El caos econ¨®mico de Argentina
El nuevo Gobierno trata de renegociar la deuda exterior heredada del peronismo
?En su reciente visita a Santiago, el secretario del Tesoro, William Simon, declar¨® que la ayuda econ¨®mica a Chile depender¨ªa del progreso que realice el Gobierno militar en restaurar las libertades b¨¢sicas. Teniendo en cuenta la desesperante necesidad de la Argentina en obtener una amplia asistencia econ¨®mica, Estados Unidos y otros gobiernos acreedores proceder¨ªan correctamente si enfatizaran en la misma condici¨®n.?As¨ª conclu¨ªa un editorial de The New York Times, consagrado a denunciar el incremento de la represi¨®n en Buenos Aires y otras ciudades importantes. Indudablemente, los asesinatos impunes de los uruguayos Guti¨¦rrez Ruiz y Michelini han desdibujado la ?imagen? del Gobierno que encabeza el general Videla.
Este cambio de actitud de un sector importante de la opini¨®n norteamericana tiene una importancia singular de cara a las gestiones financieras que el ministro de Econom¨ªa argentino emprende en Washington y otras capitales europeas durante la primera quincena de junio. Precisamente las expectativas suscitadas en el exterior por el cambio de r¨¦gimen pol¨ªtico, dos meses atr¨¢s, ayudaron a evitar una bancarrota financiera en Argentina. Uno de los primeros logros de la gesti¨®n de Mart¨ªnez de Hoz, responsable de la cartera de Econom¨ªa, fue obtener de la Banca internacional una postergaci¨®n por 180 d¨ªas de los vencimientos acumulados de la deuda externa que, s¨®lo para abril y mayo, ascend¨ªan a 1.100 millones de d¨®lares. De generalizarse el criterio sustentado por el influyente diario neoyorquino, es dif¨ªcil que pueda repetirse tal clase de ¨¦xitos.
Negociar la deuda exterior aparece como tema clave
El asunto es fundamental para la suerte del nuevo programa econ¨®mico, centrado en el saneamiento de la balanza de pagos mediante el incremento de las exportaciones, la reducci¨®n dr¨¢stica de las importaciones y la refinanciaci¨®n de las obligaciones financieras con el exterior. La recuperaci¨®n del equilibrio comercial, en caso de lograrse, tardar¨¢ en producirse en raz¨®n de que persiste el cierre del Mercado Com¨²n Europeo a la carne argentina y la producci¨®n cerealera no muestra signos de encarrilarse r¨¢pidamente. Por el contrario, retomar el control de la deuda externa, mediante la consolidaci¨®n de los compromisos, tendr¨¢ efectos inmediatos sobre la balanza de pagos.El volumen astron¨®mico del endeudamiento externo - 11.000 millones de d¨®lares a fines de marzo, casi cuatro veces superior a las exportaciones anuales- es una de las m¨¢s pesadas cargas dejadas por el gobierno peronista. Los ¨²ltimos ministros de Econom¨ªa de la anterior Administraci¨®n -Rodrigo, Cafiero y Mondelli- optaron por endeudar el pa¨ªs en operaciones a corto plazo, muy retributivas para las empresas y Bancos que manten¨ªan relaciones con el exterior por los bajos intereses y comisiones pagados.
En pocos meses, las transacciones por ?swaps? elevaron la deuda externa en 2.200 millones de d¨®lares, con compromiso de pago a no m¨¢s de ciento ochenta d¨ªas. Esta pol¨ªtica de ?pan para hoy, hambre para ma?ana? se impuso como consecuencia del creciente d¨¦ficit de la balanza comercial y porque la Banca extranjera: era reacia a conceder pr¨¦stamos a largo plazo, en virtud de la inestabilidad pol¨ªtica y del trato dado al capital extranjero por el Gobierno que encabeza Isabel Per¨®n. El resultado fue que, a fines de febrero, el pa¨ªs hubiera entrado en suspensi¨®n de pagos si el Chase Manhattan Bank y el Credit Lyonnais no hubieran postergado sus cobros por sesenta d¨ªas, ya que las reservas del Banco Central s¨®lo alcanzaban para pagar el sueldo de un empleado de esa instituci¨®n.
Buen trato al capital extranjero
Para remontar esta situaci¨®n, el nuevo equipo econ¨®mico se orienta a obtener los favores del mundo financiero internacional mediante la superaci¨®n de algunos problemas pendientes con el capital extranjero. A tal efecto se han formado nueve comisiones integradas por funcionarios oficiales y representantes privados para revisar todo lo actuado en materia de ?argentinizaci¨®n? de empresas. Se destacan aqu¨ª los casos de los Bancos renacionalizados, entre los cuales se encuentran los espa?oles Central y Santander, y las empresas Siemens, ITT e Italo-Argentina de Electricidad. En el mismo sentido apunta la anunciada derogaci¨®n de la ley de Inversiones extranjeras, a cuyo ?amparo? las entradas de capital for¨¢neo fueron de s¨®lo dos millones de d¨®lares en 1974 e iguales a cero durante el a?o pasado.Habr¨¢ que aguardar a las gestiones. que se realicen en Washington para saber a qu¨¦ atenerse en este asunto. Por el momento, se trata de recobrar la ?credibilidad? del Gobierno. Los ex ministros peronistas la hab¨ªan perdido al no cumplir los compromisos contra¨ªdos ante el FMI en septiembre pasado. La consecuencia fue el cierre de las ?oil facilities? para la Argentina. La pol¨ªtica de Mart¨ªnez de Hoz en este aspecto consiste en impulsar un programa bien visto por la ortodoxia monetaria del Fondo, previamente a cualquier solicitud de cr¨¦dito.
