China, ?modelo de desarrollo exportable?

El desarrollo de la Rep¨²blica Popular China en los ¨²ltimos veinticinco a?os ha sido asombroso, destacando, sobre todo, el aumento de la producci¨®n alimenticia que les ha llevado casi al autoabastecimiento.Aunque el pueblo tenga que llevar un estilo de vida espartano en comparaci¨®n con la sociedad de consumo occidental, se puede hablar de una justa distribuci¨®n de los bienes materiales.

El querer aplicar el modelo chino a otros pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo para lograr una soluci¨®n r¨¢pida a su miseria, entra?a dificultades. Con frecuencia esta manera de pensar solamente se fija en la distribuci¨®n de los bienes, la liberaci¨®n del hombre o la reestructuraci¨®n de la sociedad, olvid¨¢ndose de otros factores que son inseparables del modelo chino.

Caracter¨ªsticas intr¨ªnsecas al modelo chino

Las riquezas naturales es uno de esos factores. El desarrollo agr¨ªcola por ejemplo, hubiera sido distinto sin las f¨¦rtiles tierras de loess. Al modelo chino pertenecen tambi¨¦n las grandes corrientes de agua con su enorme potencial energ¨¦tico y posibilidades de embalse. Pero el ¨¦xito agr¨ªcola chino no solamente se debe a las caracter¨ªsticas de la tierra. La mecanizaci¨®n de la agricultura se ha potenciado con todos los medios, siendo el objetivo lograr la total mecanizaci¨®n en el a?o 1980. Tambi¨¦n la revoluci¨®n verde est¨¢ en marcha tras la introducci¨®n de semillas de alto rendimiento y el empleo masivo de abonos naturales y artificiales. Con ello se esperan obtener 7,5 toneladas de arroz por hect¨¢rea.

En el a?o 1975 se utilizaron 30 millones de toneladas de abono natural, cuya producci¨®n ha sido estimulada incluso con un consejo de Mao que instaba a que cada cerdo se convirtiese en una f¨¢brica de abono. La producci¨®n de abono artificial se elev¨® en 1974 a 4,3 millones de toneladas, a las que se tuvieron que sumar 1,2 millones de toneladas que tuvieron que ser importadas de los pa¨ªses capitalistas. Sin embargo para el a?o 1980 est¨¢ previsto el autoabastecimiento, con una producci¨®n anual de unos 26 millones de toneladas. Para hacer realidad esta meta, se han realizado numerosos pedidos en el extranjero de f¨¢bricas de abonos artificiales completas.

Una gricultura intensiva y mecanizada (la materia prima de los abonos artificiales es el petr¨®leo) no se puede concebir en un pa¨ªs en v¨ªas de desarrollo si no es con una producci¨®n propia de petr¨®leo. Hasta el a?o 1960 la Rep¨²blica Popular China tuvo que importar petr¨®leo de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, pero desde 1965 se autoabastece. Las cifras de producci¨®n son: en 1970, 1,7 millones de toneladas; en 1973. 50 millones; en 1975, 80 millones. El objetivo es producir 200 millones de toneladas de petr¨®leo en 1980, de las cuales cincuenta millones ser¨ªan para la exportaci¨®n, lo que actualmente significar¨ªa una entrada de divisas de 2.500 millones de d¨®lares (Arabia Saudita, la mayor exportadora de petr¨®leo del mundo, produjo en 1973, 350 millones de toneladas de petr¨®leo).

Estos objetivos no son ut¨®picos ya que las reservas de petr¨®leo de la Rep¨²blica Popular China se calcular en 35.000 millones de toneladas (58.000 millones de toneladas el Oriente Pr¨®ximo, 10.000 millones de toneladas la URSS y 5.000 millones de toneladas los EEUU).

Riquezas minerales

La mecanizaci¨®n de la agricultura exige tambi¨¦n una amplia industrializaci¨®n (lo que en numerosos pa¨ªses subdesarrollados no es factible). En este campo China dispone de casi todas las materias primas necesarias. La extracci¨®n de mineral de hierro en el a?o 1975 fue de 45 millones de toneladas, lo cual supera a la producci¨®n de Alemania Federal y Gran Breta?a juntas. La producci¨®n de acero se elev¨® en el a?o 1975 a 45 millones de toneladas. Esto fue posible gracias a la abundancia de carb¨®n, una materia indispensable para la industria siderometal¨²rgica, de la cual China dispone de unas reservas de 2.000 millones de toneladas que ya han sido descubiertas, calcul¨¢ndose que esta cifra se elevar¨¢ en un futuro a 9.000 millones de toneladas. En el a?o 1974 la extracci¨®n de este mineral fue:-China, 380 millones de toneladas; URSS, 484 millones; EE.UU, 542 millones.

Esta producci¨®n de acero no se hizo en el gran salto hacia adelante empleando la llamada intermediate technology de uso frecuente en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, sino que la R.P. China instal¨® modernos complejos siderometal¨²rgicos. En esto tampoco servir¨ªa como modelo, ya que siderometal¨²rgica es para muchos planificadores casi sin¨®nimo de ayuda err¨®nea a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. Mientras que la R.P. China s¨ª emple¨® la intermediate technology en las grandes obras de construcci¨®n de embalses, carreteras, ferrocarriles, etc., no se puede decir que las grandes turbinas y generadores el¨¦ctricos hayan sido construidos en las herrer¨ªas de los pueblos, igual que los cohetes espaciales y las bombas at¨®micas no fueron obra de mec¨¢nicos de bicicletas.

Est¨ªmulos de superaci¨®n en las comunas

El ¨¦xito del alto rendimiento en la agricultura hay que apuntarlo en parte al est¨ªmulo a la productividad, aunque ¨¦ste no est¨¢ orientado hacia el individuo, como sucede en los kolj¨®s sovi¨¦ticos, sino a la colectividad. Las comunas (30.000 personas) tienen que producir una cifra determinada, as¨ª en el sector agr¨ªcola de cereales est¨¢n estipulados 250 kilogramos de trigo anuales por cabeza.

Todo lo que sobrepasa la cota se?alada en gratificado con un bono. La comuna modelo de Tachai produc¨ªa en 1975 el doble de lo estipulado, o sea, 500 kilos de trigo por cabeza. Estas ganancias de la producci¨®n quedan a disposici¨®n de la comuna, la cual las invierte en escuelas, servicios sanitarios Y otros servicios sociales que al contrario que en otros pa¨ªses socialistas, tienen que ser subvencionados por la propia comuna.

Sin embargo no se debe olvidar que en el casi 5 por 100 de las tierras de las comunas que son cultivadas privadamente por los campesinos, se produce el 20 por 100 del total de los productos alimenticios, en forma de hortalizas, aves de corral y sobre todo cerdos. Los excedentes de todo ello pueden comercializarse libremente en los mercados locales. Aunque se hable ya de los nuevos hombres chinos, la atracci¨®n por los bienes materiales sigue teniendo fuerza, por lo que el Gobierno les recuerda constantemente los peligros de la fiebre capitalista por obtener ganancias.