Violencia y erotismo en Andr¨¦s Cillero
En la galer¨ªa Punto de Valencia presenta Andr¨¦s Cillero veintiuna obras, realizadas entre 1972 y 1975. Pertenecen, por tanto, estas pinturas a una etapa crucial en la vida del artista valenciano, el momento de afirmaci¨®n de una manera de hacer, en la que la lucidez de una toma de conciencia, llega a sus ¨²ltimos resultados pl¨¢sticos y narrativos.En la medida que es posible establecer una perspectiva, la trayectoria de Cillero, responde a una toma de conciencia en torno: a diversos fen¨®menos, categor¨ªas y motivaciones, pero principalmente, a la definici¨®n de un cierto ¨¦nfasis sobre dos dimensiones de nuestra vida contempor¨¢nea: la violencia y el erotismo. Un sentido del arte como forma de comunicaci¨®n y del cuadro como plasmaci¨®n de un mensaje, que oscila entre la narraci¨®n y el s¨ªmbolo, se enfrentan a dos grandes temas, la opresi¨®n y la muerte del ser humano a manos de sus semejantes y la provocaci¨®n, expansi¨®n y obsolescencia del mensaje er¨®tico.
Mientras que un tono apocal¨ªptico, que bordea el extremismo, canaliza el testimonio de la violencia, un aire aparentemente jocoso, sat¨ªrico y, en realidad, transido por una oculta amargura, preside entre la descripci¨®n y el hermetismo, la imagen er¨®tica en la que algunos han cre¨ªdo ver una liturgia del consumo.
Los nombres con los que Cillero, rotula y separa las dos fases de su desarrollo art¨ªstico, parecen corroborar este car¨¢cter de gran broma, con la que presenta y expresa sus conceptos pl¨¢sticos. As¨ª vemos, que despu¨¦s de producir un manifiesto grotesch, da el hombre a su obra de g¨®tico lavable.
Grotesch art y g¨®tico lavable, presentan en su desarrollo, dos dimensiones contradictorias que se corresponden con las apariencias y con los significados. La idea de una pintura grotesch, se basa en la denuncia de las perspectivas tr¨¢gicas, que adopta la condici¨®n humana en una sociedad de consumo, a trav¨¦s de una proliferaci¨®n del objeto er¨®tico, cosificaci¨®n del ser humano y establecimiento de una mitolog¨ªa de la provocaci¨®n.
Por el contrario, el g¨®tico lavable, supera la etapa de la convulsi¨®n y de la denuncia, plantea su expresi¨®n pict¨®rica, a partir del supuesto de que la est¨¦tica da por inexistente, aquellas contradicciones que no han podido ser superadas, y el pintor instala en el lenguaje de los nuevos materiales una estampa evocadora, escueta y en cierta medida pura, que reh¨²ye lo que de pompier, pudiera haber en las narrativas anteriores.
El grotesch, como denuncia amarga de la enajenaci¨®n y del consumo, el g¨®tico lavable, como pedagog¨ªa del rigor y estrategia de la pureza, ambas fases vinculadas en una doble y sucesiva intenci¨®n, hacer pintura, estableciendo los privilegios de un material distinto Y devolver al color, a la forma, al dibujo y a la perspectiva, su posibilidad de se?or¨ªo y ense?anza, sobre los sentidos, ¨¦ste es el espect¨¢culo, al que podernos acceder en las salas de la galer¨ªa Punto de Valencia, en donde aper¨ªas eubierto con el antifaz de una sonrisa, Cillero nos habla en silencio de la doliente soledad de nuestros contempor¨¢neos.
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