Berlinguer y Marchais hablar¨¢n hoy en un mit¨ªn comunista en Par¨ªs
Enrico Berlinguer y Georges Marchais, secretarios generales, respectivamente, de los Partidos Comunistas de Italia y Francia, acaparan hoy la actualidad pol¨ªtica francesa y europea por el mitin conjunto que las dos formaciones representativas del eurocomunismo organizaron para esta tarde a las afueras de Par¨ªs; all¨ª se mezclar¨¢ la identidad ideol¨®gica con la divergencia en la praxis.
Los muros de las calles de Par¨ªs y de muchas ciudades francesas, con las efigies de Berlinguer y March¨¢is, secretarios generales de los Partidos Comunistas italiano y franc¨¦s, ya dicen algo de la importancia que los segundos conceden al mitin de esta noche, en la periferia parisiense. El PCF, desde hace dos semanas, ha desplegado todos los medios publicitarios a su alcance, y desde anoche ya est¨¢n llegando a la capital, procedentes de toda Francia, militantes y simpatizantes, camino de la Porte de Pantin, en donde los dos l¨ªderes disertaron sobre ?la solidaridad profunda la cooperaci¨®n, las luchas por el progreso social, econ¨®mico y por la democracia?. Si una coalici¨®n de izquierdas sube al poder, despu¨¦s de las pr¨®ximas elecciones italianas del 21 de junio actual, los comunistas franceses obtendr¨ªan su beneficio ante los aliados del programa com¨²n y entre la opini¨®n p¨²blica, lo dicho de manera inmediata.A m¨¢s largo plazo, sin que los ?comunistas franceses busquen las f¨®rmulas de ¨¦xito en Berlinguer?, como simplifica un diario pro gubernamental, si parece evidente que el PCF, en v¨ªas de evoluci¨®n, quisiera que un d¨ªa no lejano la opini¨®n francesa lo apreciara sin las reticencias que lo hace el PC italiano.
M¨¢s ampliamente, el mitin comunista franco-italiano se sit¨²a en un contexto de singular inter¨¦s para Europa, a las puertas del poder con elecciones m¨¢s o menos pr¨®ximas. En Francia, que, ayer el se?or Lecanuet, ministro de Justicia, calific¨® de ?la m¨¢s importante despu¨¦s de la ¨²ltima guerra mundial?, como consecuencia de la fuerza, cada d¨ªa m¨¢s evidente, de la alianza comunistas-socialistas, interrogante en el mismo sentido, en Portugal y en Espa?a, y todo ello. ante la vigilancia, inquieta, de las socialdemocracias n¨®rdicas y del guardi¨¢n de occidente, USA, sin perder de vista la repercusi¨®n eventual de una Europa latina de izquierdas en el Este europeo controlado por la URSS.
Fue en 1973 cuando los franceses empezaron a tomar en serio su aggiornamento. Los ¨¦xitos electorales de los comunistas italianos y las herej¨ªas explosivas de los comunistas espa?oles, no contribuyeron poco en ello. As¨ª llegaron la visita a Roma de March¨¢is el a?o pasado, y el viaje de vuelta, de Berlinguer, el noviembre del mismo a?o, para firmar una declaraci¨®n com¨²n de principios generales: ?desarrollo de la garantia de libertades, descentralizaci¨®n democr¨¢tica del Estado y ?democratizaci¨®n de la CEE?.
Lo expuesto no excluye divergencias entre ambos partidos, en materia de principios y de estrategia, tanto porque ambos son hijos de sociedades distintas, como por las circunstancias actuales que condicionan las v¨ªas nacionales de cada cual hacia el socialismo. Berlinguer afirma que ?no se puede gobernar con el 51 por 100?, mientras March¨¢is, al lado de los socialistas, ?que no son, la democracia cristiana italiana?, subir¨ªa al poder ma?ana mismo. Y, sobre todo, en materia de pol¨ªtica europea, los comunistas galos, como los gaullistas, difieren sustancialmente de los italianos: estos ¨²ltimos ven en el marco de la CEE la reestructuraci¨®n de muchos problemas italianos, mientras los comunistas franceses gritan la independencia nacional -como panacea intocable.
Y, por fin, el compromiso hist¨®rico preconizado por Berlinguer, implica una estrategia diferente de la de March¨¢is frente a sus aliados reales y potenciales: el cristiano franc¨¦s puede asimilarse al laicismo, mientras para los italianos ser cat¨®lico, adem¨¢s, es una forma de definirse socialmente.
Pocas horas antes del mitin Marchais-Berlinguer, se comenta una intervenci¨®n del gaullista -hist¨®rico, se?or Sanguinetti, ministro en varias ocasiones y anticomunista declarado: ?Si el PCI, dice, no est¨¢ desbordado por los izquierdistas, podr¨¢ proporcionarle a Italia lo que este pa¨ªs necesita: la seguridad de los ciudadanos, el orden y el sentido de la colectividad. Luego, no s¨¦ lo que har¨¢ con las libertades?. Aludiendo a una posible victoria comunista en Italia, dijo: ?Un Gobierno con los comunistas, en Italia, no altera el equilibrio de la estrategia mundial, y la OTAN, como la CEE, se adaptar¨¢n.
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