 1430 dio lugar, despu¨¦s de los entrenamientos del s¨¢bado, a dos mangas clasificatorias previas, que tuvieron lugar el domingo por la ma?ana. En el transcurso de la primera, tuvo lugar un aparatoso accidente. Ayuso, que conduc¨ªa el coche n¨²mero 13 no debi¨® ver a tiempo la bandera que le mostraba el comisario de puesto, indicando la existencia de aceite en la pista; perdi¨® el control de su coche y atropell¨® al comisario y a dos bomberos. Despu¨¦s de ser trasladados a La Paz, supimos por los servicios m¨¦dicos del circuito que afortunadamente las heridas no revest¨ªan la gravedad que se pens¨® en un principio.

Terminadas estas pruebas selectivas, quedaron clasificados los 25 participantes que despu¨¦s tomaron parte en la carrera definitiva, celebrada a continuaci¨®n de la 1800.

Segunda de las pruebas del presente Campeonato de 1430, la carrera tuvo muy pocos, alicientes. Es tan evidente la diferencia de preparaci¨®n de coches y pilotos, que al igual que suceder¨ªa hace una semana, la lucha desde el primer momento qued¨® reducida a los tres coches de cabeza, pilotados por Villacieros, Beltr¨¢n y Nogu¨¦s. Despu¨¦s de la primera vuelta, en la que Villacieros parti¨® en tercera posici¨®n, ¨¦ste adelanta con toda tranquilidad a sus rivales y manda hasta el final, entrando vencedor en la meta. 1, Villacieros. 2, R. Beltr¨¢n. 3. P Nogu¨¦s. 4, M. Molons. 5, Simonetti.

F¨®rmula 1800

Empieza a no parecernos muy seria la notoria diferencia en la mec¨¢nica de alguno de los coches que toman parte en estas carreras, en las que no deb¨ªa haber diferencia alguna. Este Campeonato, bien planteado en un principio, unido a los fabulosos tiempos conseguidos por estos incre¨ªbles monoplazas, bien merecen un poco m¨¢s de orden. Nunca hasta ahora se hab¨ªan fabricado en Espa?a coches de competici¨®n en los que ir fraguando buenos pilotos. Sin embargo, la evidente anarqu¨ªa puede muy bien acabar con la gallina de los huevos de oro.

Villacieros rompe en entrenamientos su motor habitual, utiliza un segundo motor y Jean Claude se le escapa en las rampas. Ferrer, que no pod¨ªa acercarse a estos dos en la carrera anterior, despu¨¦s de hacer dos trompos, cuando encabezaba la prueba, le vemos recuperar y subir la rampa Pegaso como una centella. No hace falta ser un genio de la mec¨¢nica para apreciar estas notorias diferencias. S¨®lo falta por ver qui¨¦n ?inventa? m¨¢s y mejor en la pr¨®xima carrera.

Dejando por el momento a un lado estas apreciaciones, justo es reconocer que el vencedor, Jean Claude, ha aguantado magn¨ªficamente a Villacieros hasta la ¨²ltima vuelta, en que ¨¦ste casi le adelanta en un espectacular intento. Al fin ha ganado meritoriamente en esta particular pugna que ambos pilotos mantienen en cada carrera. Canomanuel, que manten¨ªa estupendamente un tercer puesto, hizo un trompo a pocas vueltas del final. Malogr¨® as¨ª una estupenda actuaci¨®n. Clasificaci¨®n final: 1, Jean Claude. 2, J. I. Villacieros. 3, J. L. Ferrer. 4, Gonz¨¢lez de Nicol¨¢s. 5, Canomanuel. 6, J. M. Luengo.