El d¨®lar, estable por el momento
La progresiva liberaci¨®n del mercado de cambios representa un viraje de importancia respecto de la pol¨ªtica impresa por el anterior Gobierno. Para disminuir el d¨¦ficit comercial, aumentando las exportaciones, la administraci¨®n econ¨®mica peronista puso de moda las ?minidevaluaciones?, bien conocidas en Brasil, Uruguay y Chile. La combinaci¨®n de dr¨¢sticas depreciaciones del peso en junio de 1975 y febrero pasado y de peque?os reajustes produjeron un doble efecto negativo.Por un lado, los exportadores siguieron clamando por devaluaciones mayores. Por el otro, el mercado negro del d¨®lar, ante la certeza de que el peso seguir¨ªa perdiendo posiciones, llev¨® el valor de la divisa norteamericana a un nivel r¨¦cord de 380 pesos por d¨®lar.
Tras el golpe militar, la nueva orientaci¨®n econ¨®mica logr¨® estabilizar el precio del d¨®lar en alrededor de 240 pesos, pero las devaluaciones mantienen su ritmo de antes. Peri¨®dicamente el Banco Central traslada al mercado libre (240 pesos por d¨®lar) porcentajes crecientes de divisas provenientes del comercio exterior que antes se liquidaban por el mercado oficial (a 140 pesos la unidad de la divisa norteamericana). De tal forma se logra mantener estable te¨®ricamente la paridad cambiaria, pero los efectos de la depreciaci¨®n indirecta del peso se hacen sentir con fuerza sobre el nivel de los precios internos.
La pol¨ªtica de precios impuesta por la nueva conducci¨®n econ¨®mica agrav¨® las tendencias inflacionistas, que se manifestaron con toda virulencia durante el Gobierno peronista.
Inflaci¨®n: ?1.600 por 100 al terminar el a?o?
El manejo del tipo de cambio, la disminuci¨®n de la producci¨®n -ca¨ªda del 16 por 100 en la industria durante 1975- y la actitud complaciente ante el mercado negro -por cuyos canales lleg¨® a comercializarse el 30 por 100 del producto bruto- hicieron que al 24 de marzo la tasa de inflaci¨®n anual alcanzara al 600 por 100.Pocos d¨ªas despu¨¦s de asumir la cartera de Econom¨ªa, el nuevo ministro anunci¨® la liberaci¨®n total de los precios internos. Consciente de los peligros a que se expon¨ªa, Mart¨ªnez de Hoz llam¨® a los empresarios a ser responsables y a ?no resarcirse de lo perdido en s¨®lo dos o tres meses?.
Los resultados fueron inmediatos, pero de efecto contrario al esperado oficialmente. Los cigarrillos aumentaron entre un 100 y un 200 por 100. Los alimentos subieron en abril en un 50 por 100. En cuanto a la carne, lo sucedido en los ¨²ltimos sesenta d¨ªas indica que los ganaderos y los frigor¨ªficos est¨¢n dispuestos a cobrarse en ?dos o tres meses?. Las tarifas de los servicios p¨²blicos -decididas por el gobierno- aumentaron en 15 puntos a principios de abril, en tanto las nuevas autoridades han prometido que realizar¨¢n todos los reajustes necesarios, hacia arriba, para reducir el d¨¦ficit de las empresas estatales que prestan tales servicios.
Los ¨ªndices oficiales muestran que para el primer cuatrimestre del ano los precios aumentaron en un 153,3 por 100, aceler¨¢ndose el incremento en los ¨²ltimos meses. De mantenerse durante todo el a?o esta tasa de aumento, la inflaci¨®n acumulada a fines de 1976 habr¨¢ llegado al 1.590 por 100, un r¨¦cord mundial -superior al caso chileno y a lo ocurrido en Indochina durante la guerra-, s¨®lo superado por la explosi¨®n de precios en Alemania durante la rep¨²blica de Weimar.
Los efectos de semejante tasa de inflaci¨®n sobre la econom¨ªa son anarquizantes. Paralelamente, el Gobierno dispuso un incremento salarial del 15 por 100 a partir del 1? de junio, y a tres meses del ¨²ltimo aumento. Semejante desfase entre la inflaci¨®n y los salarios busca reducir los ingresos reales a fin de achicar el mercado interno, aumentando as¨ª los saldos destinados a la exportaci¨®n. Las recientes medidas dispuestas para el mercado financiero, indexaci¨®n de intereses para dep¨®sitos y pr¨¦stamos, si bien busca compensar al ahorrista y al sistema bancario de los efectos de la inflaci¨®n, contribuir¨¢ a acelerar aqu¨¦lla.
La inflaci¨®n resulta concurrente con el prop¨®sito del Gobierno de colocar t¨ªtulos de la deuda p¨²blica interna -75.000 millones de pesos- para financiar el d¨¦ficit de las cuentas del Estado. El valor de dichos papeles est¨¢ indexado a la marcha de los precios, raz¨®n por la cual su cotizaci¨®n aumenta d¨ªa a d¨ªa y se ha convertido en el principal atractivo del inversor financiero.
La especulaci¨®n no ha cesado, sino que ha cambiado de orientaci¨®n. Abandon¨® el d¨®lar -por el momento estable, aunque el bajo nivel de reservas monetarias estimular¨¢ un nuevo alza-, para dirigirse a los t¨ªtulos indexados de la deuda p¨²blica. En cuanto a la actividad productiva, el achicamiento del mercado interno conspira contra su progreso. Como muestra, se?alaremos que la Ford suspendi¨® a toda su plantilla por cinco semanas, ante la fuerte ca¨ªda de sus ventas.
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