El transporte, problema cr¨ªtico de los barrios del Suroeste
?El habitante medio de la zona suroeste de Madrid emplea diariamente para desplazarse desde el trabajo, al menos dos horas. Si este habitante medio trabaja al d¨ªa entre ocho o nueve horas, duerme durante otras ocho y entre comidas y aseo personal utiliza tres o cuatro m¨¢s, ?que tiempo le resta cada d¨ªa para desarrollar otra actividad, familiar, cultural, sindical, pol¨ªtica, de perfeccionamiento profesional... o de ocio?Con estas frases comienza la, presentaci¨®n del libro El transporte urbano, gran problema del Suroeste de Madrid, realizado por Ia comisi¨®n de urbanismo del Co-legio de Arquitectos de Madrid y, promovido por entidades vecinales de la zona.
El texto consiste en un estudio informativo y anal¨ªtico de los problemas que han hecho del transporte el ¨²ltimo efecto y la primera causa de la red de cuestiones que atenaza la vida cotidiana de esta enorme franja aleda?a a Madrid. El ¨¢mbito del estudio abarca las ¨¢reas situadas ?m¨¢s all¨¢ del Manzanares? y hasta los municipios de Alcorc¨®n, M¨®stoles, Fuenlabrada, Parla, Pinto y Getafe como l¨ªmites imprecisos de una expansi¨®n ultraurbanas que no parece detenerse.
Despu¨¦s de considerar en una estimaci¨®n aproximada la poblaci¨®n del suroeste madrile?o en un mill¨®n y medio de habitantes, y poner de manifiesto la implosi¨®n demogr¨¢fica que se observa en el ¨¢rea, se estabIecen zonas de extracci¨®n laboral diferenciadas, de clase obrera industrial alrededor del eje que forma la carretera de Andaluc¨ªa y de clase obrera, profesionales medios y empleados en torno al de la carretera de Extremadura.
El problema del Suroeste, ya populoso durante las etapas posteriores a la guena civil, se increment¨® notablemente con la absorci¨®n de la mano de obra que acced¨ªa a Madrid para incorporarse a su desarrollo industrial. La instalaci¨®n semi-provisional de esta poblaci¨®n se realiza mediante chabolas o casas bajas que permit¨ªan a sus habitantes un cierteo nivel de ahorro capaz de permitir la adquisici¨®n ulterior de pisos. Como quiera que el centro de Madrid rebosaba en algunos n¨²cleos y en los restantes, las condiciones delas,viviendas se hallaban anticuadas y generalmente degradadas, resultaba preferible esperar alg¨²n tiempo y disponer luego de viviendas de mejor factura y superiores condiciones dealojamiento y habitabilidad.
Pisos
La oferta de pisos -a?ade el informe-paulatinamente fue creciendo, pero no de un modo gradual, ordenado, sino, sometida a los recovecos que la especulaci¨®n imprim¨ªa a este proceso. Se construy¨® a saltos -¨¢reas edificadas, trechos rasos- al valorizar las zonas intermedias. Adem¨¢s, no importaba mucho que las parcelas elegidas, para edificar carecieran de la infraestructura propicia con evidente orquestaci¨®n se anunciaban servicios de inauguraci¨®n inminente, servicios que demoraban a?os y a?os su puesta en marcha. En algunos puntos se estim¨® como alternativas a las carencias descritas las zonas rurales o los peque?os pueblos de la provincia de Madrid, que al menos ofrec¨ªan ciertos m¨ªnimos de urbanizaci¨®n en sus calles, algunas pavimentadas y con alumbrado, con redes el¨¦ctricas y canalizaci¨®n de agua. Dos grandes v¨ªas, las carreteras de Extremadura y la de Andaluc¨ªa, resultan ineficaces para conducir el flujo, de viajeros a Madrid. V¨ªas cuando no estrechas, carentes de se?alizaci¨®n, pasos elevados, pasos de cebra, arcenes, paradas de autobuses en condiciones... El transporte privado en autom¨®vil, acarrea costos elevados para el poder adquisitivo de los habitantes; las dos terceras partes de ¨¦stos carecen de ¨¦l. Adem¨¢s, el autom¨®vil requiere estacionamientos, de los que el centro de Madrid anda escaso. El transporte colectivo muni cipal, si la zona rebasa el t¨¦rmino, no cubre estas ¨¢reas y las camionetas perif¨¦ricas, tambi¨¦n arrastran por su escasez hacinamientos, demoras e infrecuencias evidentes. Las l¨ªneas no cubren circuitos interiores -muy extensos- aptos para vincular el suroeste con el su resto y el usuario necesita aportar un plus de tiempo para acudir al trabajo.
Suburbano
En cuanto al suburbano, su ritmo de absorci¨®n de viajeros resulta sensiblemente inferior al del Metro central de Madrid. Material a?oso -los vagones tienen casi veinte a?os- y condiciones de higiene y salubridad deficientes, los hacinamientos y los peligros que estos llevan aparejados, no le dan el cariz de un transporte r¨¢pido ni seguro; el tiempo adicional que se utiliza en acceder a ¨¦l, durante una hora punta o abandonarlo (sobresaturaci¨®n de las terminales de Plaza de Espa?a y San Bernardo) es preciso sumarle la falta de nuevas redes que vinculen Madrid a otras franjas de la periferia.Tampoco el ferrocarril posee condiciones satisfactorias, pues o bien carece de electrificaci¨®n (Madrid-Getafe-Parla, Madrid-Legan¨¦s-Fuenlabrada), o bien su frecuencia media, como en el caso de la l¨ªnea Madrid-Pinto, no excede la de un tren cada hora.
EI informe, que conecta en una red de causas y efectos esta problem¨¢tica, pone especial acentuaci¨®n en el deterioro de la calidad de la vida cotidiana que los vecinos del suroeste de Madrid sufren cotidianamente. Con un detallado caudal de datos cuantitativos sobre el espectro de los transportes en esta zona gigante del Madrid perif¨¦rico se contrastan las medidas que todav¨ªa ?en estudio?, la Administraci¨®n central y local pergue?an sin prisa.
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